Pussy Riot en Rock Al Parque: mucho mensaje y poca música
Hablar de Pussy Riot es hablar de una de las agrupaciones más mediáticas de los últimos años. Su mensaje directo contra el gobierno de Vladímir Putin en su natal Rusia e incursiones en iglesias, manifestaciones y hasta en la final del mundial de fútbol, le ha representado a algunos de los miembros del colectivo detenciones y el sello de enemigo público para algunos o el de referente político para otros.
Desde el 2011, año de su creación, el proyecto se ha enfocado en la protesta desde el arte, usando la música como vehículo para llevar su mensaje feminista y activista de los derechos de la comunidad LGTB a oídos alrededor del mundo que se han dejado cautivar por su accionar atrevido y heroico. Por este motivo no era sorpresa que su presentación en Rock Al Parque 2018 fuera una de las más llamativas y esperadas de la edición.
Sin embargo su presentación dejó en evidencia que para las Pussy Riot el mensaje está por encima de la calidad musical. Con un formato en el que las programaciones, las visuales y la voz principal fue protagonista, Nadia Tolokonnikova interpretó canciones que fueron celebradas por un puñado de seguidores que han entendido el proceso del proyecto, mientras que a la gran mayoría de oyentes, los más desprevenidos, les pasaron desapercibidas.
Con más mensaje que calidad interpretativa y compositiva el proyecto ruso pasó por Rock Al Parque 2018 dejando un sabor de boca agridulce. Por un lado, un deleite para los oídos y las mentes más comprometidas y activistas, por el otro, una propuesta difícil de entender, digerir y celebrar para los oídos más rigurosos y exigentes.