Ucrania: preguntas sencillas para conflictos complejos
El 23 de febrero el mundo quedó en shock luego de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunciara una operación militar especial en la región del Donbás. Después de esto empezaron a llegar los primeros reportes de ataques con misiles a varios objetivos militares ubicados en todas las regiones de Ucrania y el despliegue de tropas dentro de ese país.
Desde entonces han pasado horas de tensión e incertidumbre. Según el Ministerio de Salud ucraniano, en las 24 primeras horas se han reportado 57 fallecidos y 169 heridos. En Kiev, la capital ucraniana, miles de personas han huido y Estados Unidos y la Unión Europea han pactado sanciones económicas y comerciales contra Rusia.
Este es un conflicto muy complejo que comenzó hace ocho años cuando las regiones de Donetsk y Lugansk, cuya población es en su mayoría ruso parlante, se declararon rebeldes y decidieron separarse de Ucrania para convertirse en repúblicas independientes. Desde entonces, se estima que unas 14 mil personas han muerto en la denominada guerra de Donbás, que ha enfrentado a los separatistas prorrusos con las fuerzas armadas ucranianas.
Y ahora que el conflicto se ha escalado de forma bélica, política y económica, es normal que entre tanta información y desinformación corriendo por Internet, surjan todo tipo de preguntas, inquietudes e incluso miedos.
Por eso hablamos con Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario; Ricardo Abello profesor de Derecho Internacional de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario; Rafael Piñeros, docente de Relaciones Internacionales de la Universidad el Externado, y Alejandro Mantilla, educador e investigador parte del equipo editorial de la revista La Siniestra. Los tres expertos que nos aclararon varias de las interrogantes que más abundan en las redes sociales.
¿Qué está pasando en Ucrania?
Mauricio Jaramillo: Básicamente se está librando una guerra. Rusia acaba de lanzar un ataque para detener, dicen ellos, el genocidio que se está cometiendo contra las poblaciones ruso parlantes en la región del Donbás en la frontera con ese país. Y la versión que tiene occidente, EE.UU. y los países de la OTAN es que Rusia invadió con el propósito de anexar nuevos territorios para eventualmente controlar el territorio de Ucrania, utilizando el tema de la defensa de los derechos de la población rusa como una excusa.
Estamos en medio de las tensiones para ver de qué manera puede haber un repliegue de la fuerza por parte de Rusia con el fin de regresar a la diplomacia que dependerá en buena medida de que Ucrania no entre a la OTAN, se respeten los derechos de la población ruso parlante y que Rusia se comprometa a no agredir a Ucrania.
Ricardo Abello Galvis: En primer lugar es necesario entender que hay un altísimo porcentaje de la población ucraniana que es rusa. El país está muy dividido y por razones históricas se habla también tanto ucraniano como ruso. Y en este sentido hay unos intereses que siempre están ahí latentes, desde la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Rafael Piñeros: Lo que está sucediendo en Ucrania es una clara agresión al Derecho Internacional, a la soberanía de un Estado por parte de la Federación Rusa. En ese sentido hay mucha preocupación por la situación en las ciudades, por la situación de las personas. Por cómo va a reaccionar la población civil frente a un ataque indiscriminado por parte de un vecino.
Alejandro Mantilla: En estos momentos en Ucrania hay una intervención militar por parte de la Federación Rusa, hoy gobernada por Vladimir Putin, en el marco de una situación particular y de una repercusión global. La situación son los reclamos de dos regiones, Donetsk y Lugansk, que están reclamando independencia del gobierno central ucraniano. Dos regiones que han sido respaldadas por Rusia, que hoy incluso tiene una intervención militar en su favor, con un conflicto interno que ya lleva un tiempo largo. Pero al mismo tiempo hay una repercusión global, una especie de juego de ajedrez global dado que el gobierno ucraniano está hoy alineado con los intereses de la OTAN y no puede entenderse la agresión militar rusa sin ver cómo este país está haciendo un contrapeso a los intereses de esta organización.
¿Cómo está esto definiendo la política internacional?
Mauricio Jaramillo: Esto confirma que Estados Unidos dejó de ser el garante del orden mundial hace mucho tiempo. Es una situación que tiene en vilo la seguridad internacional y no la resuelven solo ellos. Necesita de Europa, necesita de Rusia, necesita de China, seguramente también de algunas potencias emergentes como Turquía. Muestra una nueva correlación de fuerzas y un EE.UU. impotente que no puede hacer nada viendo cómo atacan a un aliado suyo en Europa del este. Habla de una nueva política internacional, en buena medida, por todos los fracasos del intervencionismo del país norteamericano en Irak, en Afganistán y en Libia.
