Redes sociales… ¿Conectadas o desconectadas del ambiente?
Recibir y enviar mensajes de texto durante el día, descargar música a tu smartphone, editar y crear videos en apps online, y guardar los contenidos audiovisuales que más te gustan en la nube, pueden parecer acciones inofensivas que al final contribuyen a una huella ecológica significativa en la que se consume aproximadamente el 7% de la energía global.
Desde la llegada del internet, el impacto de la tecnología digital sobre el medio ambiente ha ido en aumento, y aunque es muy poco conocido, se estima que las grandes infraestructuras necesarias para hacer funcionar dichas tecnologías generan cerca del 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, es decir, 1,5 veces más que el transporte aéreo.
De acuerdo al más reciente informe de We Are Social, Colombia es un país activo en las redes sociales con más de 35 millones de usuarios consumiendo y creando contenido online, lo que refleja una huella de carbono significativa debido al consumo energético de los centros de datos, la fabricación de dispositivos electrónicos y el gasto cotidiano de electricidad.
¿Centros de datos?
Son instalaciones físicas que albergan una gran cantidad de servidores y equipos de telecomunicaciones que permiten almacenar, procesar y distribuir datos y aplicaciones digitales, esenciales para el funcionamiento de internet y de muchos servicios digitales, incluyendo sitios web, aplicaciones móviles, servicios en la nube, redes sociales, y plataformas de streaming.
Según ChatGPT, los centros de datos están distribuidos por todo el mundo y a menudo se sitúan en lugares estratégicos por diversas razones, incluyendo la proximidad a grandes poblaciones, la disponibilidad de energía y la infraestructura de telecomunicaciones.
Algunos de los principales lugares donde se ubican los centros de datos incluyen:
- Estados Unidos: Especialmente en Silicon Valley, el norte de Virginia, Dallas, Chicago y Nueva York.
- Europa: Londres, Frankfurt, Ámsterdam, París y Dublín son algunos de los principales hubs.
- Asia: Singapur, Hong Kong, Tokio, Mumbai y Seúl.
- América Latina: São Paulo, Santiago, Ciudad de México y Buenos Aires.
- Otros: Australia (Sídney y Melbourne), Canadá (Toronto y Vancouver), Sudáfrica (Johannesburgo y Ciudad del Cabo).
Maxime Efoui-Hess explica, “queremos acceso a nuestros datos en cualquier momento y lugar del mundo, lo que requiere que estos centros de datos estén interconectados y sean accesibles las 24 horas del día, todos los días del año”. Para el año 2020, los centros de datos representaron aproximadamente el 1% del consumo mundial de electricidad.
Fabricación de dispositivos electrónicos
Además del consumo energético de los centros de datos, los dispositivos utilizados para acceder a las redes sociales también contribuyen a las emisiones de carbono desde su fabricación. El proceso de construcción de smartphones, tablets y computadoras implica la extracción de minerales y la utilización de procesos industriales que generan emisiones de gases de efecto invernadero.
"La fase de producción de los dispositivos es muy golosa en energía (electricidad, petróleo, etc.). Por ejemplo, para un teléfono inteligente, el 90% de las emisiones de gas de efecto invernadero se produce durante la fase de producción", explica Maxime Efoui-Hess, director de proyecto sobre cuestiones digitales en The Shift Project y coautor del estudio. "Hay que extraer las materias primas, se hace con camiones en las minas. Después hay que transformar los materiales y estos procesos físicos son golosos en energía y materias primas", añade.
Según un estudio de la Universidad McMaster, Canadá, publicado en el año 2018, la producción y operación de dispositivos electrónicos representaron más del 50% de la huella de carbono total y consumió entre el 6% y el 10% de la energía eléctrica generada en el mundo. De seguir como hasta ahora, se calcula que en el 2030 este porcentaje podría escalar hasta el 21% de la energía total, generando una huella de carbono similar a la de todo el transporte mundial.
Lo que destaca que el crecimiento del sector TIC y su impacto en el ambiente es considerable, con emisiones derivadas de la producción y operación de dispositivos como smartphones y data centers.
Consumo de electricidad
Si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo y sería el tercero con mayor consumo de electricidad, por detrás de China y Estados Unidos, tal y como afirman los datos de la organización Greenpeace en su informe Clicking Clean.
Además de la fabricación de dispositivos, los centros de datos, las infraestructuras de red como las antenas 4G y la fibra óptica, el uso de la electricidad también consume una gran cantidad de energía.
Se estima que las grandes empresas tecnológicas como Google, Facebook, Apple y Amazon requieren un monto significativo de energía para operar sus centros de datos. Por ejemplo, de acuerdo a Soft Zone, Google consume cada año la energía equivalente a unos 200.000 hogares, y ChatGPT necesitó en torno a 79.000 kWh de electricidad para entrenar el modelo de lenguaje GPT-3. Lo que equivale al consumo de energía de un hogar medio a lo largo de casi 25 años.
Emisiones de gases de efecto invernadero
La OBS Business School proyecta que, en un mundo cada vez más hiperconectado con dispositivos electrónicos, las emisiones de gases de efecto invernadero podrían representar hasta el 14% de las emisiones globales para el año 2040.
Ver un video en línea durante una hora produce alrededor de 36 gramos de CO₂, equivalente a hervir una tetera tres veces, según un reciente estudio realizado por la Universidad McMaster.
Dado que plataformas como Instagram, Facebook, YouTube, Google, Twitter se basan en contenido multimedia, su uso intensivo contribuye significativamente a las emisiones globales de CO₂, lo que les ha llevado a convertirse en algunas de las páginas web más contaminantes del mundo.
De acuerdo con un informe del portal WebSiteToolTester, YouTube genera alrededor de 702.000 toneladas anuales de CO₂, mientras que Google emite más de 267.000 toneladas.
Por su parte, el responsable de contenidos de Web Site Tool Tester, Josep García, dijo que “para crear una página web que no contribuya al cambio climático, hay que asegurarse que el contenido cargue rápido. Cuanto más fácil sea para los clientes encontrar lo que están buscando, menos páginas tendrán que cargar y menos electricidad necesitará tu web”.
Es importante resaltar que algunas empresas tecnológicas han comenzado a invertir en energía renovable y en alternativas que disminuyan la huella de carbono en el mundo.
Actualmente, Instagram es la página de inicio más limpia y con una menor huella de carbono en el mundo, gracias a su simple inicio de sesión antes de pasar a la fuente de noticias activa, produciendo solo 0,01 gramos de carbono cada vez que un usuario inicia sesión en su cuenta. Una sencilla configuración que difiere enormemente de la de los competidores de sus competidores.
Por ejemplo, la página de inicio de sesión de Facebook libera 0,2 gramos de carbono por visita a la página, mientras que los usuarios de Twitter causan 0,84 gramos cada vez que aterrizan en la página de inicio para iniciar sesión y tuitear.
Mejor dicho, para mitigar el impacto ambiental en un mundo cada vez más digitalizado, es crucial promover prácticas sostenibles, invertir en energías renovables y optimizar las infraestructuras para mejorar la eficiencia energética.
De igual forma, nosotros como usuarios podemos contribuir utilizando dispositivos electrónicos durante mucho más tiempo antes de reemplazarlos y eligiendo servicios que prioricen la sostenibilidad. No olvidemos que, borrar los mails de la bandeja de entrada, limpiar la memoria caché de tu dispositivo móvil, cerrar chats ya concluidos, entre otras acciones, pueden ayudar a reducir significativamente las emisiones de carbono, creando así un futuro más sostenible y responsable con el ambiente.
Te invitamos a seguir reflexionando sobre el impacto de la tecnología con un nuevo episodio de Recodifica: