Don Tetto hizo historia en una noche que no fue normal
Por: Juan Delgado y Michel Cárdenas
Solo se es adolescente una vez, o al menos eso dice el dicho popular. Sin embargo, el Movistar Arena de Bogotá se convirtió en una máquina del tiempo la noche del 25 de mayo de 2024, al transportar a sus asistentes a los inicios de los 2000, cuando algunos todavía eran estudiantes de colegio y otros iniciaban su carrera universitaria.
La noche comenzó con la presentación de la banda Raiotz que llegó desde México para encender los motores. Con una estética influenciada por la cultura geek y el anime, cautivaron a un público curioso con su mezcla de metal, trap y electrónica. Tal es la versatilidad de los mexicanos que compartieron con el público, en exclusiva, una versión muy metalera de la “Bzrp Music Sessions, Vol. 52” que originalmente canta el español Quevedo.
Y con los motores ya encendidos, para seguir calentando la situación se subió al escenario La Monky Band, banda bogotana ganadora del Festival Bandas de Rock 2024, quienes con un sonido a ska predominante, acompañado de beats, vientos y elementos de otros géneros musicales hicieron bailar a los asistentes y demostraron por qué son una banda a la que hay que tener en el radar.
Tras la presentación de La Monky Band y luego de varios minutos de espera, las luces se apagaron y Don Tetto le prendió fuego a la tarima, metafórica y literalmente, porque el show inició con “Punto final” acompañado de pirotecnia que salía tanto del suelo como del techo, y que estuvo presente durante otras canciones del concierto.
En ese momento, para muchos el dolor de rodilla y de espalda desapareció, y lo único que quedaba eran las ganas de disfrutar de una de las bandas más emblemáticas del rock en la historia de Bogotá y, por qué no, recordar que si la música de Don Tetto está presente, siempre nos levantaremos con ganas de ir a un toque.
Solo bastaron un par de canciones para que la "tettomanía" se hiciera sentir. Desde el asiento más lejano en el tercer piso hasta la primera persona en platea, todos y cada uno de ellos saltando y coreando canciones como “No digas lo siento” y “Ha vuelto a suceder”.
Fuera de cualquier expectativa, justo en la primera mitad del show, las sorpresas llegaron para saber si estábamos listos para bailar en la oscuridad. La batería empezó con un ritmo claro que solo podía dar la intro de “Me odia, me ama” y en la mejor parte de la canción, cuando entran los instrumentos de viento como protagonistas, un mariachi se desplegó en la tarima.
Con una oportunidad así, era inevitable no cantar algo de la música mexicana: “El rey” de Vicente Fernández se escuchó en la voz de Diego Pulecio, su vocalista.
El show continuó hasta que llegó la segunda sorpresa de la noche. La cantante y compositora bogotana Ilona apareció para acompañar con su voz femenina las canciones de Castillos de Arena, que fueron colaboración con mujeres: “Duele no tenerte” y “Nada que hablar”. Y como si la infancia no estuviera ya lo suficientemente revivida, Ilona cantó “Buscando un final”, tema recordado por ser la intro del programa Tu Voz Estéreo.
La noche no solo pedía clásicos para saltar, también necesitaba canciones que tocaran el corazón y llevaran al punto máximo de emocionalidad. Con ese fin, Don Tetto regresó en el tiempo dos años atrás, más específicamente a su primer show acústico en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Las canciones, “Si la ven”, “Adiós” y “Solo por ti” fueron las protagonistas en un segundo stage al otro lado de la tarima principal.
Luego de ese acústico, que permitió al cuerpo descansar un poco, se subió al escenario Amós Piñeros, (ex Ultrágeno) a cantar el tema “Quisiera”, complementándolo con una interpretación de su violín.
Cerrando la noche, Don Tetto recibió del público una ovación de más de un minuto en el que los aplausos y los gritos no paraban. En ese punto Diego, entre “Lágrimas”, esta vez de orgullo y no de dolor, no tuvo palabras para agradecer el momento que se estaba viviendo.
La magia del show llegaría en las últimas tres canciones, pues justo cuando terminaron de cantar “Sigamos caminando” el reloj marcaba las 11:11 y en algún lugar del Movistar Arena hubo una pedida de matrimonio. “Miénteme, prométeme” pareció ser el fin del show, pero a manera de ñapa, “No Digas lo siento” fue lo último que tocaron.
Después de aproximadamente 3 horas de concierto, se entiende totalmente por qué el show llevó por nombre Histórico, como si de una predicción se tratase. Una mezcla perfecta entre la nostalgia de revivir la adolescencia, ligada a la fuerza en un pogo, hizo sentir al público en un vaivén de emociones, de polo a polo, “Entre el norte y el sur” durante toda la presentación.
Don Tetto se convirtió en la primera banda en la historia del rock nacional en hacer un sold out en el Movistar Arena con su show en solitario. No hubo mejor manera de celebrar 20 años de carrera. Luego de esa inolvidable noche, nos queda correr a contarle al mundo que, aunque hay situaciones que nos pueden romper y arruinarnos en un segundo, la música siempre estará allí como un vehículo para volver a sentir que siempre estaremos bien.