We Are Wolves presenta 'Nada', una obra que explora el desasosiego contemporáneo
Este trabajo es el fruto de años de reflexión. Captura la esencia de un mundo en constante convulsión. En sus letras abordan temas como el exceso de información, la crisis ambiental y el desconcierto en tiempos de guerra en un intento de transformar el caos en un orden materializado en canciones.
El disco combina sonidos sintéticos y orgánicos, abarcando desde el synth rock y el postpunk hasta influencias tropicales y alt-rock de los años 90. Cuenta con colaboraciones junto a Oliver Ackermann (A Place To Bury Strangers) y Joseph Yarmush (SUUNS), quienes añaden profundidad a una colección de canciones que alternan entre la claridad melódica y la experimentación ruidosa.
Grabado en diversos estudios incluido Death By Audio en Nueva York, con Ackermann, sesiones en México bajo la guía de Odín Parada y mezclado en Montreal por Adrian Popovich, el álbum es una obra que explora el desasosiego contemporáneo.
En conversación con Alexander Ortíz, conocimos de manera más personal, el proceso creativo de NADA, el nuevo trabajo discográfico de We Are Wolves.
¿Qué pasó en las vidas de Alexander y Vincent durante este tiempo que se tomaron para presentar nueva música?
Pasaron muchas cosas. Tuvimos un momento de pensar cómo íbamos a trabajar ese nuevo álbum, si en realidad queríamos hacerlo. Yo tuve muchos proyectos musicales en ese momento y mi amigo, Vincent, con quien trabajo, tuvo un hijo. En un momento supimos que estaría bien volver a trabajar juntos y ver qué era posible con We Are Wolves. Todo empezó a suceder en esa semana, nos pusimos a trabajar sobre una canción, después dos, después dijimos que estaría bien ir a grabar a la casa de un amigo en México, al estudio de un amigo en Nueva York, a trabajar aquí en mi casa, en la casa de Vincent. Todo eso se demoró mucho, mucho tiempo, pero ahí empezó la máquina de creación.
¿Cuánto tiempo les llevó completar este disco desde la idea inicial hasta la versión final?
Yo diría que un año, un año y medio. No recuerdo cuándo empezó exactamente, pero fue un proceso largo y complicado. Fue un proceso en el que queríamos tomarnos nuestro tiempo. Si queríamos tomarnos una semana solamente para pensar en un ritmo, lo íbamos a hacer, porque estábamos haciendo todo nosotros mismos. Y el label, la empresa que nos representa, estaba poniendo presión, pero hay que decir que ellos también comprendieron que queríamos tomarnos el tiempo de hacer las cosas bien y diferentes.
¿Cómo describirías la atmósfera en el estudio de grabación en medio del trabajo creativo de Nada?
Fue una atmósfera muy diferente, difícil, pero natural. Como no fueron canciones y títulos que hubiésemos trabajado meses o años antes o cuando estábamos en gira, fue un proceso de creación que fue sucediendo sin tenerlo muy planeado. Entonces yo empezaba, digamos, con una línea de bajo, o Vincent con un tipo de ritmo, y The Drum Machine con un 9-0-9, un 8-8.
En ese momento yo empezaba con algo y ahí empezaba a surgir la conexión. A veces parecía una conexión más mística y a veces parecía que era más un trabajo matemático. Éramos como: “ok, bueno, esto tiene sentido, esto tiene un ritmo así, esto tiene una emoción que está yendo en esta dirección”... A veces pensábamos en una línea de guitarra bien punk, o bien fría, y desde ese punto empezábamos a ensayar. A veces funcionaba bien, y a veces éramos como: “oh, hermano, esto no está funcionando, nada, nada. Tenemos que ir hacia hacia el lado opuesto…” y así continuamos ensayando. Entonces fue una construcción muy experimental, muy diferente a lo que siempre hemos hecho.
Teniendo en cuenta la unión de culturas y perspectivas entre Vincent y tú, ¿hay una narrativa central que conecta las canciones de este nuevo disco?
Claro, como lo estaba diciendo, existió algo de una manera natural, y todo eso se juntó. Yo tenía mi visión y una idea de a dónde quería ir, pero nada seguro, sumado a la visión de Vincent con su cultura, con su manera de comprender. Entonces todo se fue uniendo de una manera muy natural, orgánica, pero excepcional y bien rara. Lo que unificó todo eso fueron las letras que eran un poco pesimistas, pero también esperanzadoras.
