Un paso adelante, dos atrás
El estado deprimente de las canchas en donde se practica fútbol a nivel profesional da pena...
Más allá del inicio prometedor del fútbol colombiano en cuanto a calidad de equipos se refiere, varios estadios de Colombia aún no cumplen con los requisitos necesarios para ofrecer espectáculo, y el estado deprimente de las canchas en donde se practica este deporte a nivel profesional da pena, además de atentar contra la integridad física de los jugadores.
En Tunja se vive uno de los casos más preocupantes al respecto, hay una cancha quemada, desnivelada y esponjosa que a causado la lesión de jugadores como Luis Carlos Arias, Daniel Quiñones y Dairon Montesinos, quienes en cumplimiento de su deber cayeron en desgracia y terminaron lesionados por pisar ese terreno.
Por otro lado, Deportivo Cali solicitó un aplazamiento a Patriotas del partido que debían disputar el pasado 25 de febrero, debido al grave estado de la cancha de La Independencia; dicha solicitud fue negada y lo más probable es que el DT verdiblanco Mario Yepes use una nómina mixta para no arriesgar a sus jugadores titulares. De la iluminación del estadio, mejor no hablar.
Hubo algunos casos que a tiempo se han corregido: Cortuluá por ejemplo se vio obligado a jugar sus partidos en el Pascual Guerrero (Cali) debido a que el estadio Doce de Octubre de esa ciudad no recibió el aval de las autoridades del fútbol profesional para competir allí. Se espera que para el segundo semestre regrese el fútbol al ‘corazón del Valle’.
Neiva es otro caso preocupante, aunque con el tiempo el estado de la cancha ha venido mejorando, las obras de remodelación de las tribunas ya cobraron vidas humanas (4 en total) sin que aún hayan responsables por ello. Cuesta trabajo entender cómo una obra de miles de millones de pesos –que carece de iluminación para juegos nocturnos- tenga el aspecto de una zona de escombros.
Los jugadores de fútbol deben contar con las condiciones apropiadas para trabajar. El estadio Municipal de Montería, donde juega Jaguares, no tiene ni siquiera camillas para la preparación previa de los jugadores, los vestuarios del estadio no ofrecen garantía alguna: sin luz y sin agua para ducharse, y a 38 grados promedio de temperatura.
Hablemos de Ibagué. Se pedía a gritos una cancha decente para uno de los equipos protagonistas y animadores del campeonato: Deportes Tolima, lo lograron. Y aprovechando el desarrollo de los juegos deportivos nacionales, mejoraron los vestuarios, las cabinas de transmisión y accesos públicos. Sin embargo, la iluminación sigue siendo el dolor de cabeza para arqueros, árbitros y televidentes que a través de la pantalla chica buscan la pelota sin mayor éxito.
El estadio Monumental de Palmaseca –casa del Deportivo Cali- aún no puede usarse. Por fortuna las autoridades dieron a conocer las falencias del escenario en materia logística que obligaron al club a tomar una serie de medidas que van desde reducir la capacidad o aforo, hasta mejorar las vías de acceso al coliseo deportivo. Por cierto, mención especial a la cancha del Pascual Guerrero, encargada de recibir tres equipos: Cali, América y Cortuluá.
Colombia ha venido destacándose entre las 15 mejores ligas del mundo según datos de la La federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS), afortunadamente están lejos como para percatarse de la situación. Los clubes cumplieron: armaron en la medida de lo posible equipos altamente competitivos para animar el campeonato y lograr sus objetivos. Sin canchas decentes dónde jugar, será muy difícil lograrlos. Un paso adelante, dos atrás.