La exploración de la música latina de Eduardo Cabra
Para algunos su nombre de pila, Eduardo José Cabra Martínez, no dice mucho y quizá ni siquiera sepan de quién se está hablando. Hasta este año lo conocíamos como Visitante y el punto de referencia siempre fue Calle 13, el proyecto musical al que dio vida junto con su hermanastro René Pérez, también conocido como Residente. Pero esta historia llegó a su fin en 2014, cuando cada uno decidió seguir sus caminos musicales por aparte y entonces Residente le dio vida a su proyecto como solista y Visitante se dedicó por completo a la producción.
Es así como lo hemos visto trabajar con artistas como: Jorge Drexler, Vicente García, Silvina Moreno, El Cuarteto de Nos, La Vida Boheme, Rita Indiana y en el caso de Colombia con Monsieur Periné, entre otros. Hasta el momento, Visitante es el productor con más nominaciones en los premios Latin Grammy.
Sin embargo, todo este proceso admirado por muchos seguidores de la música ya estaba pidiendo a gritos que él presentara algo como solista. El buen inicio que dio con Trending Tropics – agrupación que formó junto a Vicente García – llenó de esperanza a quienes seguían su carrera desde tiempo atrás. Pero fue empezando este 2020 y en medio de la pandemia, que dio la noticia de su nuevo proyecto, uno en el que por fin se escucharía su voz, Cabra.
Con el fin de conocer un poco más sobre lo que ha sido todo el proceso, del cual conocemos dos canciones: “La cabra jala pal monte” y “La ventana”, en Tardes Radiónica hablamos con el artista puertorriqueño.
¿Cuánto tiempo llevabas pensado este proyecto de Cabra?
La idea era consolidar todo el trabajo de vida. Yo empecé a tomar clase de piano a los 6 años, a tocar en la calle a los 15, tuve dos bandas previas a Calle 13, después Calle 13, luego Trending Tropics y también me dediqué full a la producción. Produje alrededor de 20 discos en cinco años. A finales del año pasado me dio por empezar lo de Cabra, quizá sea parte de la crisis existencial que estoy viviendo ahora mismo. Quise simplemente hacerlo, sin ninguna expectativa ni afán de triunfo, simplemente es consolidar todo en un mismo trabajo. Con Cabra la idea es defender todo el trabajo de vida que se ha hecho en una sola propuesta. La diferencia es que estoy tirando temas, que estoy defendiendo con la voz, pero es parte de lo mismo. Estoy creando y haciendo arte. Pero ahora estoy tirándome al medio en ese lado y tratando de colocarme en una situación un poco más incómoda, porque eso me motiva a seguir adelante, a seguir creciendo, a seguir creando y me gusta empujarme a hacer cosas que no había hecho antes.
¿La Casa del Sombrero es un disco o es un sello discográfico?
La Casa del Sombrero es el sello que parte del proyecto y lo que me tiene muy entusiasmado es que el proyecto de Cabra está saliendo independiente y también se está inaugurando el sello discográfico que voy a estar promoviendo. Actualmente estoy trabajando con un artista puertorriqueño, estamos produciendo el disco y eso sería el segundo álbum que saldría bajo La Casa del Sombrero y antes de que se acabe el año vamos a estar lanzando su proyecto. La idea es entrar en esa frecuencia de promover propuestas de panas que le estén metiendo a sus proyectos y que estén haciendo cosas diferentes, ayudarlos a nivel de producción y brindar alguna plataforma para promoverlos y sacar adelante proyectos que yo entienda, que estén marcando la diferencia y que se estén saliendo de la tendencia de la música actual o mainstream.
Me ha llamado la atención ese nuevo rol que tienes porque siempre te has caracterizado por liderar proyectos en producción, estar detrás de los arreglos, pensar muy bien desde la producción cómo puede funcionar una canción, pero ahora también estás cantando y liderando ¿Cómo fusionas esos dos roles y cómo tratas que uno no intervenga en el otro?
En los dos temas que he lanzado trato de en un día o una noche grabar las voces y al día siguiente ser crítico sobre mi interpretación. Pero yo he estado acostumbrado a autoproducirme porque Calle 13 fue bajo eso, yo metía muchos instrumentos, yo trataba de hacer un criterio sobre la música que yo metía. Ahora se suma un elemento y es que meto la voz, es complicado escucharse a uno mismo, entonces por eso grabo por las noches y al otro día por la mañana hago el criterio y lo borro o lo apruebo y sigo para adelante. Lo que más me ha ayudado en este asunto de interpretar las letras es que me ha dado una gran herramienta al momento de producir a otra gente, al yo pasar por la experiencia de tener la voz muy presente y de cantar, me ayudó a ser más sensible al momento de trabajar con otra gente, producirlos y tratar de llevarlos de una mejor manera.
