¿QUÉ PASÓ CON LAS MAQUINITAS EN BOGOTÁ?
Hace años que la cultura del arcade se encuentra en decadencia, no sólo por sus establecimientos sino también por los propios juegos, evidenciando algunos sitios en centros comerciales y otros pocos en vecindarios que aún conservan máquinas de vieja data.
Los videojuegos ‘retro’ están de vuelta; coleccionistas interesados buscan estos aparatos por su valor histórico y sentimental, mientras que prolifera un porcentaje de jugadores casuales, que deambulan entre dispositivos móviles y establecimientos para la familia.
ORIGEN CAPITALINO
1979 fue un año importante por la llegada del Atari 2600, consola importada por almacenes J. Glottman S.A. a un precio considerablemente alto. Ser ‘gamer’ en aquel entonces resultaba difícil, aunque hubo personas que vieron una oportunidad al invertir en estos aparatos, ya que armaron máquinas caseras para las tiendas de barrio a precio de 10 pesos por jugada.
Este concepto improvisado funcionó como antecedente de nuestras primeras salas recreativas, donde se presentaron máquinas de mesa como ‘Pac-Man’, ‘Galaga’ y ‘Galaxian’, popularmente llamadas “Mosquitos” o “Marcianitos”. Fueron entornos divertidos en un ambiente de camaradería, ‘galladas’ de chicos sanos que se encontraban para pasarla bien.
Existieron aproximadamente tres negocios por barrio, casi todos ubicados al sur; ‘El Gimnasio Mental’ y ‘El Palacio de los Ovnis’ gozaron de alta popularidad por aquel entonces.
EVOLUCIÓN EN DOS DÉCADAS
Los años 80 vieron la llegada de las populares máquinas paradas, presentando títulos como ‘Donkey Kong’, ‘Popeye’ y ‘Super Mario Bros’. La siguiente década brindó sofisticados juegos de pelea; aquellos que jugaron en las panaderías pasaron a ser miembros de una comunidad altamente competitiva.
‘Street Fighter II’ fue responsable de desplazar varios clásicos, otros como ‘Mortal Kombat’ también llegaron a ser importantes; sin embargo, no ha existido un juego de éstos tan exitoso como ‘The King Of Fighters’, especialmente en sus versiones ‘98 y 2002.
CAMBIOS Y DECLIVE
Diversos arcades del sur se consideraron peligrosos, fueron comunes los robos mientras se jugaba; años oscuros de mala reputación por venta ilegal y consumo de drogas, ocasionaron reglas de ingreso sólo para mayores de 14 y 18 años. Padres de familia y colegios encendieron alarmas afirmando que estos sitios fomentaban la vagancia; era común ver escenas donde los profesores entraban a sacar estudiantes que ‘capaban’ clase. Según José Murcia, copropietario de Vagolandia, era necesario decirle a los muchachos que se quitaran el saco del uniforme antes de entrar a jugar.
El declive comenzó a mediados de los 2000 cuando las consolas bajaron de precio, dando paso a los famosos ‘chuzos’ de alquiler por horas; la calidad gráfica de las máquinas comenzó a ser igualada por la de las consolas.
SUPERVIVENCIA
Los centros comerciales también albergaron estos negocios; con el paso de los años se transformaron en centros de entretenimiento familiar al incorporar juegos mecánicos y electromecánicos para todas las edades. Según Nataly Contreras, gerente del parque Arkadia en Bucaramanga, durante un fin de semana se pueden recibir hasta 6 mil visitas entre niños, jóvenes y adultos.
Negocios de comidas rápidas y máquinas se han encontrado en otras propuestas interesantes. Javier Pinto propietario de Sonic Pizza lleva coleccionando videojuegos desde joven, su proyecto le ha permitido reconfigurar la importancia del arcade entre fanáticos de todas las edades y sus familias.
El centro de la capital posee algunos talleres que construyen, programan y reparan máquinas; unas son compradas para negocios, mientras que aficionados mandan a hacer otras para sus hogares. De acuerdo con Alexander Ballen, propietario de uno de estos sitios, una máquina con un juego original puede costar desde 380 mil hasta 2 millones de pesos, una multijuegos va desde los 600 mil hasta los 3 millones.
Actualmente aún existen algunos locales de barrio por el centro, Tunjuelito, Bosa, y Soacha; Vagolandia en el Restrepo sigue activo desde hace más de 30 años.
MOMENTO PARA UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Los japoneses lograron incorporar esta cultura a su idiosincrasia, nosotros estamos en un buen momento para reavivar prácticas debido al interés por el ‘Retro Gaming’. David Arcila, profesor en desarrollo de videojuegos, afirma que la realidad virtual traerá importantes novedades para el mundo del nuevo arcade. Muchos padres de familia contemporáneos poseen menos prejuicios, facilitando el acercamiento de los más chicos a estas formas de entretenimiento.