Día de la Cero Discriminación: ¿cómo puedes contribuir a esta iniciativa?
Cada 1 de marzo se conmemora en el mundo el Día de la Cero Discriminación, una fecha que surge como una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de promover la igualdad, la inclusión y el respeto hacia todas las personas, sin importar su origen étnico, género, orientación sexual, religión, discapacidad o cualquier otra característica que pueda llevar a la discriminación.
Es así, que la fecha busca concienciar a la sociedad sobre los impactos negativos de este fenómeno y promover acciones para combatirlo. De acuerdo con la ONU, “afrontar las desigualdades y acabar con la discriminación es fundamental para lograr ciudades sostenibles”.
En este intento “los gobiernos, en todos sus órdenes, deben promover un crecimiento social y económico inclusivo y deben eliminar las leyes, políticas y prácticas discriminatorias para garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades, poniendo especial atención a los grupos más vulnerables”, asegura la entidad.
Sin embargo, acabar con las desigualdades y la discriminación no es una tarea exclusiva de los gobiernos. Todas y todos tenemos un papel importante que cumplir. La pregunta entonces es, ¿cómo podemos cada uno, desde nuestro diario vivir, aportar en este lucha?
Desde Radiónica hablamos al respecto con Nancy Becerra, psicoterapeuta con perspectiva de género y asesora de varias organizaciones como la Fundación Sergio Urrego, entidad no gubernamental que trabaja en pro de prevenir la discriminación y el suicidio en Colombia.
Para la experta, el primer paso para enfrentar la discriminación es tener claridad sobre cómo se manifiesta este fenómeno: “ese acto viene de una experiencia emocional que la produce un prejuicio, el cual se da cuando sin conocer a las personas ya tengo unas ideas preconcebidas frente a estas poblaciones o individuos”.
“A nosotros no se nos dan las ideas del racismo, del clasicismo, de la misoginia o del machismo de la nada, eso no es que cae de la nada, sino que se da desde algo estructural”, agrega.
Ahí viene el segundo paso, que es romper con los prejuicios a través del encuentro con el otro o la otra, para reconocerles a través de la diferencia y la diversidad.
Esto se puede dar mediado por personas externas que realizan talleres y actividades de socialización y comunicación, las cuales tienen que ser transversales a todos los ámbitos y esferas sociales, como el colegio, el trabajo, las universidades, las organizaciones institucionales del Estado y la familia.
Sobre esta última, la experta recomienda la coherencia en el discurso: “Un ejemplo, si mandamos a nuestro hijo al colegio y entonces vuelve y nos dice que le hicieron un taller de no violencia para prevenir el bullying, pero después nos ve en la cena haciendo chistes sobre las personas racializadas, las personas de tallas grandes, las mujeres o sobre la comunidad diversa, pues ahí es muy, muy complejo lograr un cambio”.
Prevención y cambio cultural
Otra de las aristas que es importante en este tema, según Nancy Becerra, es diferenciar que una cosa es la prevención de las violencias discriminatorias y otra es el cambio cultural, pues a veces se confunde.
Prevenir las violencias es cómo generamos algunas dinámicas al interior de las organizaciones, donde aún no ha habido el cambio social, pero donde podemos generar rutas, protocolos y programas que abstengan a la gente de violentar; es decir, la regulación de estos comportamientos en las instituciones con las leyes y las normas sociales.
La otra es el cambio cultural, “Lo importante es que podamos empezar a tener las conversaciones sobre este sistema que constantemente nos dice quién vale más y quién vale menos, y que se va internalizando a través de los sesgos cognitivos”, añade Becerra.
La experta agrega: “Muchas veces decimos, ¡ay, es solo un chiste! Pero en medio de ese chiste, que parece inofensivo, lo que se hace es primero estructurar y segundo reproducir los prejuicios que nos llevan después a los actos violentos y discriminatorios”.
Becerra agrega que es muy importante que se siga generando esta conversación para evitar que se normalicen estas acciones y resalta el trabajo de los movimientos sociales, al sacudir a la sociedad e instituciones sobre lo que está pasando con este tipo de violencias.
Igualmente, resalta el trabajo de los medios de comunicación en la capacidad de difundir estos mensajes transformadores, “hay personas que por sus horas de trabajo no tienen tiempo de ir a una charla o un conversatorio, pero pueden escuchar Radiónica o leer un momentico lo que está ahí en las redes sociales y tener esta conversación para que, por lo menos, les quede una reflexión”.
Finalmente, la psicoterapeuta enfatiza sobre lo que ha significado el litigio estratégico en los estados para lograr que sean reconocidos los derechos, pero ante todo para que se construya una institucionalidad y que se den unos presupuestos para trabajar en la prevención.
“La discriminación no solamente es el acto de violentar, con un puño, un grito, una agresión física o psicológica, sino también respecto al acceso a la educación, a los alimentos, a la propiedad y a la tierra”, concluye.
¿Qué dice la ONU?
Por su lado, la ONU da los siguientes parámetros: defender la voz de tu comunidad; contribuir con tu conocimiento y posición para influir en acciones de cero discriminación y construir relaciones de confianza con organizaciones, gobiernos y academia y encuentren formas innovadoras para lograr impactos transformadores en su comunidad.
En conclusión, la importancia de esta conmemoración radica en su papel como catalizador para el cambio social y la construcción de sociedades más justas y equitativas. A través de actividades educativas, campañas de sensibilización y eventos culturales, el Día de la Cero Discriminación busca fomentar el diálogo intercultural, promover el respeto mutuo y crear un ambiente de aceptación y tolerancia.
Además, sirve como recordatorio de la necesidad de eliminar las barreras que impiden que todas las personas gocen de sus derechos humanos fundamentales y vivan libres de discriminación.
“No podemos lograr un desarrollo sostenible si se excluye a las personas de la posibilidad de una vida mejor. En el mundo actual, todos estamos interconectados. La desigualdad global nos afecta a todos, sin importar quiénes somos o de dónde venimos”, afirma la organización.