Gray, la banda experimental de Jean-Michel Basquiat
A finales de los 70, Occidente estaba viviendo una explosión creativa que desafió todo lo que entendemos como arte. Los cuadros expuestos en galerías y colecciones privadas comenzaron a ser cambiados por dibujos efímeros pintados en las paredes de las calles. La música, sus estructuras y su virtuosismo, comenzaron a ser reemplazadas por sonidos ruidosos, rimas creativas y pulsos experimentales que buscaban crear sin límites.
En ese momento, una generación se lanzó al abismo del caos de las ciudades, a la desesperanza del fin de la modernidad y a la fascinante incertidumbre de la nueva tecnología para luego emerger con una revolución cultural que sigue impactando al mundo.
Nueva York era uno de los epicentros de este torbellino y uno de los nombres más fascinantes que vomitaron estas destartaladas calles fue el de Jean-Michel Basquiat. Nacido en Brooklyn en 1960, su padre era haitiano y su madre tenía ascendencia puertorriqueña, este artista comenzó su carrera pintando graffitis combinados con poemas junto a su compañero Al Diaz, bajo el seudónimo de SAMO.
La calle era el hábitat de este inquieto ser que huyó de su casa, vivió en los parques y se metió en el bajo mundo creativo de la ciudad donde se estaba incubando la revolución del graffiti, el arte experimental y por supuesto el hip hop y el punk.
Esos años fueron la época “pre Basquiat”, antes de que Andy Warhol lo tomara bajo su cuidado y pasará al arte plástico. Antes de la fama, la farándula y la heroína, que lo terminaría matando en el 88; antes de crear una de las obras artísticas más intrigantes, políticas, expresivas, crudas y atrapantes del siglo XX.
En esas épocas de experimentación y juegos, Jean-Michel creó una alucinante banda de música experimental llamada Gray. Todo comenzó el 29 de abril de 1979 en una fiesta llamada The Canal Zone Party, que unía al emergente mundo del graffiti con la intención de juntar a toda la ciudad en un bacanal de arte y descontrol. Esa noche, Basquiat conoció al cineasta Michael Holman, que organizaba la fiesta, con quien al final de la noche decidió crear un proyecto musical.
Ninguno de los dos sabía tocar un instrumento pero el punk ya había parido a sus primeros íconos autodidactas y por la zona del Soho estaba sonando la estridencia del no wave, un movimiento sonoro creativo que exploraba en el ruido nuevas formas de entender la música. Esto inspiró a Basquiat, que se acercó a los instrumentos y a las máquinas con la intención de encontrar la belleza.
Gray es una propuesta industrial ruidosa, que juega con voces monótonas, ritmos metálicos y melodías oscuras, muy urbanas como lo que sonaría en una ciudad distópica. Pero también chupa de las rimas de hip hop y la actitud desafiante del punk. Es un caos sonoro futurista, que al mismo tiempo es un poema muy bello a la noche y sus peligros.
A pesar de que el ruido es la base de Gray, sus canciones están muy bien grabadas. Cada parte funciona de forma perfecta, no satura, toda la disonancia se une para formar una comunión abstracta de belleza infinita, muy similar a las pinturas del artista.
El nombre salió del libro Anatomía de Gray, que inspiró mucho la obra de Basquiat, y el patio de recreo del grupo eran lugares como CBGB, Max's Kansas City, Hurrah y Mudd Club.
Jean-Michel tocaba el clarinete y los sintetizadores y con Holman reclutaron a Shannon Dawson, Wayne Clifford, Nick Taylor y Vincent Gallo. La formación original no dejó un disco hecho, pero sí varias grabaciones, algunas se pueden escuchar en películas como Downtown 81 (2000). En 2010 se lanzó Shades Of... el primer disco prensado de la banda y en el 2019 salió un compilado llamado Shades Of... Anthology. En este hay canciones que son solo golpes, otras que parecen jazz experimental, otras que son como un proto rap muy prendido y robótico.
Grey se separó cuando Basquiat se volvió famoso, pero el resto de sus miembros también emprendieron sus exitosas carreras. La formación original se reunió en el 88 para tocar en el funeral de Jean-Michel y desde el 2011 Holman y Taylor revivieron el proyecto con el que dan shows esporádicos, los cuales son un recuerdo de un momento fascinante, lleno de libertad e inquietud que dejó una huella sonora que se suma al enorme legado de Jean-Michel Basquiat.