“Este país es un desastre y hay que decirlo”: Lido Pimienta
“El dolor lo tengo presente”, es una frase que debería estar en el escudo de Colombia, es un verso que todas las personas que han nacido en este país deberían llevar tatuado en el alma. Ya que el dolor, como canta Lido Pimiento en “Nada”, es algo que llevamos dentro, tan dentro que parece que no puede ser expulsado. Tan dentro que a veces se siente como si no pudiéramos vivir sin él, ya que se ha vuelto algo tan cotidiano que no sentirlo es raro, incómodo, como que sin este estuviéramos incompletos como personas, como país. Pero durante su breve pero enérgica presentación en el primer día del Carnaval Internacional de las Artes, mientras Lido cantaba mirando fijamente a los ojos a su comadre Li Saumet, nos recordó que ese dolor se puede extirpar, no olvidar, jamás olvidarlo, pero si podemos sacarlo de nuestra alma.
A lo largo del 22 de marzo, se vivió en el icónico restaurante La Cueva, la primera jornada del XVI Carnaval Internacional de las Artes de Barranquilla, que volvió a su casa, a la presencialidad, a las calles, en incluso a los centros de rehabilitación como el Buen Pastor de Barranquilla, para conversar y reflexionar alrededor del arte y la cultura. Durante este primer día se habló mucho de la importancia de que las mujeres rompan esos papeles impuestos por una sociedad machista, de cómo entender la realidad de este país a través de la cultura, de lo vital que es descolonizarse y empezar a valorar las cosas que se hacen en Colombia sin esperar una aprobación extranjera y por supuesto de la importancia de hablar duro, claro y sin rodeos.
Precisamente como lo hizo Lido Pimienta en la conversación que tuvo con Álvaro García, gerente de RTVC, la cual comenzó con esta artistas barranquillera radicada en Canadá, luciendo un hermoso vestido azul y cantando un verso que decía: “el amor es una bella montaña”. Y es que el amor fue uno de los ejes de esta charla, cuyo nombre fue “El bautismo de Lido Pimienta”.
Sobre el escenario adornado de flores blancas, ella habló acerca de estas etapas a las que muchas mujeres están obligadas a atravesar. Bautizarse, pasar por la primera comunión, la confirmación, la fiesta de 15 que es como su debut en sociedad y finalmente, luego todos estos años de preparación, ceremonias solemnes y vestidos elegantes, llegar al objetivo máximo que nuestra sociedad da a las mujeres, el matrimonio.
Con este crítico juego de símbolos, en su carismático y a la vez desafiante tono, Lido habló de la energía del amor, la rebeldía y su espiritual la cual ha construido luego de varias reflexiones relacionadas con su crianza entre la religión católica y la cultura Wayúu. Crianza que durante un periodo largo estuvo en las manos de sus tía Maritza y su tío Jairo, quienes sentados en primera fila miraban sonrientes la charla, en la cual Lido enfatizó en la importancia de la familia y los lazos que nos unen con nuestras raíces, con esos lugares donde nos formamos y construimos nuestra esencia, por eso la charla en un punto se centró en Barranquilla, una ciudad en la que en palabras de la artista “hay mucho por hacer”.
Fue en esta ciudad donde Lido comenzó a cantar entre el punkeros y otros seres raros de las calles y es a esta ciudad a donde quiere regresar. De hecho comentó que su plan es poder volver a final de año y aunque seguramente extrañará muchas cosas de Canadá, siente un llamado que la motiva a trabajar por lo que está pasando en este país y esta región en la que “está la fuente”.
Pero también fue clara en cuanto a que hay que tener consciencia de lo qué pasa en Colombia y no caer en la romantización de las cosas. Porque si bien la cultura que aquí se crea es inmensamente creativa y reconfortante nunca hay que olvidar que “este país es un desastre”. Ella fue enfática respecto a que hay que hablar de las cosas malas que pasan en este territorio, Lido mencionó que hay que alzar la voz y alzarla duro, y cuestionó a los artistas que no se a través a opinar en voz alta, sobre todo cuando se viven tantas injusticias y abusos como los que aquí se registran a diario.
Finalmente, contó que ya está trabajando en su próximo disco y que anda explorando mucho los arreglos orquestales y corales, porque ella busca “darle la misma reverencia que tiene un violín a un tambor alegre”.
Y por su puesto, para cerrar el encuentro, Lido Pimienta cantó junto con el coro femenino La Belleza, un repertorio corto porque tenía que ir corriendo al aeropuerto ya que ella está de gira, pero por suerte se pudo cambiar el vuelo y presentó seis canciones. Además hubo la participación sorpresa de Li Saumet en “Nada”, interpretación conmovedora que terminó con la vocalista de Bomba Estéreo arrodillada frente a su comadre, y de Walter Hernández de Systema Solar quien le metió toda su energía a “Resisto y Ya”.
El repertorio terminó con una poderosa interpretación de “Eso que tú haces”, que puso a todo el público de pie y en la que Lido cantó con fuerza “la sangre inocente derramada no es amor”. Tal vez una de las reflexiones más fuertes de la noche, una crítica a esa falsa idea de que todo se soluciona con violencia, de que el fin justifica los medios y que en nombre de una idea falsa de bienestar todo se justifica.
Por eso el dolor se tiene presente, porque no se lo puede olvidar pero no se lo puede seguir alimentado. La invitación es a reflexionar y entender el dolor, a enfrentarlo para romperlo y acabar con ese patrón para finalmente ser libres.
Sin duda fue una excelente forma de comenzar este Carnaval de las Artes que hasta el viernes 25 de marzo, continuará con sus charlas, eventos especiales y reflexiones.