¿Cómo los investigadores caleños están protegiendo la biodiversidad?
La biodiversidad en el Valle del Cauca y, en general, en todo el planeta, enfrenta amenazas significativas como la deforestación, la sobreexplotación de recursos, la contaminación, el cambio climático, entre muchos otros. Sin embargo, en Cali un grupo creciente de jóvenes investigadores lidera proyectos innovadores que buscan comprender y proteger diversos ecosistemas, proponiendo estrategias de adaptación, conservación, preservación y seguimiento, así como soluciones sostenibles para mitigar las alteraciones del equilibrio ecológico.
La importancia de investigar sobre biodiversidad
Producir y divulgar información científica sobre los ecosistemas es crucial para entender su funcionamiento y poder diseñar estrategias de conservación que sean efectivas y exitosas.
Un ejemplo de esta labor es el proyecto que estudia la reserva de carbono en los manglares del Pacífico colombiano, liderado por estudiantes y profesores de diversas universidades de la región.
Los manglares son conocidos por su capacidad para almacenar grandes cantidades de carbono; además, son ecosistemas vitales en la lucha contra el cambio climático. A través de investigaciones detalladas sobre su funcionamiento y el papel que juegan en la captura de este elemento, se están ayudando a desarrollar planes de manejo que aseguren su conservación.
Y es que, precisamente, el éxito de estos proyectos de investigación radica en la generación de datos científicos, pero también en la capacidad de conectar esos conocimientos con acciones concretas en campo y/o comunidad.
Varias de las acciones que encadenan conocimientos han sido lideradas por docentes a través de proyectos como la implementación de acciones para la recuperación de servicios ambientales en el parque Corazón de Pance. Los resultados alojaron el avistamiento de varias especies de aves y murciélagos que solo habían sido reportadas en el parque Farallones de Cali, más no en los demás parques de la ciudad.
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Los académicos de la Universidad ICESI encontraron que la fauna se mueve, principalmente, entre el bosque y la zona de restauración. Así mismo, determinaron que los bosques y los árboles más antiguos contienen las mayores reservas de carbono, como también, se evidenció cómo los relictos boscosos y la conectividad contribuyen a la diversidad en las zonas urbanas, mejorando la calidad de vida a través del disfrute del entorno natural dentro de la ciudad.
Otro de los casos es el del semillero de la Pontificia Universidad Javeriana, que estudia la diversidad de los murciélagos en los trópicos y los servicios ecosistémicos que brindan, con el fin de avanzar en el conocimiento científico que permita la conservación de estas especies y sus hábitats.
En este sentido, la colaboración entre la academia y las comunidades locales ha sido fundamental para asegurar la sostenibilidad de los ecosistemas, como sucede con el proyecto de investigación de arrecifes coralinos mediante la restauración de estos en el Parque Nacional Natural Utría, donde se están utilizando domos y estructuras artificiales para fomentar la recuperación de corales degradados.
De lo anterior, uno de los mayores logros que han encontrado los investigadores de la Pontificia Universidad Javeriana, ha sido involucrar a las comunidades locales en el monitoreo y la restauración de los corales, gestando un empoderamiento de información y acción a la comunidad para que sea parte activa en su protección.
Este enfoque de gestión ambiental comunitaria asegura que los conocimientos científicos no queden relegados a las universidades, sino que sean herramientas que las comunidades puedan usar en su día a día para proteger su entorno.
Academia y comunidad: puentes para el bienestar
A través de semilleros y líneas de investigación, según sean, los grupos académicos, los estudiantes y docentes de diferentes Universidades se encuentran desarrollando proyectos innovadores que generan un impacto real en la región, como ha sucedido a través del proyecto que trabaja en la identificación de productos ecosistémicos en los manglares de la Bahía de Buenaventura, liderado por estudiantes de la Universidad Autónoma de Occidente.
Este grupo se ha enfocado en estudiar los servicios ecosistémicos que los manglares proporcionan a las comunidades locales, desde la provisión de alimentos hasta la protección contra la erosión costera.
De esta forma, la importancia del acompañamiento académico en estos proyectos es indiscutible. Las universidades en la Sultana, como la Universidad del Valle, Universidad Autónoma (UAO), la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), Universidad ICESI, Universidad Santiago de Cali, entre otras, juegan un papel clave en el desarrollo de capacidades técnicas y científicas entre los jóvenes y, además, apoyan la implementación de tecnologías avanzadas para llevar a cabo investigaciones que cumplan con los más altos estándares de calidad.
Un proyecto que lo refleja es el de monitoreo participativo de la calidad del aire en el oriente de Cali, donde estudiantes y docentes colaboran para evaluar la calidad del aire en esta zona afectada por la contaminación urbana.
Y es que esta iniciativa, enmarcada dentro de la línea de investigación sobre gestión ambiental territorial de la Universidad Autónoma, busca generar soluciones a largo plazo que puedan ser aplicadas en Cali, como también en otras ciudades con problemáticas similares.
Desafíos y posibilidades
La biodiversidad enfrenta desafíos globales, cada vez mayores, desde el cambio climático hasta la pérdida acelerada de especies. Los proyectos de investigación actuales en Cali, precisamente, se han encaminado a enfrentar estas y otras problemáticas de manera propositiva; sin embargo, aún hay muchas oportunidades para expandir su impacto en el futuro, ya que varios que actualmente están en fase de investigación esperan expandirse a otras regiones y ecosistemas.
Este es el caso del proyecto sobre la gestión del recurso hídrico en las cuencas del Valle del Cauca, que se encuentra en su tercera fase con el objetivo de aplicar los conocimientos y desarrollos obtenidos en otras cuencas prioritarias. Este tipo de investigaciones son cruciales para asegurar que los recursos naturales sean gestionados de manera sostenible en todo el territorio colombiano.
Reflexiones para el futuro
Los jóvenes investigadores en Cali están jugando un papel valioso en la protección de la biodiversidad mediante proyectos que combinan ciencia, conservación y participación comunitaria. A través de estudios sobre ecosistemas, están aportando soluciones a diversos desafíos ambientales.
Uno de estos ejemplos es el semillero del grupo de estudios ambientales para la sostenibilidad de la UAO, que contribuye a la propagación y conservación de las orquídeas y sus diferentes especies en Colombia, priorizadas por categorías de extinción e interés comercial a través de la propagación in vitro por semillas, en las que luego se socializa con diferentes actores comunitarios para dar a conocer las maneras de salvaguardar su riqueza.
De esta manera, estos y otros proyectos generan conocimiento académico entrelazando academia, bancos de semillas y gestiones público/privadas que permiten promover la acción directa en el campo, fomentando una sinergia entre la academia y las comunidades locales para fortalecer la sostenibilidad de los ecosistemas.
Los retos son varios y entre ellos resaltan la continuidad, el impulso y expansión. La biodiversidad enfrenta amenazas cada vez más complejas, pero el trabajo de estos investigadores, como muchos otros en la región, han establecido procesos que integran la ciencia y el compromiso comunitario, garantizando que los resultados no se queden solo en las aulas, sino que se traduzcan en mejoras concretas para el entorno natural.
Esta combinación de investigación científica y acción participativa es fundamental para asegurar que Cali continúe siendo un referente en la protección de la biodiversidad en el Valle y en todo el país.