Habitar la ciudad como peatón: Un análisis de la peatonalización en Pasto
Hace unos años, el poeta uruguayo Quintín Cabrera precisó la frase: “las ciudades son libros que se leen con los pies”, revelando con ella el increíble valor de caminar, ser peatón y vivir las ciudades lejos de los vehículos motorizados.
Y es que sí, la mejor manera de conocer una ciudad es recorriéndola con calma. Cuando vivimos la ciudad a pie tenemos la oportunidad de descubrir rincones ocultos, disfrutar de espacios verdes y apreciar su arquitectura. Hacerlo nos permite observar más allá de solo ver, escuchar más allá de simplemente oír.
Sin embargo, en el vertiginoso mundo de hoy en el que el tráfico caótico, el ruido y la contaminación del aire son parte del paisaje habitual, es fundamental buscar soluciones para construir un entorno más habitable que nos permita leer las ciudades con los pies con absoluta disposición.
Foto de Samson Katt | Pexels
En este contexto, el peatón aparece como una figura clave en el diseño de las ciudades ecológicas y en la promoción de la movilidad sostenible. La peatonalización, entonces, surge como una estrategia esencial para abordar los desafíos que enfrentan nuestras ciudades modernas y, a su vez, surge como una respuesta a las reivindicaciones de una ciudadanía que busca habitar su ciudad mejorando su calidad de vida.
¿Qué implica peatonalizar? Como todo proceso es paulatino, convierte las áreas urbanas, calles o zonas específicas en espacios exclusivos para los peatones, eliminando o restringiendo significativamente el acceso de vehículos motorizados.
Implica transformar el diseño y la infraestructura de estas áreas para priorizar la movilidad de las personas a pie y mejorar su experiencia en el entorno urbano, devolviéndole los espacios públicos al principal actor de la movilidad: el peatón.
Las Ciudades Ecológicas son la casa del peatón
Las ciudades ecológicas también conocidas como "ciudades sostenibles" o "ciudades verdes" están en auge y, están diseñadas, entre otras razones, para fomentar la movilidad sostenible y reducir la dependencia hacia los vehículos motorizados. Estas ciudades buscan equilibrar el crecimiento urbano con la protección del medio ambiente.
En Colombia nos vamos adaptando poco a poco a este concepto, el paradigma de la movilidad urbana actual guarda fidelidad a su ideal de los años 70’s, “las ciudades actuales están diseñadas para la máquina” menciona Jennifer Valentino, arquitecta urbanista, Magister en desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental y, activista por el derecho a la ciudad en Pasto.
Como fundadora de la ONG Ciudad Sostenible, Valentino ha trabajado arduamente en el diseño de ciudades ecológicas, “se trata básicamente de hacer ciudades para la gente. Ciudades que tenga una relación directa con la naturaleza y que generen mucho espacio público para el disfrute de las personas”, agrega.
Son ciudades que se piensan, a su vez como ciudades para caminar. Siguiendo la explicación de la arquitecta, esto implica generar espacios como plazas, zonas peatonales, redes de transporte público eficientes, zonas verdes, infraestructura para bicicletas, acceso limitado al tráfico motorizado y prioridad en el transporte público.
Este es un camino por el que Colombia empezó a transitar hace uno años con el fin de contribuir a la sostenibilidad. Existen algunos ejemplos de ciudades que podemos destacar, entre ellos Puerto Nariño, en el Amazonas, como una población ejemplo en todo el mundo.
Este tipo de ciudades no focalizan su atención exclusivamente en la movilidad y el transporte sostenible, sino también la gestión de residuos y reciclaje, agroecología, seguridad alimentaria, bioconstrucción, eficiencia energética, planificación urbana consciente, preservación de áreas verdes y economías circulares.
Es un enfoque integral que transforma no solo la manera de habitar la ciudad sino, también, la forma en la que nos relacionamos como seres humanos, entre nosotros, con el entorno y con el territorio.
Beneficios de la peatonalización: calles para la gente
La peatonalización de espacios urbanos ha demostrado ser una estrategia exitosa en ciudades de todo el mundo, evidenciando a lo largo de los años que la ejecución correcta transforma la ciudad y a sus habitantes, podríamos destacar casos como los de Copenhague, Paris, New York, São Paulo y Shanghai.
A nivel local, estos ejercicios se han efectuado en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Ibagué, Santa Marta y, dentro de poco, Pasto. Algunas de de ellas con una ejecución que adolece del pleno acompañamiento institucional.
Bogotá | Foto: Prensa IDU Bogotá
Ser peatón no significa que estemos limitados solamente a caminar, la buena noticia es que en estas ciudades ecológicas hay una multiplicidad de opciones de movilidad alternativa para explorar. El uso de bicicletas, patinetas, patines y transporte público son excelentes alternativas para desplazarse en estos entornos.
Algunos de los beneficios que trae consigo pensarse las calles en función de la gente son:
- Mejorar la calidad de vida: se transforman las áreas urbanas caóticas y ruidosas en espacios más tranquilos y seguros para los peatones. El estrés del tráfico se despide, y en cambio, abrazarás calles más verdes y tranquilas.
- Fomentar la interacción social y generar la sensación de comunidad: En las calles peatonales, no hay extraños, solo amigos que aún no has conocido. Los espacios se convierten en puntos de reunión y actividades sociales donde las personas se sienten más conectadas entre sí.
- Reducir la congestión vehicular: Menos vehículos circulando contribuyen a una mejor circulación del tráfico en las áreas aledañas, lo que se traduce en una experiencia de desplazamiento más eficiente para los conductores.
- Favorecer la accesibilidad para personas con diversidad funcional: Con calles libres de obstáculos y aceras bien diseñadas, se facilita el desplazamiento de personas en sillas de ruedas, con bastones o cualquier otra diversidad funcional.
- Reducir el ruido ambiental y mejorar la calidad del aire: Las calles peatonales son una sinfonía de paz y tranquilidad. El bullicio de motores se disipa, dejando espacio para el susurro de hojas y el canto de los pájaros, creando un entorno más silencioso y relajante. Además, al reducir el tráfico, se disminuye la emisión de gases contaminantes, mejorando la calidad del aire y favoreciendo un ambiente más saludable.
- Estimular la actividad física, contribuyendo en el bienestar físico y mental: Al promover el caminar como medio de transporte y recreación se fomenta la actividad física de manera natural en la rutina diaria de las personas, reduciendo el riesgo de enfermedades y mejorando la salud en general.
- Aportar en la seguridad vial: Se eliminan los puntos de conflicto entre vehículos y peatones, lo que disminuye drásticamente los accidentes de tráfico. Los cruces peatonales bien señalizados y la ausencia de vehículos contribuyen a crear un entorno más seguro para los peatones, especialmente para los niños y personas mayores.
- Brindar una mayor sensación de seguridad: las calles peatonales suelen estar bien iluminadas y diseñadas para que los peatones se sientan seguros al caminar por ellas, lo que aumenta la percepción de seguridad en el área, a su vez puede atraer una mayor presencia policial y patrullaje, lo que contribuye a disuadir la actividad delictiva.
- Promover la activación comercial: Estas áreas atraen a más personas debido a su ambiente agradable y seguro, lo que beneficia directamente a los comercios locales. El aumento del flujo peatonal puede estimular la actividad comercial, generando más oportunidades para los negocios establecidos en estas zonas.
- Fortalecer el turismo: Las ciudades que apuestan por la peatonalización suelen atraer a más turistas y visitantes. Con atracciones culturales, gastronómicas y comerciales, se convierte en un imán para quienes buscan experiencias urbanas agradables y auténticas, lo que beneficia la industria turística local y la economía en general.
