Expectativa vs. realidad: profesionalización de los artistas emergentes en Pasto
Además de ser de Pasto, formar parte del circuito de la música alternativa de la ciudad y ser artistas emergentes, las cantautoras Sara Pabón y La Mari Mesías comparten algo más con Santiago Benavides, bajista de la banda Despertar Después del Mediodía: cuando comenzaron a hacer música, tenían escaso —o nulo— conocimiento sobre la industria musical y su funcionamiento.
Por otro lado, Darío Domínguez, bajista de Sueño Tsunami, y José Palacios, baterista de Los Setas, se adentraron en sus proyectos con algunas bases adquiridas en experiencias previas con otras bandas. Sin embargo, su aprendizaje también se dio, principalmente, a través del ensayo y error.
En todos los casos, hay un elemento en común: la pasión fue el motor para crear sus proyectos musicales con la expectativa de ser conocidos y escuchados... pero al adentrarse en la industria, se encontraron con una realidad que los confrontó. Carecían de la formación adecuada y de los conocimientos necesarios para enfrentarse al voraz mercado musical.
Saber cómo funciona esta industria puede marcar la diferencia entre avanzar con seguridad o perderse en su complejidad. Desde Chévere Pensar en Voz Alta, hemos dialogado con músicos y actores clave del ecosistema local para explorar cómo la falta de formación en aspectos relacionados con la industria musical representa una de las principales barreras para que los artistas alternativos profesionalicen sus proyectos.
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Pasto, una ciudad creativa con una industria musical incipiente
El acceso a internet, los avances tecnológicos y la posibilidad de estudiar fuera de la región o de manera virtual han transformado el panorama cultural de Pasto. Estos factores han permitido el surgimiento de estudios de grabación, salas de ensayo, ingenieros de sonido, músicos, compositores y más, que forman parte de la cadena de valor del negocio musical en la ciudad.
“El talento que existe aquí en Pasto y en Nariño es invaluable”, afirma Diana Coral, gestora cultural y líder del proyecto Entrelazo y del Ecosistema Musical de Nariño. Aun así, plantea una interrogante crucial: ¿cómo lograr la sostenibilidad de ese talento? “Ahí es donde está el desafío. No hemos contado con escenarios de formación donde los artistas puedan acercarse y preguntar: ¿Cómo vendo mi música? ¿Cómo la comercializo? ¿Cómo la comunico y promociono?”.
Aunque los esfuerzos existen y se han gestado varios espacios de formación, son poco constantes. Esta carencia ha influido en el desarrollo del sistema musical de Nariño porque limita el crecimiento de los artistas y sus proyectos. Según José Argotty, coordinador del Galeras Rock 2024:
“Sin una oferta constante de formación, los músicos enfrentan dificultades para adquirir habilidades esenciales más allá de lo creativo. Esto afecta directamente la profesionalización del sector, dificultando la consolidación de un ecosistema sólido y competitivo”.
Los artistas, por lo general, dependen de oportunidades esporádicas que no garantizan las herramientas necesarias para desarrollar proyectos autosostenibles. Esto no solo reduce su capacidad de generar impacto dentro y fuera de la región, “además, al no tener acceso a estos espacios, el ecosistema pierde dinamismo y potencial colaborativo”, añade Argotty.
“No hay una escuela ni un instituto; los espacios de formación son muy esporádicos": Santiago Benavides.
Actualmente, en Pasto no existe un lugar donde la educación continua en la industria musical sea una realidad. Aunque la Universidad de Nariño ofrece un pregrado en Licenciatura en Música, este no aborda las necesidades específicas de los artistas que buscan entender la música como un negocio y gestionarla de manera integral.
Diversos festivales dedicados a la música alternativa han intentado ofrecer espacios de formación en la ciudad, como Galeras Rock, Festival de Nuevas Bandas, Nariño Vive Underground, Venus Fest y Background.
Iniciativas como la Fundación Surprise City, Cumbre Sónica, Ecosistema Musical de Nariño y el Circuito Musical de Nariño, junto con entidades como la Cámara de Comercio de Pasto, la Alcaldía Municipal y la Gobernación Departamental, también se han sumado a estos esfuerzos.
Sin embargo, la falta de continuidad sigue siendo un desafío, ya que no se convierten en procesos formativos sino en charlas o talleres eventuales e inconexos, que muchas veces carecen de la promoción suficiente.
La falta de formación no afecta únicamente a los artistas, sino también a gestores culturales, productores y otros actores del ecosistema musical. Según Argotty, “sin estos recursos, las iniciativas locales tienden a permanecer aisladas y con un alcance limitado, perpetuando un ciclo de estancamiento en la proyección cultural de la región”.
La consolidación de espacios formativos continuos es fundamental para convertir el talento natural de Pasto y Nariño en una industria musical robusta, capaz de competir y trascender en un mercado cada vez más exigente.
La apuesta de Galeras Rock a lo largo de 16 años
El Festival Galeras Rock ha trabajado en ofrecer espacios de formación más robustos, comenzando con el diplomado en industrias musicales de 2015 y otras iniciativas como ruedas de negocios y charlas con promotores, jurados y artistas invitados en cada edición. Recientemente, lanzó “Galeras Escuela”, una estrategia para complementar la formación en el ámbito musical. Este esfuerzo ha sido bien recibido por los artistas locales y mencionado enfáticamente por los artistas entrevistados.
“La necesidad sigue siendo la misma: los artistas requieren formación integral para su carrera. De esta reflexión surgió Galeras Escuela como un complemento a Galeras Rock”, señala José Argotty.
Este año, el evento reunió a profesionales, músicos y artistas locales, nacionales e internacionales para compartir conocimientos y experiencias, consolidándose poco a poco como un espacio clave para la profesionalización de la música en Pasto. Sin embargo y pese a los esfuerzos, los artistas siguen manifestando que no es suficiente.
Los espacios de formación, aunque pocos, existen, pero ¿qué tal la asistencia?
Hay que ser sinceros: la asistencia a estos espacios no siempre es masiva. Según algunos de los músicos entrevistados, estos encuentros son valiosos, pero a menudo resultan poco atractivos por su carácter académico o técnico.
El baterista de Los Setas señala que “muchas veces los espacios formativos son un cúmulo de información, es muy difícil procesarla. Uno usa poquito y el resto lo desperdicia por el afán o la inmediatez”.
Este comentario refleja la necesidad de repensar las metodologías de enseñanza, apostando por formatos más prácticos e interactivos que faciliten la aplicación de los conocimientos adquiridos.
Por su parte, el DJ y productor musical, Simón Cardona, menciona que la falta de asistencia también está relacionada con los horarios y fechas en que se organizan estas actividades. “Tal vez la mayoría de músicos que pueden asistir no lo hacen porque están ocupados en algo más. Al final, esta es una industria muy autodidacta y está llena de gente que no tiene el privilegio de poder dedicarse 100 % a la música”.
Otro comentario de los músicos entrevistados apunta a que recibir grandes cantidades de información sin un enfoque claro y estructurado puede abrumar, generando saturación y desinterés. Esto los lleva a distanciarse de estos espacios y a buscar soluciones autodidactas que se ajusten mejor a su ritmo y necesidades. Aunque el riesgo de saturación siempre está presente y más cuándo no se hace con un mentor.
¿Cómo prefieren aprender los artistas emergentes?
Las redes sociales y las plataformas de streaming se han convertido en los principales escenarios de aprendizaje para muchos artistas locales.
“Siempre he sido muy autodidacta y, en realidad, casi todo lo he aprendido en YouTube, viendo tutoriales y siguiendo a personas que comparten este tipo de contenido”, comenta La Mari.
Santiago, por su parte, refuerza esta idea al señalar: “Existen muchos youtubers y personas en TikTok; ahí se aprende muchísimo sobre la industria. Es cuestión de sentarse un poco y organizar las ideas, ¿no?”.
La Mari suma una perspectiva distinta sobre el aprendizaje: “He asistido a espacios de formación, pero las respuestas las encuentro más cuando salgo y conozco a personas con más experiencia”, destaca, resaltando el valor de aprender a través de las vivencias de otros.
Existe un cambio de paradigma respecto a los espacios de aprendizaje. Aunque charlas y talleres han sido formatos tradicionales y sumamente enriquecedores. Hoy en día lo mercados musicales, ruedas de negocio y conversaciones informales entre los actores de la industria musical se presentan como alternativas valiosas.
Preguntar y contar con la disposición para escuchar activamente es la clave.
Darío Domínguez, se suma a esta conversación al afirmar que “la calle y las amistades han sido fundamentales para aprender”. Aunque reconoce la importancia de los espacios formativos, subraya que el diálogo y el intercambio de experiencias con otros artistas de la escena alternativa le han proporcionado conocimientos más prácticos y aplicables.
Un rasgo destacable de esta nueva generación de artistas es su apertura al diálogo, al intercambio de ideas y experiencias. Están más enfocados en compartir, aconsejar y retroalimentarse mutuamente, dejando atrás las rivalidades que existían en generaciones anteriores.
Son conscientes de la importancia de conocer el circuito, interactuar constantemente y fortalecer el ecosistema musical local, creando una red más sólida y colaborativa.
Sobre esto último, Diana Coral, refuerza la idea al señalar que “el artista tiene que mirar a los otros actores del ecosistema como aliados estratégicos, con confianza. No es una competencia; no crece uno solo. Hay que impulsar mucho”.
“El éxito no se basa únicamente en el talento, es indispensable desarrollar habilidades adicionales”: José Argotty
Cuando Sara Pabón intentó publicar una canción compuesta junto a un guitarrista, se enfrentó por primera vez al desconocimiento sobre derechos de autor. A pesar de haber estudiado un pregrado en Derecho, no saber nada sobre esta área frenó la publicación de su obra. Fue un tropiezo que le dejó una lección importante sobre la gestión legal en la música.
“Es muy poco lo que saben, ni siquiera cómo proteger sus propios derechos o cuál es el papeleo necesario para regularizar una canción. Siempre digo que cuando llega el dinero, llegan los problemas. Para evitarlo, deben conocer la Ley 23 de 1982 sobre derechos de autor del Congreso”, como productor, Simón Cardona comparte una perspectiva similar basada en su experiencia trabajando con artistas locales de otras escenas.
La importancia de generar contratos justos, aprender sobre derechos de autor, fijar acuerdos previos con los productores y construir un rider técnico, son herramientas fundamentales para navegar el ecosistema musical, pero los artistas entrevistados las han aprendido a través del ensayo y error.
Aunque tener habilidades excepcionales en la composición o interpretación es esencial, el panorama actual de la industria en un mercado tan competitivo que exige a los artistas la capacidad de gestionar varios aspectos de su carrera profesional, más allá del talento musical.
“Es indispensable desarrollar competencias como el manejo de redes sociales, estrategias de marketing, administración de derechos y conocimiento del mercado. Estas son las herramientas que permitirán al artista trascender fronteras y lograr una circulación más amplia”, señala Argotty.
El ecosistema musical es complejo y esta en constante evolución, lo que demanda a los artistas una continua adaptación a las tendencias, tecnologías y dinámicas del mercado. Este entorno obliga a mantener un aprendizaje constante, actualizarse regularmente y esforzarse en múltiples frentes para permanecer vigentes y a la vanguardia.
Fomentar una cultura de compromiso con el crecimiento profesional es esencial ya sea asistiendo a los espacios que se gestan en la ciudad o de manera autodidacta. No basta con el talento; es necesario complementar el desarrollo artístico con formación constante y trabajo sostenido.
Solo así, tanto a nivel individual como colectivo, los artistas podrán enfrentar los desafíos de la industria musical y alcanzar un desarrollo profesional sostenible.
Para cerrar, hablamos con el manager de artistas y agente de booking Karim Beldjoudi Kohn, quien participó en una de las sesiones de Galeras Escuela. Desde su experiencia, compartió consejos clave para el desarrollo de un artista emergente.