Mascotas que sanan el alma, la mente y el corazón
A los 22 años adopté a mi primer gato. No fue nuestra primera mascota en casa, pero si la que transformó nuestra relación con los animales. Este felino al que bautizamos Borges tenía una excéntrica personalidad que, con el paso del tiempo, se hacía cada vez más similar a la del escritor argentino: inteligente, curioso, rebelde, sigiloso y siempre buen lector del contexto, las personas y sus emociones.
Borges me acompañó por varios años en momentos álgidos, de euforia y crecimiento, pero también, en los más complicados, por ejemplo, cuando me quebraron el corazón él estuvo ahí. Con su compañía alivió la tristeza que dejó una relación fallida. Puedo afirmar que el soporte emocional brindado fue mucho más valioso que el de las personas que rodearon esa tusa.
¿Han sentido algo similar? O Quizás… ¿Al llegar a casa tras un día caótico los ojos brillantes y expresivos de sus mascotas les cambian la actitud? ¿Sienten como el estrés se reduce y la vida resulta menos compleja de lo que parece? Si asienten es porque sus mascotas los ayudan emocionalmente a ustedes.
Con el paso de los años y gracias a la posibilidad de hablar más seguido sobre salud mental en cualquier escenario, el término “animal de apoyo emocional” es más conocido, aunque para algunas personas sigue siendo un completo misterio.
Conversamos con expertos en psicología clínica y medicina veterinaria para comprender la relación a nivel psicológico que se teje entre los seres humanos y los animales, el imprescindible apoyo que estos últimos pueden brindar a ciertas personas y la normatividad que cobija esta clasificación en el país.
Foto de Borges, el gato
Mascotas, más que una compañía
Cada vez son más los hogares colombianos, de diferentes conformaciones, que deciden adoptar una mascota. En 2020, el 43% de los hogares reportaban la tenencia de animales domésticos, esto según una encuesta realizada por FENALCO.
Para el mismo año la consultora Brandstrat señaló que por cada diez hogares, en seis hay un animal de compañía. Aunque aún no hay datos específicos, la pandemia, el confinamiento y la nueva normalidad aceleró la adopción de diferentes especies domésticas.
Existen animales que comparten un hogar humano a raíz de un vínculo afectivo, cada relación con diferente intensidad y las razones pueden depender de las necesidades de sus amos o tutores. En algunas ocasiones, estas mascotas realizan un acompañamiento por soledad, ante necesidades o dificultades emocionales, con fines recreativos, terapéuticos o de asistencia especifica.
Para entenderlo mejor, el Colegio Colombiano de Psicólogos ha categorizado el servicio, particularmente de caninos, según las necesidades del tutor:
- Perro guía: acompaña a invidentes o con limitaciones sensoriales y disfunciones motrices.
- Perro de Servicio: trabaja con discapacidad física impulsando al paciente
- Perro de alerta médica: detecta y alerta sobre bajas de azúcar, epilepsia, cambios fisiológicos a nivel viral y epidemiológico.
- Perro señal: Indica sonidos para sordos
- Perro de asistencia para autismo, retraso mental, dislexia, habilidades sociales,
- fobias.
- Perro apoyo emocional, caninos con fuerte vínculo con pacientes de estructuras
- frágiles emocionalmente relacionadas con duelos emocionales, encierro epidémico, niños en separación de padres y otros eventos. Estos animales son de apoyo emocional no vital (perros mascota).
- Perro de terapia: presta un servicio terapéutico en un espacio controlado y con el manejo de un experto. El animal y el manejador deben estar entrenados y certificados específicamente en el tipo de terapia que ofrecen.
Foto de Kampus Production tomada de Pexels
Los perros, por encima de otras especies, han ganado mayor reconocimiento cuando hablamos de asistencia a las personas, así lo confirmar el psicólogo clínico Gerardo Uribe Ramírez: “Los animales proporcionan en los niños, adultos y adultos mayores, una compañía de agrado y juego. Sobre todo, perros en un 80%. ¿Por qué los perros? Porque desarrollaron, a lo largo de la evolución, una capacidad para sentir, percibir y medir el estado emocional de un humano”.
La ciencia lo ha confirmado la existencia de una forma de empatía primitiva que permite a los perros percibir mejor las emociones de sus amos, por medio del contagio emocional, a través de señales sociales o factores sensoriales como la expresión facial o el olor corporal. Para conocer más sobre el universo de los caninos pueden leer el artículo “sí, los perros captan las emociones de sus dueños”, publicado por National Geographic.
