"Arrancar los ojos": la nueva exposición de FRAGMENTOS
FRAGMENTOS, Espacio de Arte y Memoria, el Ministerio de Cultura y el Museo Nacional de Colombia, con el apoyo de la Dirección de Patrimonio Cultural UNAL, de la Universidad Nacional de Colombia, presentan la exposición Arrancar los ojos, de la artista argentina Gabriela Golder, una constelación de obras entorno a la dimensión política de la mirada.
A partir de inquietudes surgidas tras los estallidos sociales de Chile y Colombia ocurridos en 2019, la artista investiga las mutilaciones oculares ejecutadas por las fuerzas de seguridad estatales en diversos países, para proponer una reflexión sobre la violencia institucional, la represión y el trauma colectivo. La muestra está integrada por las obras “Un dolor que recuerda por qué duele”, “Formas de decir”, “Desde el campo de batalla”, “De los ojos que se mueven amparados por su furia” y “Arrancar los ojos”, que se construyen a través de la videoinstalación, la escultura, la música y material de archivo.
En el proyecto participaron víctimas colombianas de lesiones oculares ocasionadas entre 2016 y 2021 y el colectivo La Mujer-Cabra. Su inauguración será el próximo jueves 17 de agosto, a las 6:00 p.m., y estará abierta al público hasta el 26 de noviembre de 2023. La entrada es libre y gratuita.
Este proyecto, ganador de la Convocatoria de Fragmentos 2021, propone un recorrido reflexivo y poético a través de cinco obras que estarán exhibidas en los distintos espacios del contramonumento. Su autora, Gabriela Golder, lo explica mejor en este fragmento del texto de su presentación:
“El proyecto nace de la conmoción por los sucesos trágicos que se vivieron fundamentalmente en Colombia y Chile en el marco de una crisis social y política que ha dejado a cientos de personas con traumas oculares, debido a los perdigones lanzados por la policía durante las manifestaciones. Algunas de las víctimas han perdido uno o los dos ojos. La policía apunta directamente a la cabeza, no sólo en Colombia y Chile, sino también en Palestina, Cataluña, Francia, Hong Kong, el Líbano, Brasil, Cachemira.
¿Dónde más? ¿Desde cuándo? Esta metodología represiva viene evolucionando desde el conflicto palestino-israelí: balas dirigidas a los ojos de los manifestantes para cegar, mutilar. Se trata de un cambio de paradigma en la violencia policial, un giro que va del “derecho a matar” al “derecho a discapacitar”. Arrancar los ojos parte de estos acontecimientos, se pregunta por lo inmediatamente anterior a ese momento de mutilación y por lo que queda luego de la tragedia. Se pregunta por las causas, por la búsqueda violenta de generar vacío, ausencia de mirada, invisibilidad, ceguera. También indaga los modos posibles de detener la pérdida de la memoria: recolectar los restos, las huellas, las imágenes de esas miradas al borde de la desaparición”.
Arrancar los ojos es también una obra sobre la resistencia. Resisten los ojos, por más que fueron arrancados, resisten los cuerpos y resiste la certeza de saber que un mundo sin violencia es posible.
Como parte de esta muestra, el sábado 19 de agosto, a las 11:00 a.m., se realizará en FRAGMENTOS (Carrera 7 n.º 6b-30), un conversatorio entre la artista Gabriela Golder y Daniel Bernal, Juan Pablo Fonseca, Cristian Zárate, Daniel Jaimes y Andrés Lalos, integrantes del Movimiento de Víctimas de Trauma Ocular en Colombia, MOCAO, quienes -entre otros- participaron en el proyecto. Con la moderación de Sara Trejos, directora de Sillón Estudios.
Represión en la mira: Cifras y antecedentes en Colombia
El informe Represión en la mira. Lesiones oculares en el marco de las protestas en Colombia, registra 169 casos de traumas oculares ejecutados por el ESMAD desde su creación en 1990 hasta junio de 2022. Según el MOCAO y la Campaña Defender la Vida Asunto de Todas –DLAT-, participantes del informe, 48 de estos casos ocurrieron hasta diciembre de 2020, incluyendo allí a las 25 víctimas oculares de las protestas del 21N de 2019, de las cuales 13 sufrieron la mutilación total de uno de sus órganos y los demás, pérdida de visión en alguno de sus ojos.
Durante el estallido social de 2021 el aumento de este tipo de agresiones fue alarmante: 116 participantes de las protestas, en distintas ciudades del territorio nacional, resultaron gravemente lesionados en sus ojos. Según la ONG Temblores, entre el 28 de abril y el 20 de julio de ese año, en su plataforma Grito se registraron 103 víctimas de impactos en el rostro con granadas lacrimógenas o, en su mayoría, balas de goma, de las cuales 14 perdieron uno o dos de sus ojos y otras 14 quedaron con pérdida total de visión.
Las secuelas físicas, sociales y sicológicas de estas graves lesiones son incalculables. Sin embargo, la mayoría de estas personas se construyen hoy desde la esperanza, la memoria y el activismo, como un ejemplo de resistencia y con un enérgico latido de vida. Como una necesidad de seguir vislumbrando un futuro aún cuando todo se ha apagado.
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