"Perros Bravos", el nuevo video de Niquitown
Niquitown es un lugar, callejero, sucio, pero comprometido con la realidad del país. Este lugar además de cantar y gritar con lo que no está de acuerdo, tiene todo el sonido y la historia de Medellín. Desde el punk, el ska y el sonido imprescindible de la calle, esta banda ha descrito a través de sus canciones, muchas facetas e historias de esta ciudad, son cronistas de nuestro tiempo, son el dedo en la llaga, son memoria, son música.
Niquitown está cerca a cumplir los 20 años, y no dejan de hacer música, precisamente estrenan un nuevo videoclip, así que aprovechamos para conocer algunas historias, y por supuesto, para presentar esta nueva pieza audiovisual para la música independiente colombiana.
¿Cómo era la escena musical colombiana cuando ustedes empezaron?
Bueno, eso de “cuando empezamos” creo que hay que ponerlo en dos momentos: 1997 y 2007, porque la segunda formación de la banda es diferente y este nuevo ciclo ha sido muy único. Sobre la primera época, la escena musical que conocimos no se pensaba como “colombiana” sino como de Medellín. Si mucho, hacíamos visitas a otras escenas como Bogotá, Cali, Pereira o Manizales, pero pensar en “Rock Colombiano” no era nuestra categoría. Veníamos del punk, que tenía un credo de movimiento subterráneo e independiente, y una ética de Hazlo Tú Mismo, pero el lado más “comercial” del rock, que aspiraba a que acá hubiera una industria del rock, se había desarrollado bastante bajo la influencia del “rock alternativo”.
a escena de música jamaiquina no se había formado aún del todo, aunque ya había algunos bares reggae (cercanos al circuito de la salsa y la música tropical), unos donde se ponía ska (cercanos a la escena alternativa) y una afición con gustos punkeros y “alternativos” (bandas como Mano Negra, Voodoo Glowskulls y Fabulosos Cadillacs influenciaban buena parte de esa escena, pero nosotros preferíamos una escuela más jamaiquina en la música (Skatalites, The Specials, The Slackers) y más punkera en las letras (Kortatu, Potato, Operation Ivy, Steel Pulse). En la investigación de la música jamaiquina llegamos al Dub, a Lee Perry y ese fue el clímax. Nos tocó participar en el nacimiento del Antimili Sonoro y apoyar el movimiento antimilitarista, y ver la “edad de oro” del ska en Medellín, cuando alcanzó su máxima popularidad. En el 2007 era muy distinta. Ya había una escena reggae muy afianzada, y sintonizada con el sonido y la movida actual del reggae global y latinoamericano. La escena ska parecía volver a florecer con una nueva camada de bandas y de aficionados. Además había ya un circuito de festivales y un aparato industrial de la música mucho más afianzado, aunque ninguna banda de esa escena ha logrado aún “vivir de la música”. Por el momento, sigue siendo una lucha en la que sólo algunas individualidades triunfan. Además, la escena punk se había consolidado y su ética del Hazlo Tú Mismo tomaba formas nuevas pero aún muy fuertes, y su politización era mayor también; pero empezaba a dividirse un poco, las viejas generaciones se mantenían y se acercaban al circuito de festivales masivos de rock, mientras que los más jóvenes se reafirmaban en el HTM y fortalecían una escena autónoma y politizada, y cada vez más conectada con los circuitos globales del punk.
¿Qué creen que de eso hace falta en la actualidad?
No es cuestión de lo que “hace falta”, siempre las escenas evolucionan, algunos aprenden y otros se quedan, pero las escenas son vivas y en cambio permanente. Creemos que falta tener más sellos independientes que produzcan otras músicas como el reggae o el ska, y nos gustaría que un sector más grande de la escena fuera menos dependiente de la administración y el Gobierno, el arte debe mantener su capacidad crítica y si denunciar los reclutamientos que se han hecho en el Altavoz, por ejemplo, se convierte en “patear la lonchera”, creo que la escena se debilita como un actor crítico, y ese ha sido un gran logro en estos años de historia. Nos gustaría además que el punk más subterráneo y politizado lograra encontrar escenarios más contundentes para confrontar a la cultura hegemónica, que se acercara más al movimiento social con el que con frecuencia comparte agendas, pero no espacios de creación y crítica.
¿Cómo creen que Niquitown le ha aportado a la música colombiana en todos estos años?
Pues nunca nos hemos planteado eso como misión, pero creemos que hemos hecho un gran aporte narrativo y creativo, pues siempre hemos compuesto nuestras canciones (incluso muchas versiones de otros grupos, las hacemos con nuestras propias letras); además creemos que hemos hecho un aporte estético que se manifiesta en la originalidad de nuestro sonido y nuestro lenguaje artístico. Finalmente, hemos intentado siempre aportar a los movimientos sociales y culturales que ven en el arte una forma de manifestarse, de resistir, de reivindicar y de “sacar la voz” como dice Ana Tijoux, la rapera chilena. Para nosotros, la música sirve para apropiarnos de nuestra realidad, y ese es el primer paso para transformarla.
Háblennos de Perros Bravos
El tema lo pensamos desde el principio como homenaje a esa escena beligerante y aguerrida que hemos conocido en el underground de Medellín. Algunos/as punks, metaleros/as, hoppers y otros más que se han parado en la raya de la independencia y no han sido complacientes al enfrentar una realidad implacable. Esos son nuestro “Perros Bravos” y nos dan ejemplo, nos muestran que aún podemos inventar maneras nuevas de ser, sin seguir modas y estilos impuestos por otros, que podemos construir nuestro propio camino.
¿Y el video?
El video de Perros Bravos es también continuidad de nuestra lógica y nuestras prácticas de autogestión. Hicimos varios canjes y acuerdos con individuos y procesos amigos que nos invitaron a tocar a varios lugares y, a cambio de tocar, nos hicieron unos registros de video bastante buenos que decidimos utilizar para lograr este video. Además, contamos con la buena energía de Daniel Buitrago, un parcero con el que, a partir de una primera invitación/canje en que nos acompañaba a un concierto en Bogotá, para hacer registro audiovisual del mismo, se fue generando una interacción que terminó en que él editara todo el video a partir de sus imágenes y otras que habíamos acumulado, bajo nuestra dirección artística, y de manera solidaria y profesional.
¿Qué sigue para uds?
Estamos preparando el próximo video, de la canción Gato Huraño. Y queremos terminar de grabar nuestro segundo disco para sacarlo en vinilo.
Vean a continuación el video de Perros Bravos: