Leyendas y clásicos del octavo arte: Banjo-Kazooie
A través del desarrollo de las consolas domesticas de videojuegos, siempre hemos encontrado una relación entre opuestos y compatibles, entre villanos y amigos. Recordemos duplas famosas como Mario y Luigi, quienes aunque vivían juntos una aventura, la acción que llevaban a cabo en pantalla era de manera independiente para cada uno. Eso fue un concepto que empezó a cambiar cuando un 29 de Junio de 1998 se lanzó un título conocido como Banjo-Kazooie, donde la acción dependía de dos personajes al mismo tiempo, un oso grizzli y una gaviota color rojo, quienes de manera cooperativa tenían las herramientas para poder enfrentar un entorno lleno de peligros.
Este fue uno de los proyectos que lideraron creativos de Rare, quienes estuvieron detrás de juegos altamente exitosos como Donkey Kong Country 2: Diddy Kong Quest, allí potenciaron su fórmula creativa para una consola de quinta generación como lo fue el Nintendo 64.
Pese a que la batalla contra Sony fue muy difícil, inclusive hasta desventajosa para estos veteranos, títulos como éste tenían una magia única desde su concepción que los hacía completamente diferentes frente a los juegos de su competencia, tanto así que estos lanzamientos exclusivos mantuvieron vivo a Nintendo durante esos años, siendo Rare una de las columnas vertebrales en su oferta de novedades en el mercado.
Aunque en muchas ocasiones las apariencias hacían parecer a estos juegos bastante familiares y con un enfoque infantil, vale la pena anotar que Rare pese a que trabajó bajo el amparo de Nintendo, siempre gozó de unas libertades creativas y conceptuales no tan comunes.
Si un jugador las detallaba bien, se daría cuenta que su galería de títulos con animales antropomórficos difería bastante en términos argumentales con otros juegos y personajes como Mario. Acá los protagonistas recurren al absurdo, al ridículo, a burlarse de sí mismos sin miedo, pero también a ridiculizar a los demás sin ningún tipo de tapujos e incluso hasta los mismos desarrolladores del juego, es así que lanzamientos posteriores como Conquer’s Bad Fur Day llegaron a tener calificación M para mayores de 18 años, porque incorporaban fuera de referencias a la cultura popular, diversas temáticas de humor adulto y violencia animada.
Por su parte, Banjo-Kazooie cuenta una historia muy sencilla que incluso llegaría a evocar un cuento de hadas tradicional, en este caso con personajes caricaturescos al estilo clásico de genios de la animación como Tex Avery.
Parodiando el clásico infantil Blanca Nieves creado por los hermanos Grimm, este juego diseñado curiosamente por los hermanos Mayles, cuenta la historia de una bruja llamada Gruntilda, quien erróneamente se cree la más hermosa del bosque.
Un día mientras conversaba con su caldero descubre que su fealdad es bastante notoria, pero que además existe una niña oso llamada Tootsy que viene siendo en realidad la más hermosa de la región; llena de determinación, rabia, ira, dolor y mucha ignorancia decide ir a raptarla para así experimentar con su cuerpo, robarle la belleza y poder convertirse en la más bonita. Sin embargo, cuando ocurre dicho secuestro aparece su hermano Banjo, él acompañado por la gaviota Kazooie emprenderán una aventura para salvarla de las garras de Gruntilda, llevando a cabo una travesía por un sinnúmero de pasajes y mundos fantásticos dentro de su enorme guarida.
En el juego se deben recorrer nueve niveles temáticos caracterizados por tener entornos particulares, éstos van desde climas extremos entre desiertos con pirámides hasta grandes riscos de hielo, mundos de tesoros piratas y barcos naufragados junto a casas embrujadas, cementerios y laberintos. El ingenio de este título va más allá de la parte argumental y estética, ya que la interacción con otros personajes en todos los escenarios ayuda a complementar la historia, mientras que se presentan diferentes desafíos para el jugador, los cuales deben ser cumplidos en orden de ir avanzando hacia otras áreas de la guarida.
La jugabilidad no pudo ser más esplendida, pues a medida que se progresa, la sinergia entre los protagonistas va adquiriendo nuevos movimientos o habilidades que servirán para vencer dichos desafíos, el objetivo de estos es ir coleccionando ítems como Jiggies y Notas Musicales que permitirán abrir todos los pasajes en la travesía, incluyendo otros elementos como los Honeycombs que irán mejorando la condición física.
Kazooie va dentro de una maleta que porta Banjo en su espalda, todo lo que se active a través de los comandos del control hará que uno de ellos actúe en función del otro y viceversa, si uno avanza en un territorio por el que el otro no puede caminar lo llevará en su espalda a toda costa, si se debe luchar en un terreno diferente al que el otro no puede, éste lo defenderá a como de lugar.
Hace 17 años fue lanzado este título y por fortuna los derechos siguen siendo de Rare, razón por la cual han salido versiones actualizadas y en HD para diferentes lanzamientos conmemorativos. Un indicio que ratifica la genialidad de los creativos por crear un juego y un grupo de personajes que aún se recuerdan con cariño y nostalgia, pero también con respeto y admiración, porque ellos ayudaron a que el caballito de guerra de Nintendo siguiera adelante en una época donde la configuración de la industria cambiaría de manera drástica.
Más allá de los elementos destacados del juego, entre diversión, dinámica, mecánica y demás, se debe reverenciar al equipo maestro por llevar algo que era poco común en juegos previos: humor, un elemento narrativo tan difícil de crear, pero que cuando se logra cautiva y atrapa de manera certera, por eso la combinación planteada en Banjo-Kazooie consolidó uno de los mejores títulos para Nintendo 64… ¡Lejos!