Unión Europea prohíbe el uso de varias tintas para tatuar
El año pasado la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) recomendó prohibir los pigmentos de ciertos colores de tinta para tatuajes, como el Azul 15 y Verde 7. Como lo informó en su momento la cadena alemana DW, dicha entidad, con sede en Finlandia, argumentaba que, al estar prohibidos estos pigmentos dentro de la industria cosmética, acorde a la normativa de la Unión Europea, tampoco deberían estar permitidos para usar bajo la piel.
Lo anterior recae en la sospecha de que las tintas en cuestión podrían tener sustancias cancerígenas, aunque se sabe poco sobre los efectos a largo plazo de su uso. Incluso la ECHA admitió que aún faltaba por investigar bien sobre sus consecuencias.
El problema es que, por ejemplo, el Azul 15 y Verde 7 se usan en la fabricación de dos tercios de los colores para tatuar, por lo que los tatuadores manifestaron en su momento temer por su futuro o, incluso, se refirieron a la probabilidad de quedar en la ilegalidad.
Resulta que La Unión Europea (UE) efectivamente prohibió el uso de tintas de tatuaje y maquillaje permanente que contengan elementos químicos potencialmente cancerígenos o peligrosos para la salud, una medida aceptada por el bloque de 27 países que incluso, a partir del pasado martes 4 de enero, ya aplica en siete países: Bélgica, Francia, Alemania, los Países Bajos, España, Eslovenia y Suecia.
La Unión Europea explica que es una decisión necesaria para proteger la salud pública, dado que al menos el 12% de los europeos tiene tatuajes y el porcentaje se duplica para el grupo de quienes tienen de 18 a 35 años. La normativa veta la utilización de tintas que tengan colorantes con azoderivados, aminas aromáticas potencialmente cancerígenas, hidrocarburo aromático policíclico, metanol o metales.
La Comisión Europea especificó que “la restricción cubre las sustancias cancerígenas, mutágenos y reprotóxicas; productos químicos prohibidos en los cosméticos, los sensibilizantes cutáneos, los irritantes de la piel y los ojos, las impurezas metálicas, las aminas aromáticas y algunos pigmentos”. A lo que agregó: “La protección de la salud pública de los ciudadanos europeos es nuestra principal preocupación y los productos químicos peligrosos en la tinta para tatuajes pueden representar tal preocupación”, explicó a la prensa una portavoz de la comisión, Sonya Gospodinova.
Varios tatuadores manifestaron que todo fue muy repentino, aunque la Unión Europea sostiene que el proceso de consulta inició en 2016 y los anuncios vienen desde el año pasado. La ECHA añadió que es poco probable que los comercios minoristas y consumidores vean aumentos de precios como resultado de la prohibición, aunque la opinión de quienes trabajan en el sector es totalmente contraria.