Eres lo que comes
La conciencia ecológica y las actividades cotidianas amigables con el medio ambiente, tienen cada vez más espacio en la vida de los seres humanos. El reciclaje, la elección de productos ecofriendly, y los alimentos libres de químicos, son las alternativas más comunes a la hora de ponernos en marcha para promover armonía entre el ser humano y la naturaleza.
Uno de los aspectos más importantes de la vida cotidiana es la alimentación, por eso queremos hablar sobre los alimentos ecológicos. ¿Qué son?, ¿cómo funciona su producción?,¿cuáles son los beneficios de su consumo?, entre otras preguntas que nos ayudarán a entender mucho mejor esta tendencia verde.
Se reconoce como alimento ecológico al producto agrícola que se genera a partir de procedimientos llamados “orgánicos”. Las características y métodos que priman son la ausencia del uso de sintéticos como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales. Según el Codex Alimentarius, se define la producción ecológica como "un sistema de ordenación de la producción que promueve y mejora la salud del agrosistema, con inclusión de la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo"
Al contrario de lo que se cree, el movimiento que impulsó la industrialización de los alimentos fue la llamada “revolución verde” que surgió en el mundo en la década de los años 40, 50 y 60 a partir de los avances científicos y tecnológicos en la agricultura, como consecuencia de tragedias como la hambruna que azotó a la India en 1943. Su objetivo era aumentar la producción y distribución mundial de productos agrícolas a partir de nuevas técnicas de sembrado, pesticidas y modificaciones genéticas. La “revolución verde” es ahora la causa de un nuevo movimiento que busca cambiar esa visión por la de los alimentos ecológicos y el sostenimiento del medio ambiente.
Los alimentos ecológicos también son conocidos como "orgánicos" o "biológicos" (considerados sinónimos). El uso de prefijos como “eco”, “bio” y “orgánico”, dependen de la región donde sea utilizado; por ejemplo, en el caso de España se usa “eco”, en Portugal y Francia es “bio” y en el Reino Unido y Colombia “orgánico”.
En la actualidad solo los productos ecológicos pueden ser nombrados de esa manera si cumplen las normativas exigidas por entes reguladores estatales. En países como Japón, Canadá o la Unión Europea es necesario tener certificaciones especiales para llegar a comercializar este tipo de productos. En esta última los reglamentos comunitarios son el 834/2007,889/2008 y 2092/91, los que básicamente requieren un uso mínimo de fertilizantes y plaguicidas, o el uso de plaguicidas naturales no sintéticos, y el cumplimiento de normas sobre materias permitidas, restringidas y prohibidas. También se prohíbe el uso de material modificado genéticamente (transgénicos) en la cadena alimentaria ecológica.
Frente a este tema también se hace necesario hacer una aclaración sobre qué son alimentos naturales y transgénicos, y cuáles son las diferencias con los ecoalimentos.
Se entiende entonces por alimentos naturales (no orgánicos o ecológicos) a todos aquellos productos que han tenido un proceso de crecimiento y desarrollo natural, pero que han sido cultivados utilizando pesticidas y sustancias químicas para evitar enfermedades y plagas en las plantaciones. En el caso de los alimentos transgénicos, el organismo es modificado con la incorporación de genes de diferente especie para desarrollar nuevas características, como resistencia a los herbicidas, plagas y cambios climáticos del entorno.
Las diferencias de estos dos tipos de alimentos con los eco es que estos últimos promueven un desarrollo distinto del sistema agrario. No son generados a partir de monocultivos de grandes extensiones y respetan los ciclos biológicos de los suelos. También, se utilizan fertilizantes y pesticidas de origen natural en su producción, y evitan cualquier modo de alteración genética como la desarrollada por los productos transgénicos.
Las ventajas y los inconvenientes de la agricultura ecológica
Dentro de los objetivos de la agricultura ecológica se encuentran el generar productos de mayor calidad y una producción que respete el entorno ambiental, lo cual es bastante beneficioso para el consumo del ser humano. Esto se evidencia en una declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en donde confían “que el auge de la agricultura ecológica, que se practica en 120 países, sirva también para paliar los desajustes en seguridad alimentaria” (2009).
Las principales técnicas de producción agraria de este tipo son la rotación y asociaciones de cultivos, setos y vegetación en los márgenes de las plantaciones, para minimizar los efectos del cambio climático, así como cubiertas vegetales en el suelo y la integración de la agricultura y la ganadería.
En el caso de los fertilizantes obtenidos de sustancias vegetales y animales, éstos mejoran las condiciones de la tierra, aportan mayor cantidad de nutrientes a las plantas, protegen el suelo de la erosión, permiten un crecimiento de microflora y microfauna que evitan el exceso de acumulación de minerales, y la contaminación química tanto en la tierra como en las personas que manipulan los abonos y fertilizantes.
Según los promotores de cultivos ecológicos, los productos obtenidos poseen un mejor aroma, una mayor cantidad de vitaminas, minerales y un mejor sabor. Entre los productos que más tienen acogida en la agricultura ecológica se encuentran los vinos, el aceite de oliva, los zumos, las legumbres, las frutas, la carne y las verduras.
La producción requiere de mayor mano de obra que la producción convencional, por lo que en el ámbito local y en el medio rural, tiene beneficios en empleabilidad. Además, gracias a la variabilidad de cultivos se da un aumento de la biodiversidad.
Con respecto a la contaminación de aguas, se disminuye el porcentaje de contaminación en las subterráneas, y en los suelos puesto que la utilización de fertilizantes orgánicos genera un impacto mucho menor con respecto a los químicos. Además, como no se emplean pesticidas sintéticos, la producción de alimentos orgánicos contribuye a mejorar la calidad del aire y reduce la exposición de la gente a sustancias tóxicas.
En cuanto a los inconvenientes relacionados con la agricultura ecológica, han sido identificados, después de estudios comparativos con otros tipos de producción alimentaria, por ejemplo, que la apariencia física de los ecoalimentos en cuanto a color, brillo o tamaño son en general calidad inferior, aunque esto se contrarreste con lo que en realidad es importante: su valor nutritivo. Asimismo, sus niveles de químicos y conservantes son inferiores, pero esto hace que su vida útil sea menor que la de productos tratados con químicos y los precios pueden ser mayores, ya que los sistemas de producción son menos tecnificados y más lentos.
El debate económico, social y ambiental sobre la producción, distribución y consumo de alimentos es amplio y complejo. Conocer una alternativa como la elección de alimentos ecológicos en nuestra vida diaria puese generar pequeñas decisiones que podrían producir grandes cambios. Consumamos de manera apropiada, sana y tratemos de elegir siempre lo que ayude más a nuestro planeta y su naturaleza.