En todo el proceso de producción y autoproducción apareció una persona que tú también has producido y es Rita Indiana ¿Cómo ha sido ese trabajo con ella y cuál ha sido su papel en la creación de Cabra?
Rita ha sido súper crítica con el trabajo mío. Yo produje junto con ella el disco de “Mandinga Times” (2020), me parece que ese es el mejor trabajo de producción que yo he hecho en mi vida. Se formó un equipo nítido con ella, de ser críticos de las cosas que vamos trabajando juntos. Ella me ha ayudado a tomar un carácter con el performance, con la interpretación, con las letras y ha sido súper importante la figura de ella y el cariño que hemos ganado con todo el tiempo de trabajo en equipo que empezó en noviembre del año pasado cuando iniciamos a trabajar el proyecto de “Mandinga Times”. Estoy súper contento con que la música me haya dado la oportunidad de conectar con Rita y su trabajo, ella es brutal y lo tiene todo, está muy clara de cómo presentar su propuesta y eso es memorable.
¿Podemos adelantar algo de otros horizontes musicales? ¿hay otras colaboraciones o es un disco muy personal?
No estoy pensando en colaboraciones. Yo creo que eso se ha convertido en un vicio y no es que no me guste colaborar, de hecho el trabajo de producción me parece un trabajo brutal entre los líderes del proyecto y el productor. Yo creo que eso se ha convertido en un vicio que también lo alimenta el intercambio de followers y la dependencia que estamos teniendo de las redes sociales, está bien como estrategia, pero como tu dijiste este es un proyecto personal en el que estoy intentando tirar toda mi inseguridad y todos mis asuntos al medio, dentro de una base bastante movida y yo creo que por ahora va a seguir siendo así. Pero realmente no sé, porque parte del plan con el proyecto de Cabra es que estoy presentando sencillos y lanzándome a producir canciones justo después que terminé una. Cuando terminé “La cabra Jala pal monte” me metí al estudio e hice “La ventana” y ya estoy trabajando el próximo tema que espero lanzar el mes que viene y así, entonces estoy usándolo como actividad de esta pandemia y ese es el plan con el proyecto de Cabra. El año que viene espero en marzo o abril poder lanzar el disco, añadiré tres o cuatro temas y consolido todo en un mismo trabajo.
El mundo en general en este momento está poniendo sus ojos sobre la música que se está realizando en Latinoamérica ¿Cómo observas lo que está sucediendo con la industria musical acá? y ¿qué percepción tienes del sonido colombianos desde la producción, desde la comercialización y la proyección al mundo?
Son momentos muy confusos ahora mismo y también se agudizan dentro de este encierro que estamos viviendo. Yo creo que de cierta manera nos están dictando cuáles deben ser los gustos. A mi a veces se me complica reconocer qué es lo que realmente está conectando con la gente o no. Antes yo me acuerdo que la manera de yo saber que algo estaba conectando realmente con la gente, era salir a la calle darme una vuelta en el carro y escuchar lo que estaba sonando en el carro de al lado en algún trancón. Ahora lo único que estamos consumiendo y recibiendo es lo que tenemos en propagandas, publicidad y los tweets de las redes sociales, entonces es bien difícil saber si algo está realmente conectando con la gente.
Sí, ahora la lupa está puesta en la música latina, pero en un solo sonido. Yo siempre he creído en la diversidad y ahora mismo están un montón de propuestas que están saliendo bajo disqueras independientes y son las que están llevando la bandera de mostrar algo diferente, las multinacionales se han dedicado a comprar proyectos que ya están encaminados.
Hay un montón de propuestas que están saliendo de la cuarentena, que tienen una propuesta particular y diferente. Un ejemplo es el proyecto de Ca7riel de Argentina que está increíble y acaba de sacar un tema en septiembre que está súper nítido. Eso es lo que nosotros necesitamos, más que el sonido del momento latino, necesitamos diversidad porque como latinoamericanos está en nuestro ADN: la diversidad, la mezcla, el folclore, la herencia de áfrica nos ha dado un montón de ritmos y resumirlo en una misma manera de trabajar me parece injusto. No estoy criticando la música actual, me encanta la música electrónica, me encanta programar y todas las plataformas. Pero también me encanta mezclar todo este sonido electrónico con música orgánica, que haya una búsqueda, una investigación que se una con todo el asunto de la música actual.