Mary Grueso y Bárbara Muelas, primeras mujeres de pueblos étnicos en la Academia Colombiana de la Lengua
Una escritora afro que retrata en sus textos la tradición oral del Pacífico y una indígena misak que ayudó a traducir la Constitución de 1991 a su lengua, son nuevas integrantes de la Academia Colombiana de la Lengua, que por primera vez desde su fundación en 1871 tendrá en sus filas a académicas de pueblos étnicos.
Se trata de la escritora Mary Grueso, de Guapi, y de la profesora Bárbara Muelas, del resguardo de Guambia en Silvia, ambos lugares en Cauca.
Sus nombramientos se dieron a conocer el pasado 10 de diciembre, junto con los de otros 10 nuevos miembros, en una decisión histórica para la Academia, que es la más antigua de las academias en América y que desde 1960 tiene entre sus funciones “asesorar al Gobierno en temas idiomáticos".
Grueso y Muelas entran bajo la figura de académicas correspondientes, lo que significa que, aunque no tienen voz ni voto dentro de las discusiones de la Academia, podrán informar sobre las variantes del español en sus lugares de residencia. Allí también están escritores como Juan Gabriel Vásquez, Juan Esteban Constaín y William Ospina.
“Este nombramiento me ha llenado el corazón de alegría porque no es lo usual, y para mí es un honor poder hacer parte de ese círculo de la Academia Colombiana de la Lengua, que ha sido un poco cerrado y ya se está abriendo", dijo Mary Grueso en entrevista con el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Mary es licenciada en Español y Literatura y especialista en Enseñanza de la Literatura y en Lúdica y Recreación para el Desarrollo Social y Cultural. Puedes conocer más de ella aquí.
En otra entrevista en julio de este año para el programa Voces y Saberes del Minculturas, explicó así su interés con el lenguaje: “La tradición oral siempre. Yo soy una mujer oral porque vengo de la oralidad. Mi papá era narrador oral, lo que nosotros le llamamos cuentero". Su producción literaria está marcada por eso. Se enfoca en poesía y en libros infantiles, siempre resaltando su identidad negra y el contexto del Pacífico en el que nació y ha vivido siempre.
Sobre el papel que espera jugar en la Academia, dice: “Es muy importante estar ahí porque aporta uno desde lo que es, vive y siente. Soy una mujer de provincia y tenemos nuestras especificidades. El léxico nuestro ha sido muy cuestionado, pero ya desde la Academia, hablando desde adentro, puedo argumentar para que conozcan y entiendan las variantes dialectales que tenemos en este país".
En cuanto a Bárbara Muelas, tendrá la tarea de proteger la lengua misak. “En la Academia haré lo que sé hacer como profesora y lingüista", dice sin extenderse la profesora Muelas.
Eso que sabe hacer ya está muy documentado y reconocido. Cuando en 1991 quedó lista la nueva Constitución, el Gobierno del entonces presidente César Gaviria la llamó, junto a otros líderes indígenas, para que tradujera el capítulo étnico de la nueva Carta al nam trik, la lengua nativa de los misak.
Su hermano Lorenzo Muelas ya había marcado un hito como el constituyente que se codeó con el resto de políticos para sacar adelante ese capítulo, y ahora ella aportaría en su difusión como traductora.
No fue una preocupación ocasional. En el colegio de Guambia, su resguardo, impulsó la creación de cartillas para que los estudiantes de primaria aprendieran a leer y escribir en nam trik, y para que los estudiantes de secundaria conocieran la cultura nativa.
Es un ejemplo muy representativo de la lucha de los pueblos indígenas por fomentar una educación que no solo se brinde en español, y, al tiempo, de la relación entre la cultura indígena y la cultura blanca que usa el español que procura defender la Academia Colombiana de la Lengua.
Bárbara Muelas sabe de la importancia de lo que he hecho y por eso no duda en decir: “He hecho muchas cosas, por eso me han tenido en cuenta".