[Bogotá 40] Armando Muñoz: “la salsa y el tango: inseparables”
Al ritmo de salsa llega la quinta entrega de Bogotá 40, esta vez con el bailarín Armando Muñoz como protagonista.
Texto por: Richard Hernández
Este artista callejero se presenta como un bailarín del espacio urbano en el centro histórico de La Candelaria. Precisamente se ubica en la esquina del Museo de la Independencia, Casa del Florero, en donde el 20 de julio de 1810, se dio el grito de Libertad del yugo español.
Armando Muñoz lleva tres años en este arte: “la salsa la aprendí en las antiguas escuelas de salsa y el tango y la milonga, en la Universidad Nacional de Colombia”.
De estos ritmos contó que: “a pesar de que son distintos, ambos atrapan y uno no puede vivir sin el otro, los dos narran historias de la vida, unas agradables y otras dolorosas”.
Con sus zapatos blanco y negro, camisa blanca, pantalón negro, con tirantas y un sombrero, Muñoz danza sobre los adoquines al son de la salsa: “bailar tango es complicado, se necesitan unos códigos y hay unas partituras de conocimiento en la caminada y en el abrazo que no se puede romper; mientras que en la salsa se tiene más libertad”, señaló Armando.
Para él la mayor satisfacción como artista urbano es la de atrapar a la gente que siempre le regala cinco minutos de su tiempo: “yo he tenido la experiencia con los oficinistas a la hora del almuerzo, que bailan conmigo dos minutos, me dan su aporte, danzan y se desestresan y vuelven a su trabajo más relajados”.
Sobre el arte urbano Muñoz aseguró: “es una ventaja, porque en un espectáculo de tango le cobran por la entrada 50 mil pesos y usted no tiene derecho de estar en contacto con el artista. Mientras que en la calle por unas simples monedas usted le puede estrechar la mano, habla con él; por eso el arte urbano es muy bueno en sus diferentes manifestaciones, donde usted puede encontrar artistas con gran talento”.