El lado oscuro de Zoom que preocupa a los usuarios
Nos vemos en zoom, hablemos por Zoom, la clase es por Zoom, reunámonos por Zoom, fiesta en Zoom… desde hace algunos días, o para ser más exactos desde que la crisis del COVID-19 quebró sin reparo todas las estructuras sociales que conocíamos, esa palabra “Zoom” se ha convertido en parte del léxico cotidiano y una herramienta infalible para solventar el problema del distanciamiento y para llenar esos vacíos ya sean laborales, educativos, amorosos o amistosos.
Según el New York Times, desde marzo los usuarios activos de la aplicación, que bien sirve para computadores de escritorio o teléfonos móviles, aumentaron a más de 200 millones. Y es que solo basta con enviar un link para reunir a máximo cien personas en una misma sala de chat con la posibilidad de verse, escucharse, escribirse y ponerse fondos divestidos para simular que están en la playa o cualquier otro lugar del mundo.
Zoom no es una aplicación nueva, nació en el 2013 y se convirtió en una alternativa para hacer videoconferencias, pero con la crisis del Covid-19 sus acciones se han duplicado; sin embargo, con este crecimiento abrupto han empezado a aparecer serios problemas de seguridad que amenazan seriamente a los millones de usuarios de la aplicación más famosa del momento.
Un análisis realizado por The New York Times reveló que cuando las personas iniciaban sesión en una reunión, el software de Zoom enviaba automáticamente sus nombres y direcciones de correo electrónico a un sistema de la compañía que solía vincularlos con sus perfiles de LinkedIn. Un grave problema de minería de datos que prendió las alarmas sobre los endebles métodos de seguridad del software, teniendo en cuenta que a la plataforma están accediendo también menores de edad para tener reuniones con fines escolares.
Frente a esteproblema, Eric S. Yuan, director ejecutivo de Zoom, escribió que la compañía había eliminado la función de minería de datos "después de identificar la divulgación innecesaria de datos". También dijo que Zoom congelaría todas las funciones nuevas durante los próximos 90 días para concentrarse en los problemas de seguridad y privacidad de los datos.
"Reconocemos que no hemos cumplido con las expectativas de privacidad y seguridad de la comunidad, y las nuestras", escribió. "Por eso, lo siento profundamente, y quiero compartir lo que estamos haciendo al respecto". Dijo Yuan en una publicación reciente.
Pero el problema está lejos de tener un final feliz. Al caso de la minería de datos, se le ha sumado el “zoom bombing”, esto significa que las reuniones de zoom son “secuestradas” por un troll o hacker que transmite imágenes pornográficas o, en muchos casos ya reportados, imágenes nazis.
La gravedad es tal que Letitia James, la fiscal general de Nueva York, escribió a la empresa para expresar la preocupación por el tema de privacidad e indagar si tenían medidas de seguridad; otros países como Taiwán, prohibieron que las agencias gubernamentales usen la aplicación por motivos de seguridad y hasta el mismo FBI ha emitido advertencias sobre la aplicación.
Como respuesta al problema muchos están dejando de usar la aplicación y es apenas normal, estas aplicaciones se están convirtiendo en una parte importante de nuestra cotidianidad, por eso tal vulnerabilidad representa un riesgo y una preocupación real. Es necesario entonces mirar nuevas opciones de comunicación, aplicaciones más seguras, o acatar normas de seguridad en la misma aplicación como no hacer reuniones públicas (Zoom permite hacer reuniones privadas con contraseña o usar la opción de sala de espera para controlar quien entra), no compartir el enlace de su conferencia públicamente, asegurarse de que todos los integrantes tengan la última versión del software o Bloquear la reunión una vez que haya empezado para evitar que alguien se una a ella.