
“Todas las vidas importan”: Cali exigió justicia por Sara Millerey
La tarde del jueves 10 de abril, la plazoleta de Bellas Artes en Cali se transformó en un espacio de memoria, arte y resistencia. En medio de cantos, velas, flores, abrazos y palabras de reflexión, la ciudad rindió un homenaje simbólico a Sara Millerey, mujer trans víctima de un crimen aún sin esclarecer ocurrido en Bello, Antioquia. Su asesinato ha resonado con fuerza en el corazón de la Sultana del Valle.
Más de cien personas de distintas edades —familias, jóvenes, adultos mayores, artistas, docentes, músicos, activistas y ciudadanos— se dieron cita en este encuentro marcado por el respeto, la empatía y el compromiso. Allí, la diversidad se convirtió en un lenguaje compartido.
“La gente en Cali quedó muy herida por su muerte y por toda la violencia simbólica que la rodeó. Por eso, era necesario reunirnos para exigir justicia, pero también para transitar colectivamente el dolor. Este espacio es un recordatorio de que todas las vidas importan”, señaló Juan Felipe Piedrahita, activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ+.

La jornada, que inició a las 6:00 p. m., fue mucho más que un acto de duelo colectivo: fue una manifestación de arte político y performance en defensa de la vida. Mujeres trans, reconocidas drag queens de la ciudad y referentes como Twiggy Escobar —una de las voces más influyentes del movimiento trans en Cali— se unieron en este acto simbólico donde el arte se convirtió en una forma de exigencia.
“Aquí seguimos resistiendo. Qué difícil es que aún no se entienda que todas las vidas importan. Las mujeres trans importamos. Y aquí seguiremos, exigiendo respeto y dignidad”, expresó Twiggy González, mujer trans, activista y fundadora de la organización que lleva su nombre.
Lectura de manifiestos, música, poesía y silencios compartidos dieron forma a un ritual profundamente humano y poético. El altar levantado en honor a Sara fue adornado con flores, velas y una gran bandera de la comunidad LGBTIQ+ sostenida por lideresas trans de nuevas generaciones.

“Seguimos construyendo memoria y tejiendo nuestra historia en juntanza. Este no es un hecho aislado; lo que le ocurrió a Sara hace parte de una violencia sistemática y estructural que vivimos las personas trans. Por eso, estos espacios son esenciales para acuerparnos y alzar la voz”, afirmó Renata Vivas Antonelli, mujer trans, defensora de derechos humanos y activista de Santa María Fundación.
“Rendir homenaje simbólico a una vida es una forma de resistir al olvido y la impunidad”, agregó Camila Hernández, mujer cisgénero y estudiante de arte. Y es que, frente a la alarmante cifra de muertes violentas contra personas trans —muchas veces documentadas por las mismas organizaciones comunitarias—, actos como este son un llamado urgente a la justicia y la acción institucional.
Entidades como la Secretaría de la Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual, en alianza con la Fundación Santamaría, trabajan por el diseño de estrategias integrales que protejan y dignifiquen la vida de las personas trans en la ciudad.