- Reforzar la identidad local: En cada esquina, la esencia de la ciudad late con fuerza. Las calles peatonales son el corazón de la comunidad, donde tradiciones, historias y sueños se entrelazan con orgullo.
No es un secreto que algunas ciudades locales y mundiales han enfrentado dificultades para implementar estrategias de peatonalización efectivas, principalmente debido a la falta de planificación adecuada, la resistencia de algunos sectores de la sociedad y la falta de apoyo estatal.
Estos casos nos enseñan la importancia de una planificación integral y una comunicación efectiva con la comunidad antes de implementar medidas de peatonalización.
¿Por qué ha sido tan polémico el proyecto de peatonalización del centro de Pasto?
“Pasto ha sido muy golpeada por los efectos de la modernización”, menciona Jenifer, recordando el pasado de la ciudad al mencionar sus calles empedradas y los pasajes que, en la actualidad, contrastan con las calles asfaltadas y andenes unipersonales.
El Centro Histórico de la ciudad sobreviven en medio de agitado caos citadino, entre las escasas puertas y balcones coloniales, existen anhelando las edificaciones antiguas y las fachadas originales que fueron arrolladas con el afán de progreso y, aunque fue declarado como Monumento Nacional por su valor arquitectónico e histórico en 1959, han sido pocos los esfuerzos por conservar este baluarte local.
En este contexto, el proyecto VITAL, liderado por la actual administración, busca recuperar el Centro Histórico de la Pasto con un el enfoque peatonal, ambiental, económico y cultural, con miras a darle un rumbo diferente a la ciudad en cuanto al modelo de habitarla.
“Pasto es una ciudad caminable”, señala German Ortega, Secretario de Planeación del Municipio de Pasto, “cumple de manera natural con lo que quieren muchas urbes, que puedes caminar en 20 minutos a extremos de la ciudad, lastimosamente tenemos una ciudad cuya infraestructura no habla de esa forma de vivirla”.
Según cifras entregadas por Ortega, en la disposición de los modos de transporte, el 38% se hace de manera peatonal, lo cual contrasta, paradójicamente con los datos entregados por Valentino: “los protagonistas y los que se están llevando la mayor parte de área física son los carros, entonces hay una ciudad diseñada para los que se mueven en carro, para un 14% de población, entonces eso es algo absurdo, es muy inequitativo”.
Con estas cifras sobre la mesa y en cumplimiento con los lineamientos del Plan de Ordenamiento Territorial -POT- de Pasto y del Plan Especial de Manejo y Protección – PEMP- del Ministerio de Cultura, la intención es pacificar el Centro Histórico en dos fases: un corredor ambiental y un corredor cultural, en las calles 18 y 19, respectivamente.
Con una inversión de más de 16 mil millones de pesos para el mejoramiento del espacio público se proyectan 6 cuadras intervenidas y 10 calles peatonalizadas.
Este proyecto que, a la fecha, ya cuenta con un convenio vigente entre el municipio y Empopasto, la empresa de acueducto y alcantarillado de la ciudad, tiene planificado finalizar la primera fase al finalizar el 2023. Sin embargo y pese a su ejecución ha sido objeto de fuertes críticas por parte de diferentes sectores.
Los comerciantes y taxistas de la ciudad han sido sus principales detractores, sin embargo y teniendo en cuenta los estudios realizados, estos dos sectores se verán significativamente beneficiados.
Así lo explica el Secretario de Planeación, “el proyecto tiene un estudio económico, vamos a ampliar un 67% de espacio público en lugares que antes eran sólo para vehículos y esto genera una incidencia directa en ventas de aproximadamente el 14%, demostrado en un impacto económico de 63.000 millones de pesos en un periodo de 20 años”.
Al respecto del gremio de taxistas señala que, “en la Genesis del proyecto se busca que las personas prioricen el servicio público, ya sea vía taxi o vía bus para llegar al centro. Hoy la ciudad ya está cerrada con la ejecución de la obra y estamos viendo en indicadores de transporte que las personas estan priorizando el transporte público para ir al centro”.
