Lee ‘Scratch’ Perry y Alerta Kamarada, una relación de maestro y aprendiz
El pasado fin de semana perdimos a una de las mentes maestras más grandes e innovadoras del reggae y la música en general, Rainford Hugh Perry, mejor conocido como Lee “Scratch” Perry. Dentro de su enorme trayectoria, Perry es muy recordado por su función de productor para referentes comor, Bob Marley, The Congos, Junior Marvin, Beastie Boys, The Clash, Mad Professor, entre muchos otros más.
En algún momento de su vida, y por cosas que se dieron gracias a la música, Lee se topó con la gente de Alerta Kamarada, uno de los referentes más grandes del reggae colombiano, que actualmente está encabezado por Javier Fonseca y Pablo Araoz. Esta gran relación de maestro y aprendices, se dio por un encuentro inolvidable en las tarimas del Festival Estéreo Picnic 2011. De ahí en adelante, surgió una poderosa unión en la cual llegaron a compartir algunos viajes, experiencias, tiempos en estudio, en escenarios, en fiestas, entre otras tantas cosas que vivieron desde hace diez años junto al sabio abuelo Lee Perry.
Con ganas de saber más sobre esta relación en Radiónica hablamos con Javier y Pablo.
¿Cuál fue el primer acercamiento que tuvieron al trabajo de Lee “Scratch” Perry, como fanáticos y oyentes de su música?
Javier: Siento que él fue el primer referente para la fundación de Alerta Kamarada. Recuerdo que nosotros nos la pasábamos en la casa de un parcero que también hizo parte de los inicios de nuestro proyecto, Mateo. Imaginate que en el altillo de la casa de él, había una ventana que daba paso a las tejas, en donde prendimos el equipo de sonido y escuchábamos “Arkology Reel”, “Blackboard Jungle”, “Soul Fire”, “Super Ape” a la lata. Eran horas de maratones de Lee Perry, en donde encontramos ese primer amor por su música y el dub. Además de ello, aprendimos de su faceta como productor, la cual era muy bacana para nosotros.
Hablemos un poco de ese primer acercamiento en persona, ¿cuando lo llegaron a conocer cara a cara?
Javier: Eso fue en el año 2011, cuando nos llamó Sergio Tobón del Festival Estéreo Picnic. Recuerdo que nos dijo que iba a venir Lee Perry y si podríamos acompañarlo a él. Nosotros tiramos un sí a ojo cerrado. Afortunadamente, tuvimos la oportunidad de hacerlo de la mejor forma posible, los ensayos fueron muy bacanos. En ese primer momento, no tuvimos la oportunidad de hacer absolutamente nada junto a él. Recuerdo que Lee llegó, lo recogimos en el hotel y nos fuimos para el festival. Estuvimos en el camerino y nos subimos a la tarima. De ese momento en adelante, puro feeling con todo el show. Ese día se abrieron las puertas a una relación que hemos construido juntos desde el año 2011 y hasta el día de hoy.
Esa relación nos permitió viajar, tener más conciertos y un montón de vainas para hacer. Afortunadamente, logramos hacer algunas. Pero por otro lado, hay otras que se quedaron en la mente y el corazón.
Me gustaría hablar un poco más de esta relación. Recuerdo que en algún momento, antes de esta charla, me mencionaste que ustedes eran como unos aprendices para él.
Pablo: Acá seguimos procesando todo ese cambio cuántico que dio nuestro abuelo. Total, él era un abuelo para nosotros. De alguna manera nos adoptó porque las cosas salieron muy bien en nuestro primer concierto juntos. Le gustó nuestra energía y vibra con la música. A partir de ese momento, él quiso que nosotros fuéramos su banda en Colombia. Habíamos planeado algunas cosas por Latinoamérica y otros lugares del mundo, pero lastimosamente no se dieron.
De igual manera, esta relación con él, tan densa y fuerte, se dio porque en nuestros inicios, nosotros éramos jóvenes, tratando de sacar nuestro proyecto adelante con sonidos de ska y punk. A través de la calle llegamos al reggae. Por esas razones, Lee nos acogió. Siento que el abuelo veía un reflejo de lo que él fue en los años 70, cuando era un pelado y aprendiz. En ese momento cuando se cambia de estudio para montar el suyo.
Además de ello, nosotros también vimos ese reflejo en él, de un abuelo y sabio del dub. Un ingeniero y matemático del dub. Un hombre que hacía ska en las calles, para luego producir cosas en el estudio. Todo eso lo veía en nosotros a través de ese proceso que hemos llevado como Alerta Kamarada. Nuestros inicios de música punkera y rockera en los bares, la cual nos llevó al reggae.
