Cómo es el camino de un deportista después de unos Juegos Olímpicos
Desde Chévere Pensar en Voz Alta nos hicimos la pregunta de ¿qué pasa con los deportistas después de haber asistido a Juegos Olímpicos o Paralímpicos? Por esta razón conoceremos dos historias de personas que le dedicaron su vida al deporte, pese a las dificultades que cada uno ha tenido que pasar. Por un lado, conoceremos el relato del clavadista olímpico Sebastián Villa y, por otro lado, la de Moisés Fuentes García, leyenda de la paranatación colombiana.
Sebastian Villa es un clavadista antioqueño que, con su esfuerzo, ha participado en Juegos Panamericanos, donde pudo conquistar dos medallas de bronce. También estuvo en las olimpiadas de Londres 2012, Río 2016 y Tokyo 2020. Recientemente, ha trabajado en la parte administrativa del deporte y cuenta con un MBA en Dirección de Entidades Deportivas.
¿Qué tal le fue en ese primer acercamiento al mundo de los clavados?
Cuando llegué a clavados fue una transición muy dura; yo le tengo miedo a las alturas, entonces fue como una pelea inicial con mi mamá que me decía que para qué me iba a meter si le tengo miedo a las alturas.
Yo empecé en el 2000 y fue una transición muy difícil porque hasta el día de hoy, constantemente, me estoy enfrentando a mis miedos y a esa superación constante diaria que es algo que me ha mantenido como muy viva la ilusión de ser deportista.
Y hablando de los clavados, es una transición. La gente creen que uno ya de entrada llega a 10 metros... no, yo me demoré dos años para tirarme de esa plataforma a esa altura y hay un proceso largo, uno empieza en la orilla, subía un metro, después a dos, después vuelve a un metro y hace cosas más difíciles.
¿Cuáles son las sensaciones de participar en unos Juegos Olímpicos?
Realmente, el llegar a una villa olímpica y vivir lo que son unos Juegos Olímpicos es una experiencia que siempre va a superar esas expectativas porque por el solo hecho de que en un mismo espacio están reunidos, la élite de los deportes más importantes del mundo y que tú haces parte de ese círculo privilegiado del mundo, porque es que estamos hablando que es menos del 0.00.1 % de la población. Entonces estamos diciendo que realmente es un porcentaje en el mundo muy exclusivo.
Tú lo vives desde muchos frentes, está el deportivo, que es tu competencia, que son tus rivales, son tus compañeros, pero tú lo ves un poco más amplio porque el estar en una villa, el tener como el foco de atención para los atletas, las marcas que se le suman pues a unos Juegos Olímpicos, hacen que la experiencia sea muy agradable.
¿Después de sus tres participaciones, siente que le cambió la vida por haber ido a unos Juegos Olímpicos?
No es lo mismo poder poner a tu nombre las siglas de "Oli" de olympian, a no poder hacerlo; tú puedes ser campeón mundial, pero si no puedes ponerle a tu nombre las siglas de Oli, como lo tenemos todos los que somos olímpicos, pues te hace falta algo, cierto, está como vacío, la sensación de que falta algo por conseguir.
En lo deportivo se gana mucho, en lo personal sin duda, en cada competencia vas a crecer, haces un punto de quiebre y no eres la misma persona antes de la competencia y después de esta porque es una realidad, una experiencia tan grande. Te mueve muchas fibras.
En cuanto a los apoyos, no solo los Juegos Olímpicos -una medalla mundial-, también te va a dar un estatus diferente, te va a dar más ventajas y beneficios. Te va a dar más visibilidad y, sin duda, hoy los atletas también debemos vivir de nuestra imagen.
Hay una realidad, vivir del deporte no es fácil, profesionalizarse en un deporte es complejo, pero ahí hay competencias que te lo permiten o niveles o deportes que te lo pueden facilitar. En verdad, somos muy pocos los que podemos decir que hemos vivido del deporte y yo lo he dicho, yo no vivo tanto de mi imagen porque no soy muy de redes, no soy muy de marcas, pero yo sí construí mi proyecto de vida en torno al deporte y le he sacado provecho, como terminando mis estudios, terminando mi maestría, teniendo los contactos que me han permitido.
Esto me ayudó a conseguir el trabajo en el que me desempeño en el municipio de Antioquia; soy asesor en un programa de formación deportiva en el municipio de Envigado y es el deporte el que me ha abierto las puertas.
¿Cómo se ve en los próximos años?
Estoy convencido que voy a seguir trabajando en la parte administrativa del deporte, tanto en mi deporte que es clavados como lo que vengo desarrollando en el municipio de Envigado. Pero quiero seguir compitiendo, me siento en condiciones físicas, mentales y emocionales para afrontar un nuevo desafío, quiero seguir compitiendo al menos dos años.
Yo estoy muy metido en la parte administrativa del deporte, tanto en lo público como en lo privado, pero a mí el deporte me sigue moviendo mucho. Yo siempre lo he dicho, uno se tiene que preparar para el peor panorama, para el mejor panorama y para el panorama real; los atletas pecamos mucho en que no nos preparamos para el futuro porque pensamos que toda la vida va a ser en esa burbujita donde vamos a recibir apoyos, vamos a levantarnos únicamente con una cosa en la cabeza que es entrenar e ir a competir y no es así. Muchos atletas, pierden los apoyos, pierden competencias, tienen una lesión grave y hasta ahí llegaron los apoyos.
