La música del barrio: Nicolás Barragán de LosPetitFellas
¿Recuerdan la música que escuchaban en el lugar en el que crecieron? Nicolás Fella sí, y aquí nos lo cuenta.
Nicolás Fella antes de ser Fella y antes de ser Barragán es Nicolás el de sangre muisca, el del altiplano cundiboyacense, el Suachuno que nació en La Ciudad del Varón Sol. En Suacha, que es Sua – Cha. Sua de Sol y Cha de Varón y no Soacha como solemos errar.
En ese municipio de Cundinamarca hay 6 comunas y más de 400 barrios, uno de ellos le hace honor a su realidad: el barrio Compartir. Nombre lindo y consecuente para un lugar que en 1979 se construyó con el objetivo de aliviar la situación de miles de damnificados que en los meses de noviembre y diciembre de ese mismo año habían perdido su hogar por un terremoto y el desbordamiento del río Bogotá al sur de la ciudad.
Así se creó el barrio Compartir. En medio de 7 hectáreas, con 6.102 viviendas iniciales, un colegio, una guardería, un centro de salud, una plaza de mercado, un terminal de buses, un centro comercial, un club deportivo, 67.000 metros cuadrados de parques y una iglesia. Justo en esa cuadra, la de la Iglesia, nació Nicolás Andrés Barragán Vargas en la década de los años 80.
El mismo que usted hoy en día conoce como Nicolás Fella, cantante de LosPetitFellas. El que desde pequeño corría entre casa frente a casa sin calle de por medio y que al lado de sus papás: Don Nico y doña Chella visitaba a sus vecinos, Richard y Nora, para escuchar tangos, boleros.
“Extraño ser niño, en realidad la felicidad de estar alegre con muy poco. Recuerdo que armábamos mesas de billar con tablas de cama y mesas de comedor, abríamos los huecos, tacábamos con palos de escoba y las bolas eran bolones de piquis. Quedaba en el mismo barrio la casa de mis abuelos y recuerdo que allá andaba yo un montón, recuerdo que era arquero de microfútbol y que la cancha se llenaba para ver niños de 5 y 6 años porque eran demasiado cracks”.
Viviendo en Compartir, don Nicolás Antonio, su papá consiguió el primer carro familiar
“Recuerdo el Renault 4 de mi papá, que fue su primer carro y que era una chimba de carro, pues en mi familia paterna nunca hubo carro y ese fue el primero que hubo. Mi abuelo ni siquiera sabia manejar”.
Y en ese mismo carro un día decidieron migrar:
“No me gustaba que habían demasiadas pandillas en las esquinas, de ahí que mi papá un día decidiera sacarnos de ese barrio y decidiera llevarnos a Carlos Lleras a vivir”.
Al Carlos Lleras Restrepo, aquel conjunto de Ciudad Salitre hecho por el Fondo Nacional del Ahorro. Allí llegaban familias de toda la ciudad que lograban siendo trabajadores públicos, conseguir financiada la vivienda propia. En ese conjunto Nicolás empezó a rapear y encontró en la música el camino para contar su realidad.
“No debo permitir que nada se suba en mi cabeza porque vengo de un lugar noble y humilde y hoy por hoy no considero que eso tenga que ver con el dinero, pero si con el espíritu, tu nobleza y tu humildad que sigue estando ahí pendiente, punzante frente a cómo asumir la música”.