Silvestre y La Naranja regresó a Bogotá y fue todo lo que está bien
Por: Michel Cárdenas y Juan Delgado
Silvestre y La Naranja lleva desde 2011 haciendo música en Argentina, uno de los países que ha visto nacer a grandes estrellas del rock. Y luego de escuchar sus canciones, ver su puesta en escena y estar entre su público, se entiende por qué se les puede augurar un futuro con mucho éxito en Latinoamérica.
La banda está integrada por Justo Fernández en la voz, Fran Nicholson en la guitarra, el bajista Luco Grasso y en la batería Ferla Laprida. Juntos se dedican a hacer rock, y aunque en un principio su proyecto estaba basado en folk, no han parado de experimentar con sonidos más indie.
Silvestre y La Naranja cuenta con cinco álbumes de estudio y uno especial de su presentación en el Estadio Obras, de su país natal, lugar que también han ocupado figuras como Soda Stereo, Fito Páez y Charly García.
Un espectáculo de tal calidad no se podía quedar solo en Argentina. Han ido con su música a Perú, México y, por supuesto, Colombia. Hicieron presencia como antesala en la Cervecería Artesanal Sánchez y, tan solo días después en el escenario Cocuy del Festival Cordillera de 2023. Luego de esos shows, muchos se enamoraron de su música y otros ratificaron la loca intuición de un final épico, cargado de baile, texturas y un ambiente que confirma que los sueños también tienen un toque cítrico.
La cita pendiente con Bogotá se cumplió y el veneno empezó a correr. Iniciaron en Medellín el pasado 17 de abril, en La Pascasia y pasaron el 18 de abril al Lourdes Music Hall de Bogotá.
La noche ya venía cargada con un toque de superstición, pues fue necesario que Silvestre y La Naranja llegase a Colombia para que iniciaran las lluvias en Bogotá. Y es que elevar la temperatura de una fría noche siempre necesita de una banda bogotana capaz de hacerlo.
La elegida esta vez fue Piel Camaleón, "Pielca" llegó en su Jaguar E-Type con el objetivo hacer levitar lentamente al ya copado Lourdes Music Hall. Tocaron éxitos como “María Claudia”, “Pong” y “Agua Marina” en compañía de Isabella Ruiz, otra bogotana que se suma a la oferta local con prometedoras propuestas musicales.
9:30 marcaba en el reloj de quienes ansiosos esperaban la llegada de Silvestre y la Naranja. Con el lugar a reventar no fue difícil concentrar todos los gritos de quienes emocionados estaban a punto de presenciar un show inolvidable. No se escuchó, pero se sintió el “Ding Dong” que alguien tocó justo antes de iniciar el espectáculo; abrieron con “Tu Veneno”, segundo tema de su último álbum Sueño Cítrico.
Con solo una canción el público ya cantaba con fuerza y los acompañaba con las palmas cuando el grupo lo pedía. Esa complicidad de los asistentes le aportó magia a la noche y cómo no, si Justo además de ser frontman, es un showman que domina el escenario por completo.
En general, toda la banda conecta de una manera que no da cabida para pasar desapercibida. Además de estar sus cuatro miembros principales, los acompañaron otros tres talentosos músicos en trombón, la trompeta y el teclado, que ayudaron a demostrar por qué el sonido en vivo de Silvestre y La Naranja es incluso mejor que en digital.
El concierto continuó con más canciones de Sueño Cítrico como “Vencimiento”, hecha en colaboración con el cantante y compositor colombiano Esteman, y “Nunca Te Calmes”, entre otras. La noche ya tenía lo que por sí sola pedía: esperanza, lluvia y emoción, pero la banda argentina sumaría un cuarto y quinto elemento que dejaría a más de uno “Bailando a Escondidas”.
Por primera vez en Bogotá se escuchó en vivo “Playita”, un bossa nova que le dio un aire de frescura a la velada, seguida de “Carta de Amor”, que hizo a más de uno pensar en si debía o no escribirle una carta a esa persona que tanto ha costado dejar ir; ambos temas hacen parte de la versión extendida de Sueño Cítrico.
Después de ese detalle con la capital, expresaron la admiración y cariño que le tienen a varios músicos colombianos con una interpretación de “Es por ti” de Juanes. Fue en ese hermoso momento que todo el Lourdes Music Hall sacó energía, no se sabe de donde, para cantarla al unísono.
Y como si el show no hubiera sido hasta ese momento lo suficientemente épico, subió al escenario Diamante Eléctrico a cantar “Oro” y “Sos Todo Lo Que Está Bien”, la canción más famosa de los argentinos. Tener a Piel Camaleón, Silvestre y La Naranja y Diamante Eléctrico en un escenario una misma noche, es una emoción y un regalo que solo el amor por la música puede dar.
La noche cerró con “Fiebre Atemporal”, una canción cargada con la energía suficiente como para salir del recinto a la lluvia, llenos de esperanza, emoción, amor y desamor; justo lo que necesitaba Bogotá.
En definitiva, Silvestre y La Naranja es una banda que muestra una forma única y fiel de brillar. Y si de algo estamos seguros, es que no será la última oportunidad de tenerlos tan cerca, solo hay que seguir ese impulso eléctrico para encontrarnos en ese momento en donde nos damos cuenta de que “este amor no tiene vencimiento”.