¿Quién es Carlos Elliot Jr.?
El nombre del blusero colombiano del momento, parece tomado de un personaje de El mariachi de Robert Rodríguez. Pero el misterio va más allá de su apodo de insider, y tratamos de descubrirlo.
Por @hellasmar
Carlos Elliot Jr. es un verdadero bluesman, aunque uno muy particular.
Si alguien tiene la oportunidad de encontrárselo, tocando en un bar desconocido y alejado, en un juke joint de carretera de Mississippi, por ejemplo, podría parecer a simple vista un nativo americano de aspecto excéntrico y con pinta de cowboy que le canta a sus penas con blues.
Criado en Dosquebradas, Risaralda, Carlos es, sin embargo, un colombiano de apellido Serrano, con raíces también en Cundinamarca, al quien el blues, y su herencia y cultura, le secuestró el nombre, lo llevó a un mundo donde la música es la vida misma, y le entregó una nueva identidad, que como él dice, no eligió del todo por su cuenta.
Porque si algo tiene el blues del deep south (el "Sur Profundo" de los Estados Unidos), en el que se formó Carlos a punta de paciencia, guitarra y voz, es una mística única en la que las cosas se van dando por sí solas, como si todos los que la tienen supieran algo que los que están afuera no saben, una actitud y camaradería que expresa y reúne el legado de años de sufrimiento transformado en géneros tan importantes como el rhythm and blues, el boogie woogie y el rock and roll.
El camino del blues original y primitivo que recorre Carlos, por el contrario, es mucho más incierto que el del rock. Se trata de un jam diferente e inesperado en cada sitio, con músicos errantes, leyendas de una noche, hombres y mujeres misteriosos que parecen sombras, pero que al subirse a un escenario, tocando los clásicos de los más grandes, iluminan el rostro de un público orgulloso de sus raíces musicales, negras y blancas.
Carlos Elliot Jr., es ahora un insider de ese mundo que parece de película. Tuvo la oportunidad de conocerlo y entrar a él desde abajo, y este lo bautizó siguiendo la tradición del entorno del blues, sin ceremonia, con el apodo que lleva ahora: "Elliot Jr.", el que usa cuando toca con los Cornlickers de Big Jack Johnson, uno de sus mentores actuales.
El músico, quien se encuentra estrenando su álbum, Raise The Fire America, en formato power blues duo, y quien tocará en Rock Al Parque 2014, habló con nosotros sobre todas estas cosas que nos parecen tan sorprendentes de un colombiano tocando en la cuna del blues, pero que en sus palabras suenan, tan normales, como lo es para uno de los suyos tocar de memoria una canción de Muddy Waters.
Pero lo de Carlos es el blues más primitivo y africano, el hill country blues, el de los ancestros y también el de los juke joints oscuros, donde la tradición sigue viva...
El nuevo disco de Carlos Elliot Jr.
Los orígenes
¿Tus dos padres son colombianos?
Mis dos padres son colombianos. Mis abuelos y ascendentes, hasta donde conozco, también. En el rastro familiar hay mezcla de raza india, negra y blanca. Mi familia es de varias partes del país especialmente de Cundinamarca. Yo crecí en Dosquebradas (Risaralda).
¿Si te llamas Carlos Serrano, de dónde sale "Carlos Elliot Jr.", y quien sería “Carlos Elliot I”?
Mi nombre es como el de cualquier otro bluesero; no se elige del todo. Siempre fui para los demás Carlos el de “Elliot”, por mi anterior agrupación “Elliot’s happiest Days”, y por otro lado mis amigos de Mississippi me apodaron en un juke joint como “Carlos Junior Elliot”, por mi gran admiración a David Junior Kimbrough, legendario músico de Holly Springs. Bueno, y coincidencialmente, el Junior o “Jr.” también por mi anterior seudónimo “Karl T. Jr.” cuando tocaba delta blues y folk.
¿Cuál es la historia de un colombiano tocando en una banda de blues del Mississippi?
Toco en tres formatos: solo, dúo o con banda, y en Mississippi, al igual que en otros lugares en los Estados Unidos, hago lo uno o lo otro. Pero, usualmente toco en formato dúo con diferentes bateristas, dependiendo de la ciudad a la que vaya. Después de varias ocasiones frecuentando los juke joints del Mississippi, he logrado conocer personas muy importantes en mi vida, dentro de ellos uno de mis mentores: The Cornlickers, la banda del legendario Big Jack Johnson. Con ellos grabé mi segunda producción musical Mystic Juke-Joint Blues. Yo digo que han sido arreglos del universo.
