Snapchat no es tan seguro como se cree
La popular aplicación para compartir textos, fotografías y vídeos que "desaparecen" en segundos, tuvo que aceptar que estas pueden llegar a verse y recuperarse fácilmente por cualquier usuario.
Desde el 8 de mayo, luego de una queja ante la entidad que vela en los Estados Unidos por la protección del consumidor, la Federal Trade Commision (FTC), los creadores de Snapchat, Evan Spiegel y Robert Murphy no podrán volver a promocionar su aplicación con la promesa que la hizo, precisamente, tan atractiva y popular en el mundo desde el principio.
Snapchat funciona como un chat para dispositivos móviles que "desaparece" la información que en este comparten sus usuarios. Textos, fotos y vídeos, por ejemplo, son eliminados de manera permanente en un lapso de 1 a 10 segundos, un tiempo que el usuario elige a voluntad.
Como hoy en día todo lo que se sube a Internet puede ser fácilmente almacenado para siempre, y tener muchos ojos encima, Snapchat surgió como una alternativa a esta tendencia.
Por su naturaleza, no tardó en convertirse en un terreno fértil para el sexting, para compartir pornografía o cualquier cosa que nadie se sentiría bien mostrando en público.
Sin embargo, más allá del uso que le dan sus usuarios, se hizo evidente que, por medio de aplicaciones de terceros y archivos alojados en la memoria de celulares y tabletas, no era suficiente con que la aplicación borrara su contenido para que este desapareciera.
Es muy posible que las fotos y vídeos compartidos puedan verse y guardarse aun después de que Snapchat destruya el contenido de sus servidores, por ejemplo tomando una captura de pantalla del celular al momento de usarla.
La queja surgió ante la FTC por estas y otras fallas graves en la seguridad de esta popular aplicación, en la que se comparten unos 700 millones de fotos y vídeos al día.
Quien la instauró, el Electronic Privacy Information Center, alegó la violación de Snapchat de sus propios términos de privacidad y culpó a la empresa de engañar a la gente al hacerla creer que lo que compartieran nadie lo podría volver a ver jamás.
Spiegel y Murphy llegaron a un acuerdo con la FTC para no ir a juicio. La entidad los obligó entonces, desde ahora y por los próximos 20 años, a aceptar ser monitoreados en temas de privacidad frente a sus usuarios por un agente externo.
Snapchat tampoco podrá volver a afirmar por ningún medio que el contenido que allí se comparte "desaparece", es "efímero" y que "no es guardado".
La FTC también se pronunció sobre otros problemas de programación de la aplicación, como los que causaron la filtración de millones de datos personales de sus usuarios en Internet el pasado mes de enero.