Esa vibración y música, las cuales actúan de otra manera. Nos sentíamos reflejados en el hecho de que él construyó un estudio, así como nosotros. Nos mostró cómo hacerlo, por medio del ideal de tener nuestra propia plataforma de trabajo. Las técnicas y conceptos que utilizaba en su música y posterior vida. El mismo era su obra de arte, una inspiración completa y eterna que llega a ser un tema místico.
Era creyente en el hecho de ver más allá de lo que había en este plano. Eso fue algo que nos hizo relacionar bien con él, gracias a esa linda relación espiritual de antes y después de conocernos. Consolidamos una bonita relación juntos. Ojalá lo hubiéramos podido tener más tiempo con nosotros, ojalá hubiéramos podido estar ahí desde antes, ojalá hubiéramos podido viajar a donde él estaba.
¿Cuál fue su último contacto con él?
Javier: Hace unos días estuvimos hablando con él por teléfono, porque tenía un proyecto de permacultura. Entre nuestros planes teníamos contemplado compartir tiempo con él, su esposa e hijo Noel. Queríamos hacer un viaje por el eje cafetero, teníamos ganas de mostrarle un montón de lugares, ya que lastimosamente solo compartimos en Bogota y Medellin. Teníamos muchas ganas de mostrarles toda Colombia, ya que tenían un gran amor por esta tierra, la cual es muy similar a Jamaica.
Queríamos hacer un montón de cosas en comunidad, en equipo con diferentes planes en los cuales tocar juntos. Teníamos muchas ganas de explorar el país y otros lugares del mundo a través de la música. Por estos días hemos tenido la oportunidad de comunicarnos con su esposa, una charla de condolencia y atención.
¿Dónde se encontraban y qué estaban haciendo cuando se enteraron de la noticia?
Javier: Recuerdo que había llegado de sacar a mi perrita, descanse un rato, abrí los ojos y un amigo me informó que habíamos perdido al abuelo. Puse el noticiero jamaiquino y en efecto, lo habíamos perdido. Es triste pensar que el día anterior había publicado un video clip en el cual anunciaba un par de cosas y planes sobre su gira. Estaba super emocionado de volver al ruedo.
Pablo: Yo estaba en mi casa, acababa de ver una foto muy linda del maestro. Recuerdo que después de eso me puse a pensar en cuándo lo volvería a ver. Javier me llamó y quedé choqueado. Fue un golpe tremendo para mí, porque uno nunca está preparado para ello. Según las enseñanzas que él nos dejó en su música, la vida no muere, ella trasciende. El abuelo trascendió y se fue a un lugar donde su espíritu está fluyendo, haciendo arte y música.
Su estado físico, mental y emocional daban para otros 50 años. Era sorprendente verlo en su actividad física. Por ejemplo, nunca doblaba las rodillas para recoger algo del piso, al contrario, hacía una especie de plancha de yoga, sin doblar nada. Era un roble que estaba muy bien a sus 85 años.
Entre todos los diálogos que llegaron a tener con Lee, ¿cuáles eran los temas que más hablaban y exploraban juntos?
Javier: Era de todo un poco, ya que a Lee Perry le podías preguntar sobre cualquier cosa y él salía con un montón de ideas a las cuales uno tenía que montarse para poder comprenderlo. Estaba sollado. Recuerdo que alguna vez estábamos con Pablo en un hotel, junto a él. Cuando el hombre nos abrió la puerta de su habitación, el lugar se encontraba totalmente redecorado. Además de ello, Perry estaba con unos calzoncillos rojos de Spider-Man, unas botas, anillos y cachucha. Lee tenía un montón de cosas pegadas en las paredes dedicadas a Bob Marley, así como también a otras cosas que de alguna forma le daban vida a su ambiente. Si el dejaba algo en algún lugar, lo tenías que dejar ahí.
Recuerdo que a veces le ofrecíamos algo de comer y él salía con un montón de cosas dedicadas al alimento espiritual, cualquier cosa totalmente inesperada y apartada a una respuesta común y corriente. Hubo momentos de conversaciones fluidas, en las cuales hablábamos de la música. Le preguntamos de The Clash, Bob Marley y toda esa época. Tuvimos la oportunidad de estar presentes en charlas de Mad Professor y él, en las cuales era bacano pillar sus conversaciones, ya que Professor lo venera como un papá. Le tiene mucho cuidado a ese señor y a la amistad que llevan desde hace años. Era muy bacano el entrar a esa misma sintonía, cuando Mad Professor le decía una cosa y el cucho le salía con alguna locura.