Al final, si todo está yendo tan mal en el mundo, con la pobreza, con el clima, con la política, con todo, ya parece como si fuera el fin del mundo… entonces todo eso nos está afectando mucho y eso se plasmó en las letras. Igualmente creo que hay una manera de llevar eso con optimismo, con esperanza.
¿Qué significado tiene Nada a nivel personal y artístico?
Creo que es una concepción más filosófica, ya que estamos casi que al final de todo y que parece, además, que no queda nada, es algo que nos permite empezar de cero y levantarnos de las cenizas. Ya que estamos en el fin, es el momento en el que todo puede cambiar, todo es posible. En este álbum hay una concepción de esperanza, de una ilusión mística de que hay cosas posibles. Si todo está tan mal, hay algo de posibilidades detrás de todo ese “nada” y creo que por eso escogimos también el color amarillo para el álbum como una manera de llevar una mirada positiva en medio del caos.
Ya que nombras el diseño del álbum, ¿cómo llegan a esa propuesta visual y, sobre todo, por qué eligieron este nombre?
Si uno dice que no tiene nada, realmente está empezando a tener otras cosas. Es un poco así el concepto del nombre del disco, los colores y el diseño. Yo siempre he estudiado arte, he trabajado mucho en gráficos de álbumes de otras bandas, entonces me parecía que el amarillo del disco y la concepción artística que tenía, se entendían como algo positivo. El concepto artístico y conceptual detrás de ese álbum y los colores era un poco de llevar ese “happy face” (carita feliz), como que dice Nada con los ojos y el We Are Wolves completando una cara feliz.
¿Qué diferencia a Nada de sus trabajos anteriores?
Creo que es un trabajo más maduro, hay más experiencia porque siempre hemos tenido una manera de grabar que es bien punk, bien rápida, como sin pensarlo mucho. Hay algo muy juvenil, como de adolescente con la música que siempre hemos hecho y en este álbum juntamos todo. También exploramos diferentes estilos musicales, maneras de grabar, maneras de escribir, ensayamos otras cosas, entonces yo creo que tiene algo más, sí, como un grado de sabiduría. Aunque todavía tiene el lado punk y a veces el lado garage y primitivo, creo que ya comprendemos la música mejor que antes.
Mirando en retrospectiva, ¿ha cambiado tu perspectiva sobre la música y el arte en general en la actualidad?
Sí, yo creo que sí ha cambiado, pero no de una manera como: “ah, bueno, antes eran niños, después se volvieron adolescentes y ya son viejitos del rock”, no, creo que todavía hay mucho de lo mismo, pero ahora, al día de hoy, me acepto más como músico y artista. Antes me sentía un impostor y en ese momento lo siento un poco menos. También hay ese sentimiento de saber un poco más lo que estoy haciendo y a dónde quiero ir con esta música y con el arte.
¿Hubo retos y/o ventajas al encontrarse con este ecosistema de la industria musical que está cambiando todo el tiempo?
Uf, de verdad que no sé qué pensar de esta industria musical, porque a veces para mí es la cosa la más ridícula, porque lo que veo es que hay muchos artistas que están tocando música mejor que antes, que saben cómo vender un producto, vender la música, pero al final tengo la impresión de que estoy un poco desilusionado con esta industria. Por eso estoy en este momento en el que espero que llegue algo mejor porque hoy en día es casi imposible, si no haces música pop, reggaetón o hiphop, vivir de la música es casi imposible.
La gente quiere todo gratis y quiere más y la industria quiere pagar menos a los artistas, pero quiere tener más plata del otro lado, entonces hay algo que está pasando que no logro comprender y me da mucha una tristeza, pero espero que estemos en momentos de cambio.
¿Cómo te sientes con respecto a las nuevas tecnologías y el cambio que está generando en los procesos creativos a la hora de hacer música?
Me siento un poco confuso, con sentimientos encontrados, pero hay algo interesante. Espero que la podamos utilizar de una manera inteligente, que sea un bien para la humanidad, porque en este momento veo que hay posibilidades y hay algo ahí que tenemos que explorar. Con las nuevas tecnologías siempre hay ese momento de adaptación donde uno no sabe lo que está pasando y hay mucha gente que quiere utilizarlo para hacer plata y matar el lado creativo.
