La presencia de lo “Negro” en el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto
Nariño carga consigo una rica herencia de tradiciones indígenas, hispánicas y africanas que configuran la identidad regional y estas influencias se reflejan en la celebración más destacada de su ciudad capital: El Carnaval de Negros y Blancos.
Si retrocedemos en la historia, observamos que varios elementos de este carnaval surgieron como actos de resistencia de culturas que procuraban preservar sus tradiciones y reclamar su libertad.
Durante la colonia, las comunidades indígenas que habitaban el territorio fueron despojadas de sus propias celebraciones, reemplazando sus ritos agrarios por fiestas religiosas. No obstante, estos ritos nunca desaparecieron por completo.
En la actualidad, la presencia indígena impregna la celebración, manifestándose en cada símbolo y discurso. El "Canto a la Tierra", desfile principal del 3 de enero, es la expresión más destacada, donde los danzantes visten atuendos alusivos a esta herencia, que se refleja también en la música, los instrumentos y las danzas de los colectivos coreográficos.
La historiadora Lidia Inés Muñoz Cordero señala que “el foco cultural del juego de ‘negritos’ del Carnaval se localiza en Popayán, en las haciendas esclavistas de la época, como resultado de las reivindicaciones sociales de los esclavos que protestaban por sus condiciones.”
El día de negros que hace alusión a los procesos de libertad de vientres y manumisión de esclavos ocurrido en el siglo XIX, se expresa en el “juego de negros”, este consiste en tiznar con cosmético de este color el rostro de las personas.
Sin embargo, como lo señala la historiadora, durante su origen este juego no aparece en personas negras sino en personas blancas que juegan a pintarse de negros, aun así, el juego fue una expresión de la libertad de las personas esclavizadas.
A la luz del presente, este juego es el principal atractivo del 5 de enero, el cual carece de desfiles que resalte y reivindiquen la historia de las comunidades afro o que incluya los elementos culturales de la población afro de Nariño, quienes ocupan el 54% del territorio del departamento.
Por su parte, el origen de las carrozas, según la Academia Nariñense de Historia, se remonta a las mascaradas, juegos de gallos, corridas de toros y representaciones teatrales ambulantes de carros tirados por bueyes, una herencia hispánica que se manifiesta cada 6 de enero en el desfile magno, también conocido como el día de blancos, el cual cuenta con su propio juego.
Es importante mencionar que el juego de blancos no surge en el periodo de la colonia, sino en el siglo XX, en medio de un contexto histórico convulsionado por la guerra de los mil días y la consolidación de Nariño como departamento. Estos eventos fueron determinantes para otorgar al Carnaval una funcionalidad: ser un elemento de cohesión social e identidad regional. Desde entonces, varios elementos del carnaval adquirieron un sentido funcional, incluyendo, sobre todo, el juego de negros como un elemento principal para la patrimonialización de la fiesta ante la UNESCO.
Con este contexto histórico claro, desde Chévere Pensar en Voz Alta nos preguntamos: ¿Cuál es la verdadera presencia de lo "Negro" en el Carnaval? Para explorar más a fondo este tema, invitamos al historiador y antropólogo Diego Coral Salas, con la intención de comprender si el Carnaval es verdaderamente de negros, como sugiere su nombre y si existe una auténtica presencia de lo afro en esta festividad. Te presentamos la entrevista.