Las afectaciones a la salud mental por el conflicto entre Rusia y Ucrania
Cada pronunciamiento, imagen o historia que se conoce del conflicto que se desarrolla desde el pasado 24 de febrero entre Rusia y Ucrania genera diferentes sentimientos, sensaciones y padecimientos entre quienes lo ven en noticias o redes sociales. La frustración, el miedo, la ganas de llorar o quizá la tristeza que queda el resto del día por lo visto es algo que difícilmente se puede superar en un par de minutos.
Por esto, una vez más es necesario lanzar una alerta sobre lo que esto está generando en la salud mental de los habitantes no solo de un país o continente en específico, sino en el mundo entero.
El desgaste después del covid – 19
Por primera vez nos enfrentamos a un aislamiento que nos obligó a quedarnos en casa por meses, a vivir, convivir y trabajar desde nuestros hogares, sin tener la oportunidad de salir por miedo a contagiarnos de una enfermedad. Durante este tiempo muchas personas perdieron familiares, amigos y conocidos, lo que fue generando altos niveles de depresión, ansiedad y otros síntomas, los cuales nos permitieron hablar, tal vez más que nunca, sobre salud mental.
Hoy en día ya casi no se habla de la pandemia; sin embargo, son muchas las personas que aún se encuentran luchando contra las secuelas psicológicas que les dejó toda esta crisis de salud pública.
Para José María Ruiz Sánchez de León, Doctor en Psicología y Máster en Neuropsicología Cognitiva y actualmente profesor del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia de la Universidad Complutense de Madrid, lo ocurrido con la pandemia es un hecho que no se puede manejar de forma aislada a lo que está ocurriendo hoy en día con la salud mental de las personas. Dice además que la situación de estrés bajo la cual hemos estado sometidas puede llevar a que muchos estallemos con lo que ocurre entre Ucrania y Rusia y nuestros niveles de sensibilidad frente a lo que vemos o escuchamos sean más altos.
¿Puede haber una mayor afectación dependiendo de la edad?
Aunque todas las personas pueden ver a través de redes sociales o noticias lo que ocurre en Ucrania, algunos se están viendo más afectados que otros y esto no solo responde a lo que se describió anteriormente, sino que puede estar relacionado con un tema generacional.
Aunque no hay datos reales de que esto pueda ser así, el psicólogo anteriormente citado sí cree que esto está influyendo mucho más en las personas entre los 30 a 40 años que tienen hijos. “Esta generación es la que actualmente está sufriendo el temor a esa hipotética tercera guerra mundial principalmente por lo que pueda ocurrir con sus hijos y por el futuro que les espera”, afirma.
Por otro lado, las personas de la tercera edad podrían considerarse como las más sensibles, pero en estos casos lo que se ha podido observar es que tienen una mayor capacidad de resiliencia, lo que ayuda a que puedan afrontar estas situaciones con más calma. Pero Sánchez de León advierte que hay que tener cuidado con aquellas personas mayores que enfrentaron situaciones difíciles durante la pandemia porque el efecto puede ser totalmente contrario y esto podría afectarles aún más.
En el caso de los niños la situación puede no ser tan complicada, pues su comprensión sobre la situación será la que sus papás tengan la capacidad de explicarles. Acá el punto es cómo los papás enfrentan esas preguntas.
Para entablar esta conversación con los menores, el psicólogo aconseja que se haga de una manera sincera y con un lenguaje adecuado a su nivel de desarrollo cognitivo. Por otro lado, resalta la importancia de que se haga desde una posición neutra, de tal manera que no haya ni buenos, ni malos. “Esto con el fin de no generar en esta población algo que es muy peligroso a mediano o largo plazo y es una especie de ‘rusofobia’. Toda una generación podría crecer pensando que los ciudadanos de este país son buenos o malos, según el lado de la historia que les contaron”.
¿Cómo cuidar nuestra salud mental?
Esa es la gran pregunta: ¿cómo hacer para que lo que vemos a diario no nos afecte más de la cuenta?. Al respecto, el psicólogo José María Ruiz Sánchez de León aconseja lo siguiente:
- No se anticipe a lo que no ha sucedido
La ansiedad es una de las condiciones de salud mental más frecuentes en estos momentos y es generada por esa facilidad que tenemos de anticiparnos a hechos que aún no han ocurrido. Nuestra mente empieza a crear pensamientos y situaciones que en su mayoría son negativos y ahí nos podemos quedar durante horas imaginando los peores escenarios. “Hay que evitar esas rumiaciones de situaciones hipotéticas que todavía no han pasado y que por tanto no hay razón para preocuparse por ellas”, afirma Sánchez de León.
- Evite creer que puede controlarlo todo
La verdad es que es muy poco lo que podemos controlar en nuestras vidas, normalmente dependemos de que algo más pase. En este caso es poco o nada lo que se puede controlar. De usted no dependen las decisiones que se sigan tomando respecto a este conflicto: lo que sí se puede hacer es averiguar cómo ayudar a través de fundaciones u organizaciones no gubernamentale que facilitan estos servicios de ayuda.
Aunque todo esto puede sonar sencillo, a la hora de afrontar la situación es diferente, la pandemia nos hizo ser más empáticos respecto a lo que le sucede al otro y por ende, nos hizo más vulnerables a cualquier situación compleja.
Sin embargo, es importante que se ponga un alto. “Está claro que debemos seguir sintiendo emociones, pero no podemos dejar que estas se descontrolen a tal punto de que afecten nuestra salud mental haciendo que la preocupación se desborde y refleje en dolores de estómago o de cabeza. (…) preocuparnos 1 o 2 meses antes, incluso años antes, lo único que va a generar es problemas en la salud mental y por ende en la capacidad de reacción”, afirma Sánchez de León.
Finalmente también se recomienda tener cuidado con la sobreexposición a las noticias, si la persona se siente muy afectada, lo mejor será que evite el tema en los medios de comunicación y las redes sociales.