Él era una persona indescifrable, genial en todo su concepto. El mismo era su obra de arte. Una persona que desarrolló su expresión totalmente dedicado a su autenticidad, en la cual le regaló el reggae a todo el universo. Fue parte de esa creación tan maravillosa de la música, en la cual otros géneros y artistas lo han venido a buscar. Lee era una especie de mago, uno con el cual vibramos.
Recuerdo que en el concierto que hicimos en Medellín, él quería tomarse un jugo de naranja. Nosotros se lo pedimos y nunca llegó. Salimos a la tarima, empezamos a tocar y el hombre empieza con su “my orange juice, I want my orange juice”. Media canción era pidiendo su jugo, pero era algo muy bacano. Creo que la gente no se dio cuenta, así era la actitud del hombre.
Pablo: Había un tema que él trataba mucho, la conspiración. Tenía en su mente el ideal de no creernos cualquier cosa. Insistía en mirar más allá de las apariencias, mucho más allá de lo que vemos e imponen los gobiernos por medio del internet y medios masivos de comunicación. Hablaba de un mundo mágico, lleno de capas de conciencia. Recuerdo que decía que su espíritu venía de afuera del espacio, de una nave. Decía que venía a compartir música de otras esferas.
Nos dejo las claves para hacer música por medio de todo su legado. Recuerdo que en su show de Rock Al Parque, teníamos una emotividad tremenda y fuerte por la muerte de Dala, nuestro compañero de la banda. Ofrecimos llevar al abuelo a su casa, para luego notar que él se negaría a esa idea. El hombre quería seguir de rumba con nosotros. Era chistoso pensar que a cada rato nos llamaba su esposa y manager, la cual nos insistía en estar muy atentos a él.
Estuvimos por ahí en una fiesta en la cual pidió el micrófono. Recuerdo que antes de subir al escenario, le pidió a su amigo Bob (el cual nos acompañaba), que hiciera una análisis en el tema energético del lugar, ya que había un montón de gente. Necesitaba que eso estuviera muy bien para poder entrar al sitio.
El viejo terminó cantando sobre la champeta, cumbias, salsa, porros. Se puso a improvisar y no había poder humano que pudiera quitarle ese micrófono. Al final tocó apagarlo, porque ya tocaba ir a descansar.
Teniendo en mente todo el legado y recorrido que vivieron junto a él, ¿qué representa esta figura de Lee Perry en el proyecto que han construido hasta el día de hoy?
Javier: Estoy seguro que toda la influencia de Lee Perry, es una parte fundamental en la construcción de Alerta Kamarada y de su respectivo sonido. La hemos recibido de su misma mano, por medio de visitas al estudio y de un montón de cosas que tenemos guardadas en ese lugar. Todo eso hace parte de la edificación y contenidos que tenemos, ya que no somos puristas de un género. Por otro lado, algo con lo cual nos identificamos es el hecho de notar las personas que somos actualmente, así como también del sonido que vamos a entregar. No hacemos una sola cosa, queremos expresar varias. Explorar el reggae en sus diferentes expresiones. Siento que eso es lo más grande de ese legado y esa vaina de aprendiz y maestro. Uno hablaba con él y se encontraba con algo diferente. A veces era un niño u otra persona.
Recuerdo que alguna vez no podía tomar vino y nosotros le dimos agua de jamaica, con la cual se sintió muy ofendido. Pero después se reía de esas cosas, porque sabía que lo estábamos cuidando. Vivimos muchos momentos con el abuelo. Tratamos de compartir sus enseñanzas, por medio de las diferentes personas con las cuales hemos trabajado en la banda y producción.
Pablo: Lee es nuestro maestro, titán y chamán. Un gran sabedor que compartió sus enseñanzas con nosotros. Nos adoptó de alguna manera, nosotros lo teníamos como nuestro abuelo. Es nuestro abuelito, esté donde esté. Honramos su magia, legado y cada uno de los momentos que compartimos juntos.
Él tenía un mensaje para Colombia, en donde nos hablaba que la guerra en nuestro país no es necesariamente por el dinero. Es una fachada que no debería tener lugar, porque en Colombia hay gente muy buena y bacana. Pensaba que estábamos sufriendo un "detox", dentro de una tierra sagrada. Debemos mandar al diablo a la gente que la está fabricando.