"Es la oportunidad de oír música que te hace mirar al cielo": Marianna Piotrowska
Por: Sergio Villamizar D. para Colprensa
Del 7 de septiembre al 8 de octubre se realizará este evento con una selección de músicas sagradas, espirituales, meditativas, contemplativas, de diferentes estilos, épocas y religiones en distintas partes de la capital del país, con una selección de invitados nacionales e internacionales, como el mundialmente reconocido compositor de música de cine Zbigniew Preisner con el estreno en Colombia de 'Requiem for my Friend', su única obra que no es para cine.
Además, el Coro Nacional de Colombia hace su debut en el Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá como coro residente y se realizará el estreno mundial del Réquiem de Juan Antonio Cuéllar, comisionado por los organizadores del evento.
Marianna Piotrowska, directora del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá, habla de lo que ha sido la historia de este evento y lo que viene para su edición número 12.
Doce sagrados años
¿Cómo ha sido esa travesía por estos 12 años de Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá?
Cada año, cada edición es un reto, con un grado de complejidad muy diferente, cada vez hay más compromiso, cada vez hay más responsabilidad con el público que va creciendo, se va enterando más del festival, y no solo a nivel nacional, también internacional, por lo que hay más presión.
Los artistas que estamos trayendo, los conciertos que estamos realizando, las coproducciones, cada vez perfeccionando más la programación, lo que se convierte en un reto, porque cada vez es más importante cada detalle.
¿Doce años de formación de público en música sacra?
Un público que no estaba familiarizado con la música sacra, y no había un espacio así en Bogotá. Fue empezar poco a poco a dar a conocer el festival e ir ganándose los corazones de los aliados, de los escenarios y de la gente, hasta que poco a poco de forma orgánica ha crecido el festival.
¿Cómo ha sido el trabajo de formar camino y darle un espacio a un festival de esta magnitud?
Sobre todo por el imaginario de la gente sobre un festival de música sacra, que de inmediato lo relaciona con lo católico. Romper ese imaginario y mostrar, además de la música sacra muy propia de la religión católica, porque realmente la iglesia sí tuvo un papel muy importante a la hora de comisionar obras y de generar este repertorio, también es poner a las personas en un diálogo en torno a lo sagrado, a lo espiritual y a lo multirreligioso.
Un reto importante es hacerles ver que este no es un festival para sacerdotes, ni para monjitas, va mucho más allá que trasciende las culturas, las tradiciones, las religiones y las creencias.
Me he encontrado con gente que me dice: “A mí me encanta la música clásica, pero no me gusta la música sacra”, lo que es toda una falta de conocimiento, y nuestra labor es cambiarles esa mirada y hacerles ver que la música sacra va más allá.
Dentro de la música sacra podemos encontrar muchos estilos y muchos géneros, de muchas épocas y de muchas religiones. Eso es lo que le quiere mostrar el festival al publico.
También me he encontrado con gente que dice: “No voy al festival porque soy ateo”. Romper con esas creencias es nuestra misión, que entienda que independientemente de cuál sea su creencia, estamos hablando de tradiciones culturales.
¿Un público internacional?
Un público que cada día ha venido creciendo en la medida que hemos hecho alianzas con instituciones internacionales importantes de Rusia, con la Fundación Princesa de Asturias, con el Centro Nacional de Difusión Musical de España, con el Senado de la República de Polonia, entre otros.
A través de estas alianzas el festival ha llegado a distintos lugares del mundo, y qué mejores mensajeros que los mismos artistas, con la gran cantidad que en estas 12 ediciones hemos traído.
Año tras año el festival se va oyendo también más a nivel internacional, lo que hizo, antes de pandemia, que nos llegará público de Corea del Sur, México y Estados Unidos, que se habían enterado por los artistas de sus países que en alguna edición asistió al festival.
¿Cuál es la visión que tienen los artistas en torno a este festival?
Es una pregunta que tendrías que hacérsela directamente a los artistas. Lo que percibimos es un gran entusiasmo por parte de los artistas, las propuestas que nos van llegando a lo largo del año para que tengamos en cuenta, habla bien del festival en la medida que los artistas vienen, tienen la experiencia, y los otros artistas que están alrededor de ellos se enteran y quieren participar.
¿Qué se verá en esta edición?
Serán cinco semanas, con conciertos de jueves a domingo, mientras que de lunes a viernes, con actividades académicas.
Vamos a tener 20 conciertos, con clases magistrales y charlas con los artistas previos a los conciertos para que el público pueda enterarse de qué va el repertorio, conozcan a los artistas, su trayectoria y sus instrumentos.
Para amantes del cine
El 7 de septiembre será la inauguración en el Teatro Colón…
Vendrá Zbigniew Preisner quien es un compositor polaco de música para cine muy famoso y quien fue el mejor amigo de Kryzsztof Kieslowski, reconocido director por obras como la trilogía de los colores. Para él, el compositor le realizó música para 17 de sus películas.
Tras el fallecimiento del director, Zbigniew Preisner compuso Réquiem for my friend, que lo estrenará en el festival con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y el Coro Nacional de Colombia, que hace su debut con nosotros, el compositor estará con nosotros y algunos solistas de Polonia.
Es maravilloso tener a uno de los mejores compositores de la música para cine de todos los tiempos, dirigiendo su única obra religiosa y que no es para cine. La primera parte va a ser el Réquiem, y la segunda van a ser los éxitos de sus bandas sonoras.
Es poder empezar a dialogar con otras áreas del arte, otras músicas, para poder hablar en torno a lo sagrado, que no es específicamente solo lo religioso.
Cada edición tiene una temática, este año será ‘La Gracia’...
Vamos a tener la oportunidad de poder ver y sentir La Gracia a través de los artistas, entre las diferentes religiones, cómo lo perciben, lo conciben, lo proyectan, cómo se vive, y vamos a estar abiertos a recibir mensajes y conocimientos sobre La Gracia como don de Dios.
También tendrán el estreno de una obra comisionada por el festival…
Estamos muy emocionados. En el 2017, en El Vaticano el papá me hizo recomendaciones: Seguir promoviendo el diálogo entre las religiones por medio de la música. También rescatar repertorio de los archivos de la Catedral Primada y darlos a conocer en tiempos modernos.
Por eso, comisionamos a Juan Antonio Cuéllar, quien compuso la misa para la visita del Papa Francisco a Colombia, y casualmente es un réquiem, por lo que inauguramos y clausuramos con réquiem.
¿Cómo va la labor de la recuperación de los archivos de la Catedral Primada?
Vamos a tener un taller maravilloso con un musicólogo francés, Marcel Pérés, quien ha venido varias veces al festival, especialista en música medieval y en música antigua, y para él es muy importante entender la relación entre el ser humano y la música, para qué la música.
Es un apasionado de conocer la historia de los diferentes lugares del mundo, de conocer su música, de rescatar la música.
Vendrá a Colombia y escogerá algunas obras de los archivos de la Catedral Primada y realizar un taller para enseñarle a la gente, profesionales y fanáticos, para enseñar a cantar directamente con la técnica para cantar directamente desde los libros.
Tras el taller de una semana, realizaremos un concierto con todos los que participaron en la Capilla del Sagrario, donde nuevamente se va a escuchar esa música que lleva siglos sin oírse.
¿También tendrá música sacra colombiana?
Es la oportunidad de oír una música que te hace mirar al cielo, es una gran oportunidad para recorrer Bogotá, sus lugares emblemáticos que tenemos, muchos de ellos patrimoniales y otros de interés cultural.
Siempre resaltamos las músicas ancestrales y espirituales propias de Colombia, en esta oportunidad el gospel de San Andrés y Providencia, y también músicas ancestrales del Putumayo y de la región Andina.