¡Feliz cumpleaños Let It Be!
El penúltimo álbum de The Beatles grabado y el último lanzado, está cumpliendo 47 años y como a todas las obras maestras de la música se los celebramos como debe ser. La historia de un disco, una canción, un concierto, una película y una banda.
Hombres y mujeres subían a los tejados de los edificios aledaños para ver qué era lo que estaba pasando. Con un viento impregnante y una vista como ninguna otra, la terraza de los estudios Apple en Londres fue el escenario perfecto para que The Beatles hicieran su última presentación en vivo.
Como cuatro ángeles celestiales, barbados, de pelo largo, con abrigos (prestados por sus mujeres) y con cientos de espectadores desprevenidos alzando la mirada para divisar el inesperado concierto, ese 30 de enero de 1969, los cuatro de Liverpool escribieron una de las páginas más memorables de la historia universal del rock and roll (y decimos universal por si en otras galaxias también están haciendo esta música).
A un lado, Billy Preston (el ‘quinto Beatle’, el mediador), hacía los teclados de las canciones. Al otro, los productores, ingenieros, camarógrafos y allegados de la banda veían cómo Paul, John, Ringo y George le decían adiós, más cerca del cielo, a las presentaciones en vivo y en directo.
Un día después de ese legendario concierto, el 31 de enero de 1969, los Beatles comenzarían a grabar la sesión final de la canción Let It Be, para así dar por terminadas las caóticas etapas del que sería su penúltimo disco en grabarse y su último disco en lanzarse a nivel mundial, el “Let It Be”, conocido por el mundo entero el 8 de mayo de 1970 luego de que los altos mandos de Apple Records decidieran sacarlo al mercado sin la total aprobación de la banda y con algunos sinsabores.
Previamente y gracias a las discordancias del grupo se conocieron dos versiones diferentes del álbum. Una en marzo del 69 y otra en enero del 70 con nuevas mezclas y dos temas más que el anterior: I Me Mine y Across the Universe. Al final saldría una tercera versión, la oficial, sin Don’t Le Me Down, Rocker y Save the Last Dance for Me.
La canción que le dio nombre al disco, el cual en un principio se llamó “Get Back” (como otro de los tracks el cual hace alusión a las ganas del grupo por volver a sus sonidos primarios y más rockeros), tuvo más de 3 versiones grabadas, con diferentes solos de guitarra y coros.
El álbum se grabó de febrero de 1968 a enero de 1969 entre los estudios cinematográficos de Twickenham, los EMI (hoy los Abbey Road) y los Apple, y gracias a las diferencias que la banda tenía en ese entonces, y más que eso al desacuerdo de Paul McCartney con el sonido final, producido por Phil Spector a petición de Lennon, y quien le introdujo arreglos más orquestales, decidieron no lanzarlo y grabar el que sería su último gran larga duración, el “Abbey Road” (ellos sabían que el grupo iba a desaparecer y debían hacer una última obra maestra).
Durante todo 1969, encerrados en los estudios EMI y Apple, con las discordias aplazadas, grabaron el “Abbey Road” con canciones como Come Together, Something, Oh! Darling, Here Comes the Sun, The End, entre otros. Ese sería el gran final.
Pero volvamos al cumpleañero. Mientras se hacían las grabaciones de las canciones del “Let It Be”, los ejecutivos de Apple Records previamente habían decidido hacer una película documental que mostrara cómo se preparaba el grupo para una última presentación (la de la azotea, que originalmente se había pensado hacer en un barco, en las pirámides de Egipto o en un hospital), y cómo era el interior de unos estudios cuando The Beatles estaban en acción. En un contexto actual, este puede ser el primer reality de la historia pues exponía la intimidad de la banda en un momento coyuntural.
La cinta, homónima del disco, se estrenaría el 10 de mayo de 1970 en Reino Unido, dos días después de lanzarse el álbum. Fueron 96 horas de grabación de las cuales quedaron 81 minutos en donde se ven las tensiones de cuatro genios musicales trabajando juntos, encerrados en una máquina de hacer música y con un claro líder: McCartney. Tras la terminación del disco, ninguno de los Four Fab quería saber de la película, pero a petición de los ejecutivos de Apple Records tuvieron que terminarla. Ese año, “Let It Be” (el film) ganaría un Premio Oscar por Mejor Banda Sonora.
Let It Be, un sueño hecho canción
Cuando hablamos de Let It Be, la canción, se podría decir que es el resultado de un sueño vivido por McCartney. Según lo cuenta él mismo, mientras se hacían las primeras pistas del álbum “Blanco”, en el 68, tuvo un sueño revelador con su difunta madre, Mary McCartney, en el cuál ella lo consolaba y le decía que todo, al final, saldría bien.
De ahí los primeros versos: “When I find myself in times of trouble, Mother Mary comes to me…”. Como si se tratara de una premonición o un mensaje desde el más allá, Paul haría de este una de las canciones más representativas del grupo.
“No estoy seguro de que ‘Let It Be’ fueran sus palabras exactas, pero esa era la esencia de su consejo”, recuerda McCartney en una entrevista para Rolling Stone. El momento que atravesaba la banda no era el mejor y ese sueño, convertido en canción, reflejó lo que debía suceder… Déjalo ser, déjalo pasar.
Hoy celebramos 47 años de un álbum que a pesar de ser grabado en medio de peleas y discusiones, resultó ser otra de las joyas de la corona ‘beatlesiana’. Son varios los épicos momentos que rodean el disco. Desde su gestación hasta el día del lanzamiento, todo encaja perfectamente, tanto en lo malo como en lo bueno, en la historia de una de las bandas más importantes de todos los tiempos.
Así rendimos homenaje al álbum, a la canción, al concierto, a la banda, a John, a Paul, a George, a Ringo, a cada uno de los productores, al rock y a todos los fans de The Beatles