
5 hitos sociales que le dejó el papa Francisco al mundo
El pasado 21 de abril, en la madrugada, el mundo despertó con una noticia que sacudió a millones, el papa Francisco falleció a los 88 años, tras sufrir un ictus cerebral y un colapso cardiovascular irreversible, según informó el Vaticano.
Su muerte ocurrió poco después de culminar la Semana Santa, cerrando así un papado de 12 años que dejó huellas imborrables en la historia de la Iglesia y en el tejido social global.
Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, heredó una institución golpeada por escándalos de abuso, corrupción y desconfianza. Tenía 76 años y pocos esperaban un pontificado largo.
Sin embargo, su liderazgo marcó un cambio de era: con gestos, palabras y decisiones que abrieron caminos de inclusión, justicia social y diálogo interreligioso.
Hoy en Radiónica repasamos cinco de los hitos sociales más importantes que deja su legado.

1. Primer papa latinoamericano
Francisco rompió siglos de tradición al convertirse en el primer papa latinoamericano, el primero del continente americano y del hemisferio sur.
Su elección reflejó el profundo cambio demográfico del catolicismo en el último siglo: si en 1910 Europa concentraba dos tercios de los católicos, hoy América representa casi la mitad, con Sudamérica como su mayor bastión.
Su origen argentino se reflejó en su estilo cercano, austero y humano. No solo transformó la manera en que se comunicaba la Iglesia, también intervino en hechos clave como la mediación en el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Su pontificado fue un símbolo de descentralización y apertura hacia el sur global.
2. Inclusión y defensa de la dignidad humana
Francisco promovió una Iglesia más inclusiva, con gestos que rompieron esquemas. Fue el primer papa en permitir que católicos divorciados comulgaran. Y pronunció una de las frases más emblemáticas de su papado: “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”
Defendió los derechos de las personas LGBT, respaldó las uniones civiles entre personas del mismo sexo y permitió que los sacerdotes bendijeran a parejas homosexuales. En contraste con posturas conservadoras del pasado, su visión enfatizó la misericordia, la dignidad y la libertad individual como pilares fundamentales.
Puedes leer: ‘Wake Up!’, el álbum de rock progresivo del papa Francisco
3. Compromiso con el medio ambiente
Con su encíclica Laudato si’ (2015), Francisco posicionó al Vaticano como actor central en la lucha contra la crisis climática. Denunció la “cultura del descarte”, el consumismo desenfrenado y los impactos del cambio climático sobre los más pobres.
Llamó a una “ecología integral” que una lo ambiental con lo social, y apeló a la responsabilidad colectiva para cuidar la “casa común”. Su liderazgo ambiental cruzó fronteras religiosas y fue clave en cumbres climáticas y debates internacionales sobre justicia ecológica.
4. Apertura de espacios de poder a las mujeres
Aunque se opuso al sacerdocio femenino por considerarlo una cuestión teológica, Francisco impulsó cambios sin precedentes en la estructura eclesiástica. Nombró por primera vez a mujeres en cargos clave del Vaticano: desde la dirección de oficinas administrativas hasta el comité que selecciona obispos.
Designó a figuras como la hermana Raffaella Petrini y, más recientemente, a Simona Brambilla como prefecta del Vaticano. Estos gestos abrieron la puerta para una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones, rompiendo siglos de exclusión institucional.
5. Un liderazgo moral en tiempos de crisis
Francisco se convirtió en una de las voces éticas más relevantes del siglo XXI. Fue un papa que escuchó a las comunidades de base, denunció el sistema económico global con frases como “esta economía mata”, y llamó al diálogo frente a conflictos sociales, políticos y religiosos.
Su pontificado propuso una Iglesia menos jerárquica y más empática, comprometida con los más vulnerables y con una mirada profundamente humana del mundo. Como dijo la teóloga Emilce Cuda, “sembró las semillas para una reforma más profunda de la Iglesia”.

El legado de Francisco trasciende el Vaticano. Su voz y sus actos dejaron una marca en el corazón de creyentes y no creyentes. Su muerte cierra un capítulo y también abre preguntas sobre el futuro de la Iglesia y la continuidad de la revolución social.