EL CONJURO 2: el regreso del horror a los años 70
Patrick Wilson y Vera Farmiga protagonizan esta secuela, donde se recapitula este espeluznante estilo gracias al director James Wan.
Para muchos tal vez el nombre de James Wan no sea un referente inmediato, pero desde el año 2004, este artista se ha convertido en un exponente contemporáneo del cine de horror, poco a poco ha ido creciendo y desarrollando acercamientos a otros géneros en la pantalla grande. Su inicio en este campo comenzó con la película Saw (2004), donde progresivamente también inició su labor como productor de múltiples proyectos, trabajando de forma paralela en cintas como Dead Silence (2007) e Insidious (2010).
James Wan
También dirigió la más reciente entrega de Rápidos y Furiosos (2015) y además se acercó al drama de acción con Kevin Bacon en la película Death Sentence (2007). Actualmente se dispone para 2018 con Aquaman, su primera cinta de superhéroes, junto a Jason Momoa en el Universo Cinematográfico de DC Comics.
Llevando a cabo un trabajo muy serio y detallado sobre un caso de la vida real, James Wan nos presenta este año una parte en la carrera de Ed y Lorraine Warren, la pareja de parapsicólogos introducidos en la primera entrega que él mismo dirigió en 2013: El Conjuro.
En 1971, Ed y Lorraine Warren participaron en el caso de una familia campesina de Harrisville, Rhode Island. Seis años después tendrán que regresar a la acción, pero en esta oportunidad trasladándose a Inglaterra para solucionar un evento paranormal en Enfield, el cual causó controversia por aquella época al catalogarse como el “Amityville Británico”.
Fuertemente influenciada por cintas clásicas de los años 70, tales como El Exorcista, The Changelling y El Horror de Amityville, El Conjuro 2 arranca con uno de los acontecimientos más polémicos en la vida de los Warren, cuando en 1974 investigaron la residencia 112 de la Avenida Ocean de Amityville en el condado de Suffolk, Nueva York. Allí parten del mítico caso de la familia DeFeo, punto inicial para contar estas historias alrededor de esta dupla paranormal, junto a las variadas producciones literarias y audiovisuales, la cuales colaboraron previamente a sentar las bases en este tipo de horror.
Desde ahí la historia prosigue en 1977 en el municipio londinense de Enfield, donde aparece la familia Hogdson liderada por Peggy, una madre soltera que tras la partida de su esposo debe sacar adelante a sus cuatro hijos: Margaret, Janet, Johnny y Billy. Todo comienza a complicarse cuando surgen situaciones extrañas en su hogar, revelando que Janet es victima de una posesión demoniaca.
De esta manera Ed y Lorraine empacarán maletas rumbo a las afueras de Londres para investigar la situación y enfrentándose al caso más fuerte después del vivido tres años atrás en Amityville.
Uno de los elementos más sobresalientes e importantes de la película, es sin lugar a dudas la relación amorosa y diligente de los Warren frente a su trabajo, donde vuelve a surgir aquella dicotomía entre detenerse en esta labor y vivir simplemente de contar la experiencia, frente a continuar luchando contra estas fuerzas y ayudar a aquellas personas que lo necesitan.
Aquí Patrick Wilson y Vera Farmiga interpretan una pareja única, queda claro que el amor y altruismo van de la mano, pero de una manera complementaria y valiente, en la que el uno depende del otro para continuar luchando. Vale la pena resaltar que la creación y construcción de los personajes fue un trabajo entre estos artistas y la verdadera Lorraine Warren, ya que visitaron a esta clarividente en el Centro de Investigación Paranormal de Nueva Inglaterra.
Lorraine Warren nació el 31 de enero de 1927. Su esposo Ed Warren murió el 23 de agosto de 2006.
Sustos inesperados y altamente vertiginosos, junto algunos recursos de tensión previamente vistos en otras cintas, hacen del Conjuro 2 una película bastante entretenida. A su vez, se complementa con actuaciones bien desarrollados por figuras jóvenes como Madison Wolfe y Lauren Esposito, junto a un reparto donde participa Francis O’Connor, Franka Potente, Maria Doyle Kennedy, Simon Delaney y Robin Atkins Downes.
Como secuela, ésta cumple como una buena película de horror, sin embargo no llega al nivel enmarcado de la primera parte, pese a que logra ser un producto superior a la cinta Annabelle (2014). Esta situación se ve reflejada en el uso de ciertos recursos visuales, los cuales le restan credibilidad al universo que se va desarrollando segundo a segundo. Evento que ya habíamos visto con James Wan en películas como Insidious, donde la tensión y la atención se alejan completamente cuando se echa mano de tales elementos.
Un buen trabajo realizado por este director y su equipo, junto a las compañías productoras y distribuidoras, ya que seguramente esto quedará abierto para una tercera entrega, debido a que los Warren aún tienen más historias por contar. Sin embargo, tal vez como ocurrió con las secuelas de Saw o Insidious 3, veremos a este director en el papel de productor ejecutivo, porque seguramente estará muy ocupado por sus compromisos con “El Rey De Los Siete Mares”.
De igual manera, así como la historia de la muñeca Anabelle dio para una precuela, el Museo de los Warren aún tiene una gran cantidad de reliquias que nos podrán contar otros espeluznantes relatos tipo spin-off.