Coldplay en Bogotá: una hipnótica descarga de color
“El show musical más increíble de todos los tiempos”, “genuinamente impresionante”, “una noche para los libros de historia”, así es como The Times, The Guardian y New York Post, respectivamente, describen el más reciente tour de Coldplay, Music of the Spheres, el cual los ha traído por tercera vez a Colombia para entregarle al público dos shows llenos de magia, color, música y una experiencia inolvidable.
Iba a ser un éxito rotundo, eso ya se sabía, no solo por las exitosas presentaciones que la banda ya había tenido en Colombia, en 2010 cuando presentó Viva la Vida y en 2016 con A Head Full of Dreams, o por los cientos de videos que circulan en redes sociales diciéndote que sí o sí debes ver el show, sino por la puesta en escena que ha cautivado a millones de seguidores alrededor del mundo. Coldplay lo sabe y es por eso que en cada show le regala al público una descarga de colores, con confeti biodegradable de diferentes formas que te nublan la vista por segundos, para que luego puedas encontrarte de nuevo frente a frente con la banda y las miles de almas que también disfrutan del momento; con un juego de luces hipnótico que plasma la teoría psicológica del color y los efectos que puede llegar a causar en las personas en su máximo esplendor, a esas luces las acompañan las tan anheladas pulseras, que aunque muchos en el Estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá se quedaron sin ella debido a problemas de logística, para aquellos que pudieron lucirlas en sus muñecas se convirtió por dos horas en un preciado tesoro que emocionaba cada vez que iluminaba y sorprendía con cada cambio de color.
También están los juegos pirotécnicos que usan menos carga explosiva y fórmulas que reducen los productos químicos nocivos y que no solo fueron utilizados en el cierre del show, sino que en varias canciones sorprendieron a los asistentes que se llenaban de emoción cada vez que estallaban en el cielo, así como el fuego que salía de vez en cuando del escenario, las pantallas a través de las cuales podíamos ver en primerísimo primer plano cada una de las cosas que pasaba en el concierto y la energía del lugar con canciones que se transformaban en lágrimas, gritos, saltos y sensaciones que difícilmente se pueden llegar a vivir afuera de ese ritual llamado Coldplay en vivo.
Aunque estemos cansados de que ahora todo sean experiencias, el concierto de Coldplay lo es, desde que comienza a sonar la icónica intro de Star Wars y Chris Martin, Jon Buckland, Guy Berryman y Will Champion salen al escenario y hacen un recorrido por algunas de las canciones más exitosas de su carrera, también por aquellas que tienen coros perfectos para que el público se pueda unir a ellos, la banda no se queda corta con los “ooohhh” recurrentes en todo su concierto, desde antes que salieran al escenario, en “Viva la Vida” o en “Paradise”, hasta que finalizan y nos hacen sentir hermosos con “Biutyful”.
A todo el show hipnótico de color y luces, se le suma la fórmula músical, con un bagaje de casi 30 años, la banda sabe perfectamente cuáles son las canciones que emocionan a su público, que lo hace cantar, saltar, bailar y llorar, y aunque Martin y compañía hubieran podido interpretar canciones como “Sparks” que hace parte de Parachutes (2000) y que es una de las composiciones preferidas de la agrupación, prefirió cantar dos veces “A sky full of stars”, con una versión sin celulares y otra donde la gente sí podía grabar, también repitió “Something just like this”, esta vez con la versión normal mientras que Martin bailaba con una máscara de alien y la interpretaba con lenguaje de señas y otra acústica acompañado de un grupo de niños que también interpretó la canción en este lenguaje.
Esto le da paso a otra de las cosas para destacar el show y es la inclusión, desde hace un tiempo la banda viene trabajando para hacer sus conciertos más inclusivos, es por esto que además de tener una zona especial para personas con discapacidades, el concierto cuenta con una persona que interpreta cada una de las canciones en lenguaje de señas, también dispone de unos chalecos que le permiten a las personas sordas disfrutar de la experiencia a través de las vibraciones y audífonos especiales para quienes tienen pérdida auditiva significativa.
Por otra parte, Music of Spheres es la primera gira sostenible de la banda, es por esto que en el estadio se podían encontrar bicicletas, pisos cinéticos, energía solar, proyectos de compensación, la primera batería de biocombustimble para shows y la pulsera que era compostable. Además, los asistentes podían ingresar termos al concierto que se podían llenar en los puntos de hidratación, esto garantizó el mínimo vital de agua requerido para el bienestar del público en este tipo de eventos.
Bien lo dice New York Post, el concierto de Coldplay es para guardar en los libros de historia, pero también es una experiencia sensorial increíble para guardar por siempre en la memoria, un recorrido por sus nueve trabajos discográficos que evidentemente en un show de dos horas iba a dejar canciones por fuera, pero que le regaló al público en Bogotá dos noches llenas de magia donde en aquel momento solo importaba el aquí y el ahora, resistirse ante la hipnosis sonora y colorida de la banda sería algo ridículo, en cambio se vale disfrutar de aquellas canciones íntimas de los inicios de su carrera, bailar ante los himnos pop que nos ha regalado a lo largo de los años, entender el concepto de sus más recientes composiciones y dejarse cautivar por aquel show que desde un comienzo se sabe que le regalará a la audiencia felicidad absoluta.