En defensa de otras especies como los gatos, las aves pequeñas, los peces, o mascotas menos convencionales como los conejos, hámster o incluso el cuy, estos también pueden generar una sensación de alivio en sus propietarios.
¿Cómo funciona el apoyo emocional?
Partamos del siguiente ejemplo que el psicólogo Uribe nos plantea: cuando hay una sensación de agobio, excitación, ira o cualquier emoción desbordada con un estado de agitación psicomotora, el silencio siempre es un gran aliado. Si a esto le sumamos una caricia, de inmediato el cuerpo va a reaccionar reduciendo esa sensación.
Tal cual pasa con nuestras mascotas, explica el profesional: “El ser humano se condiciona al animal, a tocarlo, a acariciarlo, a escucharlo y a verlo, eso crea una sensación de compañía, de bienestar y de tranquilidad emocional”.
Esto fue producto de una serie de investigaciones alrededor de cómo las personas con depresión y ansiedad, en vez de romper objetos, acariciaban un perro, lo cual producía en su cerebro una sensación de alivio y disminución de los síntomas psicofisiológicos propios de estos trastornos. De ahí que la presencia de estos es un soporte emocional netamente psicológico.
Pero a su vez, hay una explicación de la química cerebral humana que valida los beneficios de las mascotas, “se produce una la liberación de hormonas como la dopamina, las endorfinas y la noradrenalina, que compiten contra la adrenalina y la liberación de azúcar del páncreas, que se traduce en taquicardia, angustia, sensación de opresión en el pecho, sudoración, entre otros”, complementa el psicólogo clínico.
En este punto, es necesario aclarar que, si bien todas las mascotas cumplen con esta función en la mayoría de los seres humanos, hay personas con patrones de conducta para quienes un animal de apoyo emocional resulta fundamental.
En ese sentido, entran personalidades ansiosas de tipo fóbico o de pánico, con tendencia a la depresión y desesperanza, con pérdida del control o inmadurez emocional. También pacientes con trastornos afectivos, de personalidad y de ansiedad. Y personas emotivas y sensibles, con un nivel de resistencia a la frustración muy bajo o por impacto de duelo.
Foto de Cottonbro tomada de Pexels
Seguro se estarán preguntando sí esto requiere de algún certificado o acreditación, pues bien, acá esta la respuesta por parte del Colegio Colombiano de Psicología:
- Lo hace un psicólogo con formación en terapia asistida con animales, con posgrado en Psicología Clínica, Forense, Etología, Psicología animal, Intervenciones Asistidas por Perros en Salud y/o experiencia en el ámbito clínico y animal.
- Una consulta psicológica es el principio, en ella el profesional analizará las conficiones de salud psíquica del paciente y su contexto, para así determinar si resulta o no vital la presencia de un animal de soporte. Sobre esto último, el psicólogo Uribe, afirma que no es necesario un extenso proceso de psicoterapia para llegar al diagnóstico.
Romantizar el apoyo emocional tampoco es sano
“Es lo que estamos viendo en consulta hoy: a la gente se le muere su mascota y las personas entran en unas crisis muy graves, genera depresión, lloran como si fuera un familiar muy cercano, porque su bastón emocional era su mascota. Hay una codependencia que es muy delicada”, afirma el psicólogo Gerardo Uribe sobre las implicaciones negativas de romantizar este apoyo.
Al crearse una comunicación entre la persona y el animal se genera una relación, el animal entiende al humano como una fuente de alimento, y por su parte, el humano percibe en el animal un refugio afectivo.
Más allá de la valiosa labor que cumplen las mascotas, hay que hablar también de la codependencia que puede surgir y provocar efectos contrarios en la persona y el animal, justo ahí radica el imprescindible papel de la psicoterapia.
“Son sensaciones que se dan en ambos seres, pero más en el ser humano porque nosotros le adjudicamos al animal una serie de características que no tiene, como que habla, que hace cosas por nosotros, que nunca abandona y es obvio, porque lo que el animal busca es comida. Hemos visto casos de perros que van a visitar a su amo al hospital, o llegan a la funeraria”, complementa el profesional.
Desde la visión de los psicólogos es clave construir relaciones sanas con las mascotas, sin humanizarlos, comprendiendo que es un animal que necesita comida, juego y atención médica, y que sin la presencia del animal también hay una vida que debe disfrutarse.
