Death Stranding: Cuando la delgada línea entre la realidad y la ficción vibra
Hideo Kojima como lo han afirmado cientos de medios a nivel mundial, es un genio. Su obra lo consagró en el planeta como un gran diseñador de videojuegos, pero con el status de un director de cine, algo que no es nuevo debido a la innovadora forma en la que logra conjugar lenguajes. Este caso similar al de David Cage con los estudios Quantic Dream, sigue abriendo aquel debate donde los puristas sienten que es mejor dejar cada cosa en su lugar, aunque hoy en día es meritorio decir que la hibridación en las producciones audiovisuales es completamente válida.
Konami y Kojima vivieron una novela que llegó a su fin hace varios años, por lo cual las expectativas ante el trabajo 'Indie' que se desarrollaría bajo el ala de Kojima Productions, causó eventualmente furor, intriga y hasta miedo. Los hechos confirman que este japonés vuelve a hacer historia por su cuenta en el campo de los videojuegos de autor, llevando esta industria hacia narrativas más complejas que no se deben leer de manera superficial.
De Metal Gear a Death Stranding... ¿Qué cambió?
Los conflictos creativos son un tema que posee tanto de alto como de ancho, aunque tengamos por seguro que Kojima se zafó de cualquier tipo de ataduras y adquirió todas las libertades, para así continuar explorando dentro de su estilo. Las últimas producciones de Metal Gear con este autor llegaron a presentar cierto agotamiento, donde se notó el afán de la empresa por exhibirse frente a los exigentes parámetros comerciales de la industria.
Según Christian Rincón, productor audiovisual y fanático de la obra de este diseñador, Hideo Kojima con Death Stranding se siente más sereno al salir de su zona de confort, ya que presenta una producción completamente diferente y para nada predecible, su carácter artístico tan especial la ha convertido en un título único a la altura de Shadow Of The Colossus o Iko. El tema del caminante va más allá de un “simulador” como lo han calificado, se convierte en una metáfora aún más inmersiva sobre el ‘rito del pasaje’, la estructura del juego está pensada para que cada jugador cree su propio camino, el sendero ideal para cumplir los objetivos de la trama y el destino de Sam Porter Bridges (Norman Reedus).
“Kojima juega contigo, a tu lado. Brinda elementos y te quita otros, él suma variables a cada una de las experiencias convirtiéndolas en algo único para cada usuario...” opina Andrés Perdomo, periodista de videojuegos, quien considera que esta ambiciosa apuesta crece todavía más, ya que cada quien podrá vivirla de maneras diferentes a través de los ojos de su creador. Por ende no es título fácil de asimilar, incluso por los recursos tecnológicos de los que echa mano para construir su propio universo.
Criticar la situación del mundo por medio de un videojuego:
Aproximadamente durante los últimos 20 años, el entretenimiento electrónico ha evidenciado una evolución notoria, no solamente en el campo tecnológico sino también en el conceptual. Es posible evidenciar que fuera del nivel de producción, bien sea el de un Indie o un Triple A, los videojuegos están reluciendo como formas para hacer crítica y denuncia social, al igual que lo han muchas otros medios de expresión artística.
Los trabajos de Hideo Kojima siempre relucen por exponer una reflexión en estos campos, por supuesto dependiendo de la temática de cada título. No por nada, Metal Gear Solid (1998) presentó un mensaje antibélico respecto a la industria armamentista y la relación del avance del hombre con la tecnología. Death Strading aborda cómo nuestro mundo se encuentra fracturado en múltiples niveles: económicos, sociales, políticos, geográficos y raciales. Su argumento nos invita a cuestionar nuestro papel como sociedad.
Ante este sello de Kojima, César Salcedo editor de Tribu Gamer, afirma que la mayor reflexión del juego se centra en la separación de los seres humanos por un camino hacia la extinción. Dentro de su argumento se hacen referencias a situaciones mundiales como el Brexit y las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump, donde personajes interpretados por personalidades de la talla de Guillermo del Toro o Nicholas Winding Refn, narran y exponen cómo solía ser el mundo con respecto a esta visión sombría del presente.
“El personaje de Sam de una u otra manera significa el ponerse en los zapatos del hombre de a pie... cotidiano, común y corriente, que simplemente trabaja de manera incesante y luchadora, a veces con muy pocos recursos”, así analiza el tema social Natalia Parra, streamer de Gea Gamers, quien considera que Kojima reflexiona en este trabajo sobre la indolencia de la sociedad frente a aquellos que han partido. Sus memorias e historias olvidadas también resultan importantes, una analogía propia sobre los fantasmas del juego y las lágrimas del protagonista.
La frase principal del juego, “Tomorrow Is In Your Hands...”, puede llegar a tener connotaciones más allá de la mera historia, ya que su jugabilidad se analiza como una invitación a construir entre todos y colaborar unos con otros, confiar en alguien que no se conoce. Una red de apoyo que sirva como instructivo desde un mundo ficticio, para así ponerse en práctica dentro del mundo real.
Vibrando entre realidad y ficción:
La ciencia ficción en el país del sol naciente, a pesar de que desde sus albores estuvo fuertemente influenciada por autores como Julio Verne, siempre encontró la manera de ir narrando subtextos asociados con los entornos contemporáneos. Obras como Akira de Katsuhiro Otomo o las visiones cercanas de Biomega de Tsutomu Nihei, son trabajos que siempre se analizan de formas mucho más profundas. Para el caso Hideo Kojima esta no es la excepción, ya que si bien existe un planteamiento donde la historia se puede sentir enredada, es preciso continuar indagando e investigando para comprender (o más bien para dimensionar) de qué va todo este relato con sus metáforas.
César Salcedo agrega que la historia de Death Stranding se podría definir como “...ciencia ficción social”, ya que el estilo de su creador no sólo ha influenciado a otros autores en la industria de los videojuegos, también a diversos creativos en campos como la animación, el cine y la literatura. De forma complementaria, Andrés Perdomo concluye en que Death Stranding es un juego que seguirá siendo motivo de análisis, además de convertirse en un referente altamente inspirador para otras producciones del género.
Sería clave finalizar con una frase que hizo un oyente durante el programa En Descarga Radiónica, donde decía que James Cameron es para el cine lo que Hideo Kojima es para los videojuegos. Sus trabajos fuera de llevarnos a mundos mágicos cargados de reflexiones, se transforman en obras que relucen en términos tecnológicos por su aporte a las industrias creativas.
Death Stranding es un título que de forma entretenida, nos va a poner a descubrir lo que puede significar la vida, el presente, el pasado, el futuro, la humanidad y el mundo cómo se percibe actualmente. Sin duda una de las producciones más importantes del año, la cual vale la pena jugar por todas estas virtudes mencionadas.
Así como Sam Esmail, creador de Mr. Robot, Kojima nos está diciendo cosas muy importantes a las que se les debe prestar atención.