Ahora conoceremos la historia de Moisés Fuentes García, paranadador santandereano y único colombiano con seis paralimpiadas, con cuatro medallas paralímpicas. Contador público, tecnólogo deportivo y licenciado en educación física, le apostó a la formación deportiva siendo parte fundamental del club deportivo paranatación colombia sin límites, en la ciudad de Bucaramanga.
¿Cómo fueron sus inicios en la paranatación?
Sobre el año 92, cuando tenía 18 años, fui víctima del conflicto armado; grupo paramilitares asesinaron a mi hermano y a mí me dieron seis disparos, uno de esos afectó la columna la médula espinal, generando una paraplejia; es decir, la pérdida de la movilidad de miembros inferiores y eso fue un cambio bastante drástico en nuestro proyecto de vida.
Prácticamente, fue iniciar de cero nuevamente y encontramos en el deporte esa oportunidad de volver a la vida, de volver a encontrarle un sentido a la vida y la integración con otros compañeros en condiciones similares, quienes me transmitieron o transfirieron confianza, experiencia, pues creo que fue fundamental en ese proceso.
Pasó el tiempo y, sin quererlo o sin darme cuenta, iba aprendiendo a manejar la silla, a buscar la independencia, a sentirme un poco más cómodo, a sentirme autosuficiente y, con ello, cuando se tienen ganas de vivir, se tienen ganas de hacer y cuando tienen ganas de hacer hay posibilidades de surgir, de crecer y construir un proyecto de vida.
Inicié en el baloncesto y, posteriormente, en el año 95 empecé el proceso de natación, yo sabía nadar de pequeño, pero lo hacía en ríos sin técnica ni nada, y en el año 95 empecé en un proceso de formación deportiva a través de la natación y, bueno, ahí fue como el inicio de este proceso.
Después de ganar una medalla o varias medallas en su caso ¿Cómo le cambió la vida?
Básicamente, después de unos Olímpicos, la verdad es que el deporte colombiano ha cambiado en que antes no se daban apoyos para los deportistas y ahora hay más apoyos cuando se obtienen buenos resultados. Por ejemplo, el Instituto Departamental que apoya el Ministerio del Deporte te respalda, pero la dificultad más grande está en que en el proceso de desarrollo y formación deportiva hay mucho talento, hay mucha población con discapacidad que al iniciar el proceso no es fácil.
Por ejemplo, la natación, en la medida se que tenga escenario deportivo será más fácil apoyar a los talentos, pero en muchos lugares ni siquiera hay una piscina.
En unos Juegos Olímpicos o Paralímpicos, después del 2004 - 2008, se generó una resolución de incentivos: hoy un deportista que gana una medalla de oro olímpico o paralímpico lo podemos ver con un incentivo de aproximadamente 380 millones de pesos, que recibe por esa presea; una de plata son 190 millones y una de bronce son 130 millones.
Pero, adicional a eso, está la oportunidad de estar vinculados a un programa de deportistas apoyado que se llama Atleta Excelencia. Si hablamos del Ministerio del Deporte, este da apoyos dependiendo de su nivel de rendimiento, si es medallista olímpico o paralímpico son hasta nueve salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Pienso que esos apoyos son importantes, pero lo que hay que hacer es ir a la base, ir a la provincia, ir a los lugares remotos del país y apoyar esos nuevos procesos. El deporte ayuda a transformar una mentalidad ganadora y un espíritu competitivo para entender que usted es autosuficiente.
Aparte de seguir en competencias, ¿cómo es su vida en estos momentos?
Estoy feliz porque estoy con vida. Un poco triste porque me quedé por fuera de los Juegos Paralímpicos de París, cuando tenía toda la opción de materializar ese sueño dorado, pero ha sido un proceso retador. El sueño de Los Ángeles sigue, pero hay que ponernos más fuertes, estamos trabajando muy bien, estamos en este periodo de tiempo y lo estoy aprovechando para recuperarme porque después de una carrera de más de 25 años, donde todo mi trabajo y, en el caso de la natación, son movimientos repetitivos constantes, he sufrido varias lesiones de hombros; sin embargo, estoy cada vez más fuerte y el otro año viene el campeonato mundial que va a ser en Singapur y pues allí es la oportunidad para continuar este proceso.
Por otro lado, en el 2004 empezamos a crear el club deportivo como una manera de devolver, en parte, y ayudar a esas personas que, al igual que nosotros, cuando llegamos, en un momento, nos recibieron otras personas con discapacidad y nos orientaron.
Aquí en Colombia prácticamente no hay centros de rehabilitación integral para la población con discapacidad, pero el deporte se convierte en eso, en esa en esa integración donde comparten otras personas en condiciones similares y nosotros no les cobramos un peso a esos niños ni a esos jóvenes que llegan a nuestra escuela.
Por el contrario, cuando se les ve la actitud, la disposición y las ganas les ayudamos con el transporte, eso no sucede en ningún otro lado, nosotros construimos un fondo común de los de los incentivos que logramos cuando nosotros ganamos premios.