Elecciones regionales: El acto de elegir
Toda la vida nos la pasamos eligiendo: una pareja, las prendas de vestir, ver o no una película, el tiempo que invertimos para nuestras familias, si ahorramos o no…
Desde niños somos selectivos: con los amigos que jugábamos, por ejemplo; la niña que nos gustaba en el colegio y que invitábamos a salir y –en la mayoría de los casos- la carrera que queríamos estudiar en la universidad.
Y así hemos transitado la vida, eligiendo a diario, lo que equivale a tomar decisiones que definen quiénes somos y qué queremos para el futuro; ahora, al cumplir 18 años de edad asumimos un derecho y un deber ciudadano que nos otorga la Constitución Política de Colombia, el voto: “Artículo 258. El voto es un derecho y un deber ciudadano”. Es decir, otra vez, la oportunidad de elegir.
Pero, ¿somos una ciudadanía con criterio para escoger a conciencia por quién votar? Esta pregunta es simple pero la respuesta no tanto en una época en la que manipulan la información con los datos en redes sociales y con prácticas de antaño como la compra de votos.
No vayamos muy lejos: en junio de 2018 (hace apenas un año y dos meses), el diario El Tiempo informó que la Fiscalía General de la Nación denunció a la organización delictiva 'La Casa Blanca', de la que se vio beneficiada la entonces senadora electa Aida Merlano. Tal organización, explica el periódico, “empezó a funcionar desde el 2015 en las elecciones regionales (gobernadores, diputados, concejos, alcaldes y ediles) y continuó en el 2018 para los comicios legislativos”. Por ejemplo, en su sistema de compra de votos realizaban capacitaciones para que la gente entendiera cuánto recibiría por vender su voto, cómo debería marcar el tarjetón y por cual candidato.
Esa práctica corrupta viene de antaño y no vamos a profundizar en ella, sirve para ilustrar sobre un caso reciente que nos exige pensarnos como sociedad responsable del devenir de cada región país.
En lo que si podemos ahondar es en esta pregunta: “usted, ¿a quiénes les dará su voto?” Incluso, hay una pregunta previa: “¿cuáles son las necesidades sociales, económicas, de salud, educativas y de otra índole, que tiene su región y que proponen resolver –o al menos plantear soluciones- las propuestas de esos candidatos?".
Y no se trata de dar lora, ¡no! La intención es llamar a la responsabilidad del acto cuando vamos a votar, así como cuando alguien pone sus ilusiones como proyecto de vida en una relación de pareja, en un trabajo o en la vida misma desde el acto cotidiano.
Imagínense que recientemente la Fundación Paz & Reconciliación, Pares, “realizó una investigación sobre los candidatos cuestionados que aspiran a las alcaldías y gobernaciones en todo el país. De los 236 candidatos de 27 departamentos que monitorearon, encontraron 98 con indicios de corrupción, parapolítica o relaciones con fuerzas ilegales”, detalló la Revista Semana en agosto de 2019.
En la mencionada investigación, aparecen candidatos en Antioquia, Risaralda, Guaviare, Tolima, Guajira, Chocó y Cundinamarca, entre otros departamentos.
Así que ya no estamos eligiendo los amigos de colegio para jugar, no, ahora es un asunto determinante que entre otros asuntos coyunturales, nos debe llevar a cavilar: ¿Los candidatos por los que vamos a votar ofrecerán a nuestros hijos educación de calidad, oportunidades de empleo para los jóvenes, acciones para el cuidado del medio ambiente y atención a las personas de la tercera edad en situación de calle?
Desde Radiónica, como radio pública y cultural, invitamos a ejercer con responsabilidad del derecho al voto.