Ricardo Abello Galvis: Creo que esto está definiendo la política internacional, creando nuevas fuerzas y nuevos dominadores de la geopolítica mundial. La posición hoy en día en Naciones Unidas es muy compleja, teniendo en cuenta que Rusia está en la presidencia y además es miembro permanente del Consejo de Seguridad. En ese orden de ideas la situación es difícil, sobre todo teniendo en cuenta que Naciones Unidas es una organización que busca la paz y en momentos de conflicto es realmente muy poco lo que puede hacer. En este sentido, actores como Rusia y China tomarán una especial trascendencia en la geopolítica mundial en estos momentos.
Rafael Piñeros: La OTAN, la Unión Europea y otras organizaciones han seguido manteniendo la línea que hasta hace unos días aplicaron: sanciones económicas y financieras a algunos sectores de la economías, a personas en particular o también a altos funcionarios del gobierno ruso. Hoy y mañana serán días de profundas consultas para saber cuál será la respuesta. Ucrania no hace parte de la OTAN, ni de la Unión Europea, no hay en firme un compromiso para defenderla. Hay distintos mecanismos que puede variar desde solicitar una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad, imponer sanciones, que ha sido la manera predominante, pero es difícil saber cómo va a reaccionar.
Alejandro Mantilla: Lo que vemos en estos momentos es una situación de competencia imperialista entre la OTAN y Rusia, lo que nos hace pensar que podemos volver a la vieja política de zonas de influencia, eso ya se ha visto en los últimos meses. Recordemos el acuerdo, por ejemplo, entre EE.UU., Gran Bretaña y Australia, un acuerdo de cooperación militar que dejó por fuera a la Unión Europea. También lo vemos en la situación del sur de Asia con las tensiones entre EE.UU. y el gobierno chino. Y por supuesto en lo relacionado con toda esta franja de Ucrania, Georgia, que intenta ser gobernada por Rusia. En suma estamos en una situación que nunca cesó de competencia entre grandes potencias y de alianzas cambiantes en el concierto internacional.
Hay que ver también que en Ucrania hay reservas de gas importante que es un punto crucial en la relación entre Rusia y la Unión Europea, porque parte del suministro para Europa occidental depende de Rusia. Y esto es fundamental en un momento de crisis energética y en un continente que necesita este gas para mantener la calefacción en invierno. Rusia tiene una carta para jugar con el control de yacimientos de gas en esa región. Ucrania fortalecería su posición estratégica.
¿Es posible que esto escale a una guerra mundial?
Mauricio Jaramillo: Una guerra mundial es poco probable por tres razones. Tenemos potencias nucleares comprometidas y a las potencias nucleares no les interesa la guerra. El orden está basado en que ellas tienen ese poder que usan responsablemente; hablo de Rusia, China, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Van a tratar de hacer hasta lo imposible para no inmiscuirse. Segundo, para Rusia una guerra con Estados Unidos y con potencias nucleares como Francia y Reino Unido es un pésimo negocio. Entrar a Ucrania no tiene problema porque es inmensamente superior en capacidades nucleares, pero ya a la hora de entrar a enfrentarse con EE.UU. es otro cuento y no va a tener el apoyo de la población. Desafortunadamente lo que se va a librar es una guerra en territorio ucraniano, entre esos países, pero no en el territorio de las grandes potencias, ni apelando al arma nuclear, o eso es lo que se espera.
Ricardo Abello Galvis: Esperemos que no y la verdad creo que es muy difícil por la fuerza misma que tiene Rusia. En este sentido eso hace que el enfrentamiento tenga que ser muy cuidadoso en la medida que efectivamente una guerra mundial sería lo último que esperaríamos como resultado de esto. Además hay que tener en cuenta que Europa tiene una dependencia directa del gas y del petróleo de Ucrania y en consecuencia si Rusia cierra la llave, esa dependencia servirá como elemento de chantaje en relación a lo que la Unión Europea busque hacer para resolver este conflicto.
Rafael Piñeros: No quisiera decir una guerra mundial. Hay una agresión, pero no considero que vaya a haber una reacción multitudinaria de otros Estados en el sentido de apoyar esta causa o no.