Pese a las intenciones del proyecto VITAL, la desinformación ha sido su talón de Aquiles y ahora uno de los retos será continuar en el proceso de pedagogía en un lenguaje cotidiano que permita llevar el proyecto a su razón de ser, la calle.
Pasto peatonal a la luz de los retos y oportunidades del futuro
El éxito o fracaso de este proyecto dependerá de las administraciones futuras, de la activa participación ciudadana y de la apropiación del espacio público por parte de los pastusos. En medio del contexto electoral que se avecina, el tema de la peatonalización podría convertirse en un punto neurálgico dentro de los debates entre los diferentes candidatos.
A corto plazo, “el reto es ejecutar la obra en los tiempos planificados y, también, la apropiación de la ciudadanía”, menciona Ortega al respecto, sumando el componente de seguridad, invasión del espacio público y control de la venta informal, retos trascendentales que van a requerir de una atención institucional que permitirán volver a Pasto en una ciudad Sorpresa y Vital.
Contribuir con cultura y fomentar el turismo serán pilares para su éxito, de ahí que la inyección económica de la Secretaría de Cultura, junto a las diferentes carteras de la alcaldía de Pasto, en conjunto con las iniciativas ciudadanas les darán un sello diferenciador a estos nuevos espacios.
Por parte del comercio, realizar un seguimiento y apoyo constante, en términos económicos y estadísticos, al igual que el seguimiento al impacto en el tráfico, el control vehicular de motos y carros, al igual el establecimiento de zonas y horarios de carga y descarga.
A su vez, otras instituciones públicas como el Banco de la Republica y la Universidad de Nariño, instituciones aledañas a los corredores peatonales, al igual que el sector privado, cumplirán un papel relevante para aportar decididamente a la gobernanza del espacio público.
Como en el presente, los colectivos ciudadanos seguirán representando una labor fundamental en la lucha por el derecho a la ciudad, reivindicando el espacio publico peatonal, la ciclo infraestructura y las nuevas formas de habitar la calle, tal como lo ha hecho el Colectivo Vive la Calle.
Este colectivo está conformado por organizaciones ambientales, sociales, artísticas y culturales, integradas por activistas de diferentes ramas del conocimiento y manifestaciones artísticas, quienes, con iniciativas de urbanismo táctico, un proceso colaborativo para recuperar los espacios por medio de intervenciones de bajo costo e implementación rápida, aproximan al resto de la ciudadanía a lo que será el desarrollo de la peatonalización.
En abril de este año, realizaron “Sala a la Calle”. Como integrante de este colectivo, Jenifer nos contó al respecto: “montamos la escenografía teatral de una sala, pero en la calle invitamos a la gente a tomar y hablamos de ciudad, de cómo está la gente habitando la ciudad, de lo que le gustaría tener como ciudad. Fue muy lindo, porque mucha gente nos decía que nunca imaginaron que eso se podía hacer”.
Las ciudades son de los ciudadanos y aunque resulte redundante, es necesario apropiarnos de esta frase para comprender nuestro rol como participantes activos al momento de construir la ciudad que soñamos. Independientemente de ser una entidad pública, una empresa privada o un colectivo ciudadano la corresponsabilidad será trascendental para la apropiación de este nuevo corredor que mira al de a pie como el centro de su movilidad.
En resumen, es la peatonalización una alternativa sostenible para habitar los espacios como peatón, siendo un componente clave de la movilidad sostenible en las ciudades ecológicas. Este proyecto, tanto en Pasto como en otras ciudades, pretenden arropar otras áreas de las ciudades para que no sea solo el Centro Histórico o una zona exclusiva, sino, para que se convierta en un cambio colectivo en la manera que habitamos las ciudades.
Es hora de repensar nuestras ciudades y considerar al peatón como el protagonista principal en la construcción de un futuro sostenible y habitable para todos.