“Señoras y señores, la guerra ha terminado”: Andrea Echeverri
La misma banda que nació en los noventa, en plena efervescencia del narcotráfico, dice hoy: la guerra ha terminado.
Ver en vivo a Aterciopelados es un ritual colombiano. Hay que espiarlos en cada disco, con cada propuesta estética y musical, en cada una de sus etapas y transformaciones, desde la más rockera hasta la más "hippie". Generación tras generación hemos cantado las canciones de Andrea y Héctor, desde que aparecieron con el videoclip Bolero Falaz cantando en paisajes bogotanos que se extinguieron y darían paso a un movimiento musical hecho en Latinoamérica que resaltaría lo autóctono, lo popular, todo lo que somos. Café Tacvba y Aterciopelados hacen parte del legado sonoro de Iberoamérica, son las bandas que cambiaron para siempre la escena musical de este pedazo de continente.
Desde la atrevida ‘Baracutana’, pasando por la nostálgica ‘Maligno’ y llegando a ‘Luz Azul’, no hay (tal vez) ningún colombiano que no haya tarareado alguna de sus canciones, en el bus, en el paseo, en la sala de su casa, en la peluquería o que no haya regresado a buscar la voz de Andrea en los videoclips: ‘Florecita Rockera’ o ‘En la Ciudad de la Furia’ con Cerati (Confieso, lo hago cada cierto tiempo)
La misma banda que nació en los noventa, en plena efervescencia del narcotráfico, que le ha cantado al país en ‘Colombia Conexión’ y ‘La pipa de la paz’ grita hoy: "Señoras y señores, la guerra ha terminado”