La Ruta del Vinilo: Cali
En el marco del Record Store Day recorremos dos (2) de los lugares donde el vinilo se escucha más fuerte y joven que nunca en la capital del departamento del Valle del Cauca.
Cali es una ciudad de ritmos latentes que vibra al son de la salsa, el rock y otros géneros. Muchos de estos sonidos se guardan en espacios que le han ganado la batalla al tiempo y a la tecnología.
¿Tiendas de discos en Cali? Se le tiene...
Llegando al corazón del centro de Cali entre librerías y locales de comercio, en la calle 10 con 10 se ven a lo lejos unos módulos llenos de vinilos y libros; son quioscos pequeños de color verde mango viche ubicados en el parque Santa Rosa que invitan a escuchar los clásicos de Los Lebrón, Queen, Soda Stereo entre otros.
Frente a la acera varios transeúntes se detienen a escuchar algo y van recorriendo los diferentes géneros y estilos. Más de diez módulos están abiertos durante la semana y son dos o tres personas las que por espacio, reciben, en su mayoría, a jóvenes que van buscando piezas de salsa y rock.
Willy Bran, uno de los dueños de los locales, menciona que “es curioso pero, desde hace tres años son jóvenes quienes vienen a preguntar por vinilos de Los Lebrón, Rubén Blades, Led Zeppelin y Metallica entre otros. Hemos retomado la costumbre de viajar a Medellín, Bogotá e incluso a Venezuela para adquirir los vinilos que necesitan. Hace mucho no sucedía”.
Desde los años 60 varios conocidos del sector se desplazan a diferentes ciudades del país y fuera de él en búsqueda de los vinilos que solicitaban algunos clientes, sus familiares o conocidos son los encargados de los locales mientras éstos hacen los respectivos viajes. La mayoría de los módulos ubicados en el parque Santa Rosa son utilizados por familias que llevan este trabajo de generación en generación, pero más allá de las dinámicas económicas que generan la venta de discos, es el amor a la música lo que los ha hecho permanecer y hacer de esta actividad un oficio.
Para artistas y amantes de la música
Dos cuadras después del parque, en la calle 11 con octava, hay un lugar con afiches de gran y mediano formato de artistas como Héctor Lavoe y Wilson Manyoma, pero se encuentra además una pareja de tercera edad que invitana un viaje por la salsa, el rock 'n' roll y los sonidos tropicales, no sólo con la música que guardan en sus colecciones de vinilos, también con las historias que conservan en su memoria y comparten con gusto con todos aquellos interesados en escucharlos.
“Paz hermanos” se lee a la entrada de un local repleto de LPs, donde cada disco tiene una historia.
Con más de 60 años, la tienda de discos Paz Hermanos se especializó en tener lo mejor de la música: “Las propias fábricas nos enviaban copias para probar los vinilos. Ellos querían saber nuestra opinión” cuenta Licímaco Paz Rodríguez, quién ha atendido el espacio desde su apertura.
Según cuenta, en décadas pasadas varios de los grandes autores como Héctor Lavoe, Santiago Cerón y Alberto Beltrán pasaron por su tienda comprando sus propios discos y disfrutando de un espacio agradable que los hizo sentir en casa.
La tienda se ha llenado de historias y vinilos de lujo, limitados o clásicos, brindando así una oferta que asombra a toda persona que entra al lugar. Pero, lo que ha cautivado a sus dueños en los últimos años ha sido el interés que ha despertado el formato en los jóvenes: “Todos los vinilos se están vendiendo pero, los de Led Zeppelin, Black Sabbath, Pink Floyd y Queen son los que más piden”, afirma Licímaco.
Para él, éste ha sido uno de los pilares fundamentales para estar vigentes, tener los vinilos de los grandes autores, cuidarlos y escucharlos. Sin embargo, lo más importante es tener la pasión de vivir la música y que ella haga vibrar cada parte del cuerpo, ese mismo que se mueve entre más de 4.000 ejemplares.
Para la tienda, que recibe llamadas de gente desde España, Estados Unidos y Puerto Rico en búsqueda de títulos, no existe piratería, cd o internet que pueda acabar su labor, pues bien saben que sus formatos son para personas con una sensibilidad específicica, quienes no cambiarían las cualidades que les entrega el vinilo por la facilidad de otros formatos.
Lugares de nunca acabar
Ambos espacios creados en la década de los cincuenta fueron conformados por amantes de la música y los dos han perdurado gracias a la pasión y la autogestión. Ciertamente es lo que sucede entre el parque y la tienda en la capital del Valle, pero es allí donde se descubren los sonidos y las historias de aquellas épocas sonoras que hoy superan tendencias y formatos, donde además el rock y la salsa lideran los listados de adquisición y búsqueda.
La Feria de Cali es la ventana más amplia que tienen estos lugares para promocionar y comercializar los vinilos, es en dicho espacio que melómanos y amantes se reúnen para compartir lo mejor de los géneros musicales. Así que si están en Cali, o tiene algún viaje programado, prográmense con la búsqueda de alguna joya o simplemente acérquense con tiempo para disfrutar de la música y las historias que guardan estos lugares.