¿Cómo se gana uno a un público estadounidense, conocedor y de juke joint, que ha visto pasar a los mejores bluseros de la historia?
Yo digo que no es fácil. Mentalmente uno hace esa misma reflexión, pero la aceptación de mi música ha sido progresiva. Inicialmente, siempre existe un escepticismo al ver a un forastero haciendo música tradicional, pero después de ver el profundo respeto que he mostrado por este sentimiento, hay un alentador respaldo al reconocerte como un embajador de esta tradición musical y alguien que la comparte y la lleva a otros lugares del mundo, manteniéndola viva. Por otro lado, creo que siendo cierto que mi principal inspiración es el Hill Country Blues, en mi música se encuentran rasgos de todos los orígenes, tanto del rock, como de ciertos aires de música colombiana. Así que también creo que es una propuesta con una mezcla única y diferente.
¿Cómo hiciste para meterte en el círculo blusero de Mississippi?
La vida me dio la oportunidad de emprender un viaje donde pude conocer de norte a sur las distintas formas y la cultura detrás de este sentir del blues, y tras varias visitas, tuve la gran bendición de encontrar mi destino en pequeños pueblos del norte de Mississippi, donde se encuentran vivas aún algunas tradiciones musicales primitivas. Unas de ellas son el Mississippi Hill Country Blues y el Drums & Fife. Al conectarme con esta música, se han generado lazos de amistad y una conexión casi mística con este sentimiento que comparto con grandes maestros de la escena local, y creo que al tener su afecto y aprobación, se abre el circuito para permitir que suceda.
¿Te costó cantar en inglés? ¿Te dio miedo al principio?
Cantar en inglés es más fácil para mí que hacerlo en español, hablo y entiendo muy bien el inglés desde hace varios años, pero esto no significa que me quede más fácil expresarme en inglés que en español. El asunto es que todos mis referentes e inspiraciones han sido en ese idioma y nunca he tenido esa conexión con el blues en Español. Admiro el trabajo reciente de mi colega Carlos Reyes que canta un rock and roll muy bacano en español. Sé que en algún momento lo voy a volver a intentar y algo saldrá, pero la cuestión para mí es que no debe ser algo provocado, debe ser algo espontaneo y en algún momento se va a dar. Cantar en inglés para un público gringo no da miedo, pero si asara un poco al principio dirigirse a una multitud atenta y curiosa de lo que tiene que decir del blues un colombiano, pero se pasa rápido.
El blues
¿Qué es el hill country blues y qué tiene de diferente al blues urbano?
El Mississippi Hill Country Blues es una música muy alegre, conectada más a la tradición primitiva de ritmo y baile africano. De algunos he oído que el Hill Country Blues es, de alguna manera, más primitivo que el mismo Delta Blues. Yo lo veo como una conexión muy fuerte entre la melodía y el ritmo que ínsita al baile; también como una mezcla pura entre África y América. El Delta Blues, el Chicago Blues, y el Texas Blues, se diferencian musicalmente del Hill Country Blues en que este último usa típicamente una sola nota y acorde, y los otros usan más, o algo así. Se denomina Hill Country Blues ya que surge en algunas comunidades que lograron escapar de los trabajos forzosos del campo esclavizado y pudieron establecerse al norte de Mississippi, cerca de las reservas naturales de Holly Springs, donde hay ciertas laderas o montañas “up on the hills” (“arriba en las montañas”). Ago que diferencia a la zona del delta del río Mississippi, es que es una región muy plana donde tradicionalmente se planta mucho algodón.
¿Cuál es el secreto para tocar blues, qué hay que saber y qué hay que escuchar?
Creo en lo que me dice mi amigo RL. Boyce, uno de mis mentores y maestros en cómo tocar blues: “para tocar hay que tener y buscar tu propio sonido; lo que está en mi mente nadie lo puede lograr. Yo puedo tocar lo que yo quiero, pero no puedo tocar como tú, ni como ella, o él. De igual manera nadie puede tocar como yo toco”. Por otro lado creo en el blues como camino en la realización espiritual. El blues proviene de los gospels y los spirituals, y para mí también es un lamento del alma al ser supremo por un alivio. Creo que adicional a esa exploración al interior, también hay que escuchar e inspirarse, pero no formular, no tratar de comprender la música, ni las estructuras o notas y demás como se suele hacer en otras músicas. Es más sentir y permear.
¿Qué tal está la escena blusera en colombia, cómo la ves comparada con la de Estados Unidos?
