Kraftwerk, la noche que los robots invadieron Bogotá
La vida se mueve entre una serie de aspectos que pueden ser tremendamente complejos, sutilmente sencillos o ambas y la belleza de esa dualidad ha alimentado de forma creativa el mundo del arte, sobre todo de la música. Sin duda, una agrupación que ha sabido muy bien cómo combinar estos dos aspectos opuestos, pero igual de poderosos, para crear música que cambió el curso de la historia es Kraftwerk que el 27 de mayo dio una de las presentaciones de música electrónica más alucinantes que ha vivido Bogotá.
Muy al estilo alemán, este grupo creado en 1970 en Düsseldorf, empezó la noche de forma puntual y todo su show se puede definir con una cita del ilusionista Rene Lavand: “la belleza de lo simple”. Las miles de personas que llegaron al Chamorro City Hall se toparon con una escenografía limpia, minimalista que con juegos de colores y animaciones sencillas envolvieron todo el lugar y llevaron a los espectadores a otro universo musical posiblemente hipnótico.
Considerado el pionero del techno, Kraftwerk fue el primer grupo que tomó las experimentaciones hechas con la música electrónica durante inicios del siglo XX, y las uso para hacer un sonido bailable, enmarcado en un concepto robótico y futurista, que además buscó nueva fronteras en el uso de los sintetizadores y moduladores. Estas experimentaciones sentaron las bases en las que se inspiraron artistas como The Chemical Brothers, Depeche Mode o Daft Punk; pero incluso más importante que eso, los juegos electrónicos de Kraftwerk fueron vitales para la creación de géneros como: el minimal, el house e incluso el rap.
“Numbers” comenzó a calentar la pista de baile, muy tímida al inicio o tal vez anonadada por la propuesta sonora y visual de la banda que tocó clásicos como: “The Man – Machine”, “Computer Love”, “The Model”, “Radioactivity”, “Tour The France” y “The Robots”. Los sonidos no fueron ajenos a este siglo y el ambiente se sentía similar a un festival actual. Pero en otros momentos, Kraftwerk nos llevaba a los años 70 y 80, donde los sonidos experimentales, las cajas de ritmos, el uso de vocoders (usar la voz como Synthetizador) y las visuales muy vintage permitían imaginar cómo fueron los inicios esta banda alemana.
La parte visual fue una ficha no menor, tal vez puede parecer simple, pero forma parte de un concepto más grande, una mirada a veces monocromática del mundo, que a veces parecía mirar una pantalla dañada o un universo fractal extraño. Y sin duda una de las mejores partes, fue cuando una nave espacial viajó sobre la tierra y terminó aterrizando en Chamorro.
Vestidos con trajes de luces que en algunos momentos resaltaban y contrastaban con el escenario y las visuales, los músicos también hicieron parte de las proyecciones minimalistas y retro. Un efecto visual que nos daba a entender que los cuatro alemanes: Falk Grieffenhagen, Henning Schmitz, Fritz Hilpert, en cabeza de Ralf Hütter siguen siendo los hombres máquina que se apropiaron de la tecnología de su época para viajar al futuro y traernos un show inolvidable.
Da mucha nostalgia saber que Florian Schneider no hizo parte de esta presentación y que en su 75% Kraftwerk no es el mismo de hace 40 años, pero la presencia de Ralf hizo que todo el concepto tomara sentido. Escucharlo cantar y verlo hacer parte de una tarima que representaba el inicio de la banda era lo que posiblemente le da sentido a esa belleza de lo simple, pero profundamente complejo que es el mundo de Kraftwerk.