Swing Original Monks: La banda de los mil sabores del centro del mundo
“El mestizaje es ese encuentro que te abre la mente a un mundo infinito de posibilidades, es lo que da paso a nuevos sabores, lo que nos hace redescubrirnos”.
Juana Monk
Latinoamérica es aquel lugar del mundo que nunca nadie logrará descubrir. Así hace ya más de 500 años existan registros que afirmen que un tal Cristóbal Colón desembarcó y “descubrió” América, esa es tan solo una versión muy limitada de la historia. Por el contrario, con el tiempo nos hemos dando cuenta que este territorio al que orgullosamente pertenecemos es una caja de sorpresas. Cada sonido, sabor, olor, paisaje, cada territorio sigue siendo un misterio que encierra el sabor y la fortaleza africana, y la magia y sabiduría indígena de quienes habitaron desde siempre este continente.
Nuestra música da cuenta de ello. Mestiza de nacimiento, producto del contacto, sin purismos que la limiten, el sonido en América Latina se configura y re-configura constantemente y es una prueba fiel de que antes de ser indígenas, africanos o españoles somos mestizos, hechos de mil colores, sabores y texturas, así como la banda ecuatoriana Swing Original Monks quienes, siendo conscientes de eso, utilizan su mestizaje para viajar como una ola musical que lleva brisa de identidad al mundo entero. Para entender mucho mejor a “Los Monks” decidimos hablar con Juana, voz y alegría de esta agrupación.
¿Cuál es la historia de Swing Original Monks?
El proyecto comenzó en 2010 como un grupo de experimentación musical-teatral entre varios amigos. Luego, un chico de Austria que estaba viviendo en Ecuador en esa época, se unió desarrollando la parte electrónica. Un amigo de Capoeira me contó que unos panas de él estaban comenzando una banda y me invitó para probar voces. Cuando fui me encantó la idea, hubo full química y me quedé. Así empezamos a componer más temas y fueron llegando más músicos: batería, guitarra, violín, bajo. Somos integrantes de varias partes del mundo: Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Ecuador, por eso, desde que nos juntamos no hemos parado de experimentar con nuestras influencias, con los sonidos que trae cada uno. Mezclamos todo lo que nos gusta, cosas tradicionales de muchas partes, a veces electrónica, a veces no. Con cada canción tratamos de reinventarnos.
¿Cómo empezaron a descubrir el sonido que querían? ¿A qué suenan?
Desde que nos juntamos no hemos podido hacer nada 100% puro. Como venimos de tantas partes y tenemos influencias tan distintas, la mezcla siempre se dio súper natural. Decidimos no tener un camino o un sonido definido, por eso nuestro primer disco se llama “La Santa Fanesca”. La Fanesca es un plato tradicional ecuatoriano donde se mezclan 12 tipos de granos en una sola sopa y se alcanza a sentir el sabor de cada uno de manera especial. A eso sonamos.
Por otro lado, desde hace mucho tiempo diferentes bandas experimentan la mezcla entre ritmos populares y sonidos contemporáneos: Calle 13, Rita Indiana (mientras tuvo su proyecto), Balkan Beat Box, Chocquibtown, Bomba Estéreo y muchos más. Somos parte de esa ola de proyectos que buscan un sonido orgánico entre lo tradicional y moderno, cantos autóctonos de diferentes regiones del mundo y ritmos urbanos. Dentro de los Monks tenemos influencias muy diferentes, cada uno trae un poco de lo que es y de lo que ha escuchado toda la vida, por ejemplo: Papá Roncón, Totó la Momposina, Aterciopelados, Django Reinhardt, Julio Jaramillo, Pixies, Mano Negra, Pupy Pedroso y los que son son, Orlando Di Lasso, Imperial Tiger Orchesta, Milton Nascimento, Marc Ribot, etc.
¿Qué está pasando musicalmente en Latinoamérica? ¿A qué le estamos cantando?
Hace tiempo que en Latinoamérica estamos en un proceso de experimentación, ver hasta dónde podemos llevar los sonidos latinoamericanos. Entramos también en esta generación de viralización, de la fuerza que tienen los proyectos independientes gracias a la difusión de las nuevas herramientas de comunicación. Eso nos ha permitido seguir creciendo y llegar a lugares donde antes era imposible llegar sin firmar con una disquera.
Le cantamos a todo lo que nos pasa, a lo que vivimos como sociedad. Nos cansamos de cosas, nos enamoramos, nos da rabia, nos da tristeza, le cantamos a la fiesta, al paso del tiempo, a los barrios, a los pueblos, le vamos cantando a lo que nos va pasando en el camino.
¿Cómo terminan trabajando con Eduardo Cabra “Visitante” de Calle 13?
En mayo de 2014 tuvimos una presentación donde Eduardo y René estuvieron presentes. Después del concierto se acercaron a felicitarnos y Eduardo nos contó que le había gustado mucho la banda y que se pondría en contacto con nosotros. Esa misma semana “skypeamos” y nos propuso hacer una reedición a nuestro primer disco, “La Santa Fanesca”, con la idea de darle un sonido más limpio y poderoso porque estaba convencido de que el mundo tenía que conocer nuestro material. Decidimos también sumarle 7 temas nuevos para que los fans más viejos refrescaran los oídos y en un par de meses viajamos a Puerto Rico a grabar el disco en el estudio Música Satánica. Para los Monks fue una experiencia totalmente enriquecedora, fue emocionante encontrar a alguien como él. Un ser muy humano, humilde y sincero que como productor no quería cambiar nuestra esencia musical sino fortalecerla. Hoy en día estamos trabajando para terminar la mezcla y masterización del disco, enfocados en que el nuevo álbum nos permita seguir abriendo puertas en este proceso de internacionalización de la banda.
¿Cómo es la escena ecuatoriana?
En Ecuador no hay una industria musical, la música alternativa independiente lucha por sobrevivir entre el pop convencional y la música popular chichera que predomina en un 80% del mercado. Además de ser un país pequeño con pocos festivales musicales y salas de conciertos, no contamos con medios de difusión especializados, entonces para que una banda alternativa entre en programación de las emisoras locales es mucho más complicado que en otros países. Es un camino lento y de mucha persistencia que muchos terminan abandonando por las dificultades. Necesitamos crear un modelo que nos abra posibilidades afuera, poder girar, no quedarnos dándole vueltas a Ecuador y quemarnos. Pensamos que si alguna banda ecuatoriana logra crear este vínculo puede convertirse en un referente y un camino a seguir por el resto.
¿A qué suena el centro del mundo?
A Munn, Los Corrientes, Cadaver Exquisito, Fabrikante, La Máquina Camaleón, Mundos, Guardarraya, Mateo Kingman, Karate Dancer, Paola Navarrete, Per sona, Biorn Borg, Rocola Bacalao, Papá Roncón, Mariela Condo, Papaya Dada, Los Chigualeros, Las 3 Marías, Custodia, P.D.E, Curare, Niñosaurios, Hugo Idrovo, Hector Napolitano, Monfeo, Ricardo Pita, La Banda Mocha, Don Naza, Lolabum, Los Nin, Swing Original Monks, suena a todo esto y a mucho más.