La escena colombiana de blues la veo de manera positiva, está en progreso constante, pero aún está en desarrollo. Tenemos excelentes músicos en bandas de rock y algunas bandas de blues; sin embargo, poco a poco se van consolidando los espacios, festivales, medios y público en la ruta del blues colombiano, que va uniendo corazones en todo el país a través de este sentimiento. Siempre hubo blues implícitamente en los origines del rock colombiano, pero apenas iniciando este siglo, sé que, poco a poco, se ha venido consolidando. No hay punto de comparación con el de Estados Unidos. El blues, al ser un fenómeno musical y cultural tan particular en su lugar de origen, Mississippi, se vive distinto al resto del mundo, y la escena descendiente de este género, que es el rock, permea a todo nivel la cultura estadounidense. Bueno, pasa de la misma forma, aunque más tímida, en todo el mundo, pero estoy seguro de que cada país latinoamericano también tiene su propio blues, con todas sus formas propias y en su mismo idioma, solo que algunos no nos hemos dado cuenta de ello.
¿Cómo ha recibido la gente tu música en Colombia, por ejemplo en el Unirock de Cali? ¿Sientes que aquí la gente es más rockera que blusera?
La gente es muy receptiva al blues. Nadie sabe cuánto ama el blues hasta que lo siente y lo relaciona con lo que ha tenido oportunidad de escuchar. Mi música ha sido muy bien aceptada en todos los escenarios e inclusive en la radio comercial, lo cual lo agradezco enormemente, ya que esta música nunca es concebida para competir y posicionarse a nivel comercial. Creo además que en algunos casos las emisoras perciben esa sinceridad en nuestra música y recibimos un respaldo para seguir adelante. Hemos participado de diversos festivales y eventos todo el tiempo, donde compartimos escena con artistas de infinidad de géneros distintos, desde el metal al reggae, e incluso música electrónica y demás. Siempre hemos recibido la aceptación del público. Y sí, el público en general de esta escena es rockero, pero nunca se pelea con el blues. Muchos saben, por lo menos, que el blues es la raíz de todo y lo respetan.
El nuevo disco y otros proyectos
¿Cómo describirías a Raise The Fire America, tu nuevo disco?
El concepto está basado en el fuego como elemento sagrado de purificación, transformación de adoración y de revolución. Con este álbum queremos incitar el fuego interno en cada americano que lo conecta con el fuego ancestral, invitando a una unión americana natural, en la que no importe ser blanco, negro o nativo. Todos somos americanos y debemos saber nuestro deber con esta tierra mística, restablecer nuestro significado de ser hijos de la Madre Tierra. Nuestros ancestros la nombraban Abya Yala, tierra de la sangre vital, tierra donde todo florece, ya que es la unión de los hemisferios la unión de los polos norte y sur.
En qué te inspiras al componer
Mi inspiración es, por un lado, las vivencias; me han marcado mucho las fiestas en los juke joints en Mississippi, el baile, la alegría, el compartir, mis maestros, esa expresión musical me inspira a cantar a bailar a escribir y demás. Por otro lado, la profunda conexión mística espiritual del blues, me ha inspirado a reconocer el camino de la realización espiritual, así que le canto a Dios, a la fuerza mística universal; canto también a nuestra conexión con la tierra y las tradiciones ancestrales, las cuales nos enseñan a restablecer el significado de ser hijos de la madre tierra y la consciencia en nuestra América.
¿Cómo han sido las reseñas sobre tu trabajo en la prensa internacional?
La prensa de los Estados Unidos me ha señalado como un “bluesman con una conexión mística con el blues”. El American blues Scene Magazine y el Memphis Flyer, periódico de rotación gratuita en Memphis, Tennessee, resaltaron nuestra participación en el IBC 2014 con estas palabras: “Carlos Elliot Jr. es proveniente de Colombia, pero suena como de Holly Springs, Mississippi, y su fraseo tiene el sonido de RL. Burnside, y ese sonido a medio cocinar de las primeras grabaciones de Muddy Waters”.
¿Conoces a la Colombian Blues Society, qué es?
Sí, la Colombian Blues Society es una iniciativa que tuvimos recientemente y que surgió con el apoyo del instituto Colombo Americano de Cali. Somos la única sociedad suramericana oficialmente inscrita a The Blues Foundation en Memphis, Tennessee, organización mundial de apoyo al blues. Esta es una sociedad apenas formándose, pero con muchas intensiones y varios luchadores incansables de la escena rock-blues colombiana: Carlos Reyes de Bogotá, Jorge Luis Vanegas de Cali y Santiago Monzave de Medellín. Con ellos, estamos articulando “La Ruta del Blues Colombiana”.