¿Todos los animales brindan un apoyo emocional?
Ojo a esto. Son los animales domésticos los que deben ser considerados como un soporte psicológico. Entonces, no, no todos pueden brindar ese apoyo. Además de ser ilegal, un animal silvestre no puede ni debe convivir en entornos ajenos a su hábitat natural.
En Radiónica hemos hablado de los animales silvestres vistos como mascotas y enunciado la tragedia ambiental que esto implica, el riesgo para la salud y lo nocivo de su trafico ilegal, así que reiteramos que en el marco de lo domestico es donde debe quedarse en esta categorización.
Hay animales mas convencionales que otros, si nos centramos en los caninos, el médico veterinario y redactor en la sección 'Mascotas' del periódico El Tiempo, Gabriel García, afirma que: “la capacidad de darnos afecto, armonía y felicidad la tienen todos los animales, los perros, los gatos, las aves, los peces, pero hay que identificar que, de acuerdo a la raza, existen ciertas personalidades que son mucho mas amables con el ser humano”.
Foto de Kampus Production tomada de Pexels
Desmitificar el estigma que se ha creado sobre algunas razas es fundamental. Por ejemplo, no existen las razas agresivas, “pero si se han identificado ciertas razas más perceptivas, que tienen una mejor relación con los seres humano y con los niños. Que tienen mayor paciencia, o que pueden ayudar sin verse afectada su salud”, complementa el médico veterinario.
Existen razas con mayor predisposición por su empatía o intuición, que inspiran confianza o seriedad, como el pastor alemán, poodle, Yorkshire Terrier, golden retriever, labrador retriever, pomerano o corgi. Sin embargo, la raza es lo de menos cuando hay compatibilidad, respeto y buen trato.
La normatividad de los animales de apoyo emocional en Colombia
Este no es un tema nuevo, pero en Colombia la legislación al respecto es poca. García nos cuenta: “todo esto empezó a hablarse por el tema del transporte, nos basamos en lo que viene del exterior, los decretos sobre el transporte y el Código Nacional de Policía que regula razas permitidas o documentos solicitados”.
El marco legislativo que regula la tenencia de animales empieza con la resolución 1160 DE 2002 del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), por la cual se establecen excepciones y se adoptan medidas sanitarias para la movilidad aérea y terrestre, el cual impide el ingreso al país de felinos con determinada afección de salud y exigiendo los certificados de vacunación ante ciertas enfermedades tanto de gatos como de perros.
A su vez, el Decreto Único Reglamentario del Sector Transporte 1079 de 2015, describe cuáles deben ser las condiciones para la movilidad, brindando pautas para su manejo, definiendo al animal que acompaña al humano como de “ayuda especial” y describiendo también aspectos de la salud mental humana.
Es en 2015 cuando se habla, desde la legislación, de los animales de asistencia, ya que se reconoce su función de soporte en la salud de su tutor, aclarando la documentación que debe presentarse y los elementos diferenciadores que debe portar la mascota. A partir de ahí se hacen necesarios unos justificantes, criterios y requisitos que acrediten sus necesidades de acompañamiento permanente, esto por medio de un certificado emitido por un profesional.
Foto de Arina Krasnikova tomada de Pexels
A nivel nacional no existe una normativa única para viajar con animales de soporte emocional, cada empresa maneja su propia regulación. En el campo de las aerolíneas, por ejemplo, hay algunas que permiten, únicamente, a perros, gatos y aves pequeñas. Otras que solo permiten perros. Algunas cobran un valor adicional dependiendo de la ruta y otras cuentan con sus propios formatos para el certificado. La recomendación antes de viajar es siempre revisar con tiempo las exigencias de cada empresa, el guacal correcto y la certificación del psicólogo.
Sobre los viajes internacionales, “hay que considerar las normativas que incluyen certificados de vacunaciones contra enfermedades como la rabia, otro certificado que vaya en el idioma del país al que vayas a viajar, que el médico veterinario certifique que el animal este en buenas condiciones de salud y este a su vez, debe estar registrado en la página del ICA”, finaliza García. Cada exigencia dependerá del país de destino.
Para entender mejor todo este contexto aplicado a la vida de una persona en su cotidianidad los invitamos a Pensar en Voz Alta con la historia de Kevin y Háchi: