La historia de un carro bomba que le explotó a I.R.A en la cara
I.R.A., significa Infección Respiratoria Aguda, sigla que representa a una de las bandas que se ha convertido a través de los años en una leyenda del punk en Colombia y que ha logrado introducir a más de uno en el mundo del rock y de los sonidos duros.
Unos ahora viejos, otros jóvenes, siguen hoy después de más de treinta y cinco años el sonido de I.R.A. Sus integrantes actuales, Viola, Mónica y Duván, se reafirman en la escena, en su música e ideología y hay que resaltar aspectos que hacen de I.R.A. una de las bandas más grandes de toda Colombia: ¿cuántos grupos en Medellín y Colombia han lanzado más de 15 discos, o han realizado giras por muchas partes del continente? ¿Cuántos grupos en Colombia han publicado dos libros? ¿Y el significado de estar al pie del cañón más de 30 años de historia haciendo punk? Eso es I.R.A., letras contestatarias y también de esperanza, música para agitar cerebros, para revolver conciencias, para apaciguar sistemas.
Mientras estaban en el momento de consolidación musical, de ensayos, de prueba y error, en el momento del verdadero punk medallo, vivieron en carne propia los estallidos, los muertos, los toques de queda, el fenómeno de las bombas diarias de Pablo Escobar y su cartel de la mafia y la droga. Las palabras “Atentado terrorista”, quizá pueden ser familiares y ubicarse en muchos contextos, pero en el caso particular de la canción de I.R.A., hace parte de una experiencia personal, del vivir en directo la violencia a finales de los ochenta en la ciudad de Medellín.
Precisamente la banda estaba componiendo canciones en esos amargos tiempos en los cuales los atentados terroristas llegaron como un flagelo social a la ciudad de una manera intempestiva, afectando directamente a todos. El peligro rondaba las calles, Medellín parecía un cuento de espanto: carros bomba, secuestros, desapariciones, extorsiones y violencia por doquier. Esta pesadilla la inicia el Cartel de Medellín en el año 1976, cuando grupos de pequeños traficantes de drogas traían base de coca de Perú y la procesaban en la ciudad de Medellín. El microtráfico y narcotráfico hizo de las suyas, causó pavor en toda Colombia.
Este cartel y su poder empezó a derrumbarse en diciembre del año 1989 y su incidencia dejó un legado que aún a través de los años continúa rondando como un fantasma en las calles y en el imaginario de los habitantes de Medellín. Por esto, I.R.A. abordó esta despreciable historia desde el sonido crudo y las letras certeras que escupe una banda de música punk.
Atentado terrorista
Atentado terrorista que apoyas la crueldad, sangre, violencia y miseria nos aumentan la maldad, la desgracia nos persigue, todo es culpa de la guerra, qué estallido más violento me ha dejado en la miseria.
Acabamos con la paz en esta horrible guerra, autoritarias medidas la ciudad es destruida, no incrementes el terror por defender la grandeza, ya vivimos en la ruina. Atentado terrorista me persigue tu maldad, terrorista, terrorista que destruye la ciudad. Atentado terrorista la crueldad nos matará, terrorismo destructivo deja mi vivienda en paz.
Atentado terrorista sólo buscas destruir un sistema de engaños total mente corroído. Tenemos un dirigente que mantiene escondido porque no cumple promesas y está viendo que está hundido.
Destruir, destruir, sin medida destruir, siembren pánico y destruyan, siembren odio y no huyan, los escombros sólo quedan, todos vamos a morir. Atentado terrorista me persigue tu maldad, terrorista, terrorista no destruyas la ciudad. Atentado terrorista la crueldad nos matará, terrorismo destructivo deja mi vivienda en paz.
En el tiempo de creación de la canción, año 1991, según David Viola vocalista de I.R.A., nadie esperaba el desastre que se avecinaba en la ciudad de Medellín, “hasta que un pésimo día, de esos que no es bueno recordar, estalló el primer carro bomba que nos arrancó la tranquilidad a todos, la hostilidad apenas empezaba, las calles no volverían a ser las mismas de antes. Esa época de atentados narcoterroristas fue de lo peor que me haya tocado en los años que tengo de vida”. Al hablar de esto, a Viola se le hace un nudo en la garganta, se le encharcan los ojos y dice sentir susto otra vez.
“Algo andaba muy mal, el pueblo y toda su gente buena fuimos los que llevamos la peor parte de estos despiadados ataques. En ese 1991 que todos quisiéramos borrar de la memoria, nosotros con nuestro tranquilo grupo de música, ya teníamos desde cinco años atrás empuñadas la guitarra, el bajo, la batería, los micrófonos, en medio de la zozobra, pero con mucha decisión”.
En esos nefastos días narrados por Viola, el grupo estaba grabando nueve canciones en un estudio análogo ubicado en el centro de la ciudad, que harían parte de la segunda producción discográfica de I.R.A., un sencillo de siete pulgadas, en vinilo, al cual llamarían Atentado terrorista, como una protesta musical contra todas las formas de terrorismo que atacaban nuestra ciudad y país. Según las historias de este personaje, que ha caminado o como se dice dentro de la escena punkera “pantaneado” la calle y ha padecido sus encantos y desencantos; el inicio de “Atentado terrorista”, fue cuando la casa de sus padres, ubicada en un sector del centro de Medellín, sufrió un destrozo casi total por culpa de una bomba que estalló en las cercanías. Por suerte Viola, sus padres y sus hermanos salieron ilesos de esa guerra absurda en la que nada tenían que ver.
La casa quedó prácticamente en ruinas, nadie respondió y no hubo ayuda alguna de ningún sector del Estado, ni de nadie. Habían sido víctimas silenciosas de ese aterrador y sangriento conflicto. “Vivíamos aturdidos entre las explosiones diarias que se escuchaban en Medellín. En cualquier momento podíamos caer heridos o muertos aun siendo inocentes ciudadanos”.
Esta canción, que hace parte de los nueve tracks de la producción titulada al igual que el disco, “Atentado terrorista”, no pudo ser más certera al decir que esos actos violentos estaban destruyendo la ciudad. “Les gritábamos que dejaran las viviendas de la gente inocente en paz, que no sembraran más el pánico, ni la destrucción”. La canción describía lo que estaba sucediendo en aquel entonces con frases directas y música sencilla.
“Lo que veíamos en las calles no era bueno, las caras asustadas se reflejaban en las vitrinas de los almacenes de los centros comerciales y en los espejos de los baños.
Todos estábamos paranoicos, alarmados, esperando cada día las peores noticias; juro que me daba fastidio ver los noticieros, porque sabía que me iba a azarar, se respiraba un aire pesado, había toque de queda decretado por cualquiera de cualquier sector que estuviera involucrado en el enfrentamiento. Era un riesgo total ser ciudadanos comunes y corrientes, ya nos comparaban con Beirut y eso en realidad era grave”.
I.R.A. en toda su trayectoria, narra parte del drama por el que ha pasado la ciudad, el país y sus habitantes, narra vivencialmente las bombas o las farsas electorales, narra el amor, la
ecología, las relaciones familiares y el amor punkero por este país.