Alejandro Mantilla: No creo que el escenario escale inmediatamente ni en el mediano plazo a una guerra mundial. No es un escenario deseable ni para la OTAN ni para la Federación Rusa. Tampoco lo puede ser para China ni para la Unión Europea. Pero sí podríamos ver una especie de retorno a una política de áreas de influencia que genere una serie de nuevas tensiones a escala mundial. Eso sí podríamos verlo. Creo que el propio Putin no está buscando una guerra mundial sino fortalecerse en sus áreas de influencia. Es una especie de reconfiguración del poder global y sobre todo en Europa del Este. Es además un claro reto al liderazgo de EE.UU. que seguramente se va a ver menguado en el corto plazo.
¿Cómo afecta esto a Colombia y a la región latinoamericana?
Mauricio Jaramillo: Esto no tendría porqué afectar a América Latina ni a Colombia, salvo en el caso del evidente aumento de los precios en algunas materias primas. En Europa por ejemplo se ha empezado a sentir en el precio del trigo, del maíz, de la soya. Acá no debería ocurrir porque no dependemos del suministro de Rusia como sí sucede con ellos, pero tendrá un efecto en el petróleo. Es probable que ingresen más dólares al país bajando el precio de este. Pero como humanidad, que haya una guerra, es absolutamente lamentable.
Ricardo Abello Galvis: Rusia ha estado apoyando a varios países de América Latina. En ese sentido tanto Venezuela como Nicaragua, a priori podría pensarse que van a salir beneficiados. No lo sé, yo la verdad creo que Rusia está más concentrada en el problema en Ucrania, en la misma región, que lo que está pesando por fuera y especialmente en América Latina.
Lo que no se puede dejar de lado es que a la luz de Derecho Internacional hubo un uso de la fuerza con un Estado parte de Naciones Unidas y eso es una agresión internacional que conlleva a unas sanciones económicas.
Rafael Piñeros: Apoyos diplomáticos habrá, comunicados de los distintos países y en especial Colombia y Latinoamérica están significativamente distantes. Los intereses económicos y financieros son más bien bajos y no creo que tengan una incidencia directa. Una nota de protesta, una nota diplomática, pero no se deberían contemplar acciones adicionales.
Alejandro Mantilla: Precisamente América latina debería estar por fuera de este juego. Quienes quieren alinearse tan rápidamente con la OTAN como el gobierno colombiano, debido a la mala decisión del gobierno Santos de adherirse a esta organización, cometen un grave error. Lo mejor que podemos hacer las naciones de América Latina es mantenernos al margen de un juego global en el que no deberíamos tener lugar. Creo que la mejor política internacional desde América Latina es una integración propia en solidaridad con todos los pueblos del mundo.
¿Cuál es la posición internacional de Colombia al respecto?
Mauricio Jaramillo: La posición de Colombia es básicamente una posición improvisada y es lo que arbitrariamente ha decidido el presidente Duque. Esto coge al país en una muy mala posición, porque el Ministro de Defensa había hecho acusaciones a Rusia por la presencia militar en la frontera, se habló de la injerencia de terceros en clara alusión a ese país y para rematar, Colombia que es socia más no miembro de la OTAN ha decidido inmiscuirse diciendo que está de acuerdo con la defensa de la integralidad ucraniana. Esto rompe el principio de América Latina de no injerencia, de hacer llamados a la paz, a la armonía, pero obviamente este lineamiento sin antecedentes con EEUU ubica a Colombia como un país sometido a sus intereses.
Ricardo Abello Galvis: El gran aliado de Colombia siempre ha sido EEUU. En ese sentido Colombia seguirá defendiendo dicha posición.
Rafael Piñeros: Yo creo que Colombia debería seguir manteniendo su posición. Colombia hoy no tiene un asiento rotativo en el Consejo de Seguridad y por lo tanto no va a ser un foco de atención en este momento sobre esta situación.
Alejandro Mantilla: Espero que el gobierno de Iván Duque no tome la mala decisión de enviar tropas colombianas como carne de cañón a ningún conflicto en otros lugares del mundo. Mantenernos desde el sur en una política de no alineados y de no participar de las aventuras imperialistas de los grandes poderes globales. Desafortunadamente este gobierno en estos asuntos, como en los domésticos, no lo acompaña la razón ni la decencia.