Creo que es una nueva tecnología que todavía no comprendemos bien, pero que puede ser utilizada de una manera creativa y puede ayudarnos a seguir adelante. Pero estamos en el principio de todo esto y eso es lo peligroso. El primer reflejo de la humanidad es ser vicioso, agarrarlo todo y encontrar una manera muy negativa de utilizarlo. Entonces, no sé qué pensar en este momento. Sé que no estoy en negación contra todo lo que está sucediendo en ese aspecto pero me estoy fijando más en lo que puede ser ahora y en el futuro. Creo que puede ser algo bueno.
Mirando el lado de los fanáticos, ¿has notado algún cambio en cómo la gente está consumiendo música y cómo se está relacionando con ella recientemente?
Nosotros tenemos gente que nos ha seguido desde hace casi 20 años, que es lo que llevamos con este proyecto, pero hay mucha gente que ya hoy en día tiene hijos y tiene otra manera de escuchar música. También tenemos nuevos fans que tienen 20, 25 años que escuchan nuestra música y tienen una nueva manera de comprender la música. Ellos consumen la música de una manera muy diferente. Hay tantas bandas y todo es accesible y posible.
A veces tengo la impresión de que ellos conocen nuestra música de una manera muy selectiva, como que llegaron a nosotros con canciones que escucharon en una playlist o tiene que ver con un video en redes sociales que está relacionado con nosotros. Entonces, me parece muy diferente cómo ellos escuchan la música pero me encanta porque tienen algo de energía. Esos jóvenes de los que estoy hablando, que conocen nuestra banda por playlists o juegos de video, compran vinilos, compran álbumes. Están listos para pagar el precio total de un álbum y eso me parece único.
Eso ayuda a los artistas, pero me gusta esta concepción de que los jóvenes están comprando todo en la música. Coleccionar música es una cultura que tengo desde siempre, desde que tengo 15 años colecciono vinilos. Entonces para mí es algo muy raro, pero interesante. Cuando hablo con un joven de 22 años que ya tiene una colección de vinilos me pregunto ¿cómo puede hacerlo ganando poca plata, ir a ver shows de música en vivo, comprar vinilos y comprender tan bien la música? Eso es algo muy interesante.
¿Qué esperas que sientan o reflexionen quienes escuchen este nuevo disco de We Are Wolves?
Lo que me gustaría que la gente hiciera cuando escuche nuestro disco es que tengan una reflexión y una perspectiva crítica por las letras y los temas que les estamos proponiendo en las canciones. Espero también que puedan tener un break de la realidad y que puedan escuchar la música y solamente vivir la música para desconectarse de toda esta sociedad que se siente que está llegando al fin.
Que puedan solamente absorber la música y tener una buena sensación, que tengan ganas de ir a vernos en vivo y que tengamos una conexión en nuestros shows. Creo que musicalmente es para divertirse y, de otra manera, quiero que escuchen las letras y que reflexionen sobre cómo perciben lo que está pasando en la realidad del mundo con el clima y todo eso. Realmente son dos visiones que me gustaría que la gente perciba con la música de We Are Wolves.
Con respecto a la dirección musical de la banda después de este álbum, ¿crees que encontraste un nuevo camino o mejoraste los anteriores?
Creo que estamos mejorando nuestros caminos y los estamos adaptando a otra manera de hacer las canciones que hacíamos antes. Esas que eran más punk y new wave con canciones más complejas, con ritmos latinos como la cumbia experimental. Para los shows en vivo está increíble porque el mismo Vincent, mi compañero de banda que toca el teclado, hoy en día está tocando guitarra y como es la primera vez que toca guitarra, está tocando como si tuviera 16 años.
Tocar un instrumento por primera vez te da una energía muy nueva e infantil, revive esa sensación de estar viviendo algo desconocido. Sentimos mucha felicidad haciéndolo y eso se siente en los shows. Creo que es interesante ver cómo nos estamos adaptando a esa nueva realidad.
¿Cuáles son los planes de We Are Wolves con este nuevo disco?
El plan es ir a Colombia seguro. México también. Estamos tratando de organizar una gira por toda Latinoamérica. Sabemos que vamos para México, Colombia y Chile, pero no sé cuándo exactamente porque es complicado. Todo es muy costoso pero lo que es seguro es que tenemos fans por toda Latinoamérica y que queremos ir. Tenemos gente con la que trabajamos muy bien y nos están ayudando a ver cuándo podemos ir. Nos encantaría ir a festivales de música, etc., nos encantaría todas esas cosas, estamos listos.
Nada de We Are Wolves ya está disponible en las plataformas de música en streaming.