¿Cómo llegó Cuba a aprobar el matrimonio igualitario?
El régimen de Fidel Castro consideraba la homosexualidad como un vicio de la sociedad capitalista y burguesa. De esta forma, miles de personas homosexuales que eran consideradas contrarrevolucionarias, eran detenidas y encarceladas bajo ley, para realizar trabajos forzosos para apoyar la producción del país. Llamadas como “Unidades Militares de Apoyo a la Producción” (UMAP), estas labores tenían como fin “rehabilitar” la orientación sexual de estas personas. A la lista de quienes ejercían estos trabajos, se sumaban sacerdotes y cualquier sospechoso de ir contra el régimen.
"No podemos llegar a creer que un homosexual pueda reunir las condiciones y los requisitos de conducta que nos permitirían considerarlo un verdadero revolucionario, un verdadero militante comunista", declaró públicamente Castro en 1965.
Según estimaciones, unos 25.000 cubanos fueron recluidos en las UMAP entre 1965 y 1968. Estos eran campos de trabajos forzosos replicados de otros países comunistas de la Unión Soviética en los que se buscaba "reeducar" a personas disidentes de la orientación sexual. Esto, porque se consideraba que la no heterosexualidad representaba valores contrarios al socialismo y a la Revolución.
Tras dos décadas de represión, cuenta el historiador cubano Abel Sierra Madero, en 1979 se despenalizaron las relaciones entre personas del mismo sexo y comenzó una liberalización gradual que se aceleró ya en el siglo XXI gracias al activismo de género y de derechos humanos.
"El Gobierno se vio obligado a reconciliarse con su pasado cercano de intolerancia y discriminación para encajar en el nuevo orden global postsocialista. El país necesitaba abrirse al mundo y ofrecer una imagen de apertura", explicó el mismo historiador.
Dentro de estos cambios, por ejemplo, en una entrevista concedida a la BBC, Castro reconoció su responsabilidad de los hechos. “Si alguien fue responsable, ese soy yo”, afirmó el político cubano cuando le preguntaron quién tuvo la culpa de esa etapa oscura en la historia cubana.
"Escapar a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), que compraba tantos traidores, a veces entre la misma gente de uno, no era cosa sencilla. Pero, en fin, si hay que asumir responsabilidad, asumo la mía. Yo no voy a echarle la culpa a otros", indicó Castro. El ex mandatario añadió que él no tenía prejuicios contra los homosexuales, pero que en aquel momento no prestó mucha atención a lo que estaba sucediendo, sino que estaba preocupado por cuestiones urgentes como la crisis de los misiles y los intentos de asesinato de Estados Unidos contra él.
Por este motivo, varias personas consideran la decisión de este país de aprobar un nuevo Código de las Familias que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo como un precedente histórico.
De acuerdo a Presentes, un proyecto periodístico con enfoque de género de América Latina, esto ocurrió este lunes 26 de septiembre a través de un referendo donde el “sí” obtuvo el 66,87% de los votos, cuando se necesitaba más de un 50% para que se validara la legislación.
Con “El amor ya es ley”, como una de las etiquetas que circulan por las redes sociales en referencia a la decisión, el presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel afirmó: “Ganó el sí. Se ha hecho justicia. Aprobar el #CódigoDeLasFamilias es hacer justicia. Es saldar una deuda con varias generaciones de cubanas y cubanos, cuyos proyectos de familia llevan años esperando por esta Ley. A partir de hoy seremos una nación mejor”.
“Las parejas homosexuales tendrán por primera vez en Cuba derecho al matrimonio, a la unión de hecho, a ser madres y padres mediante adopción o gestación solidaria, a determinar el orden de los apellidos de su descendencia, a que niñas y niños puedan tener hasta dos madres y un padre, dos padres y una madre”, puntualizó Francisco Rodríguez Cruz, activista gay y miembro del Consejo Regional de la Asociación Internacional de Lesbianas Gays Bisexuales Trans e Intersex para América Latina y el Caribe (ILGALAC).
Esta fue la primera vez que una ley diferente a la Constitución se sometió a referendo en el país insular. “La nueva legislación es el resultado de un largo recorrido del activismo local y de un amplio proceso de consultas especializadas y populares, en el cual participaron más de seis millones de ciudadanas y ciudadanos de la isla, la cual incluyó la participación de activistas LGBTI+, cuyos criterios y propuestas fueron tenidos en cuenta”, sostuvo la ILGALAC en un comunicado.
De acuerdo al mismo medio, Rodríguez Cruz sostuvo que “el activismo por los derechos de las personas LGBTIQ+ no termina: empieza otra etapa. Hay que implementar el Código, y todas las demás leyes que deriven de la Constitución de 2019. La educación integral de la sexualidad debe salir del clóset donde la archivaron”, concluyó.