‘Typhoons’ de Royal Blood, un viaje cargado de música dance, disco y rock para el alma
Es uno de los proyectos más sobresalientes de la música británica. Un dúo que, con sus tres álbumes, ha hecho que varios críticos los llamen “Los salvadores del rock”. Son Mike Kerr y Ben Thatcher, mejor conocidos como Royal Blood.
Royal Blood es una banda que ha apostado por el rock alternativo, así como por otros derivados como el blues rock y garage rock. Cabe resaltar que, dentro de este espectro sonoro, son muy fieles al uso de la batería y el bajo, dos instrumentos que siempre han sido protagonistas en su propuesta. Foo Fighters, Muse, Queens of the Stone Age, Led Zeppelin, son algunos de sus referentes.
Algo ingenioso que se debe resaltar de Royal Blood, es la idea de que cada uno de los riffs que se dan en los momentos del bajo, cuentan con un sonido que se combina con la esencia de una guitarra. Esto se debe al uso de una serie de amplificadores de guitarras, que provocan que haya una división de la señal del instrumento que toca Mike Kerr. Esta combinación provoca que el bajo tenga un sonido crudo de guitarra.
Por otro lado, se debe también hacer énfasis en la gran presencia de los pedales, así como también de la batería y percusiones provenientes de Ben Thatcher. Hay un gran protagonismo a la hora de reventar los tambores, sobre todo en los momentos finales de algunas canciones.
La banda tuvo sus orígenes en la ciudad de Brighton, Inglaterra. De ahí en adelante, el dúo logró posicionarse gracias a eventos como su llegada al exclusivo listado de talentos emergentes BBC Sound of 2014, así como también por el apoyo que recibieron de gente como Matt Helders, baterista de los Arctic Monkeys y un fan del proyecto de Kerr y Thatcher.
Por otro lado, sus dos primeros discos Royal Blood (2014) y How Did We Get So Dark? (2017) han tenido un gran reconocimiento a nivel mundial, sobre todo en su país natal, en donde con ambos álbumes han alcanzado el primer lugar del UK Albums Chart. Estos logros les han abierto las puertas a diferentes festivales como Reading Festival, Leeds Festival, Lollapalooza, Coachella, Glastonbury, BBC Radio 1’s Big Weekend, Estéreo Picnic, entre otros.
Pasando a su propuesta con Typhoons, no se puede negar el hecho de que este álbum se ha presentado como el diferente y más experimental de la banda. En diversas entrevistas han dejado en claro la idea de que este trabajo, y su primer acercamiento a canciones como “Trouble's Coming”, causaron un cambio profundo en la composición y respectiva estructura de su música.
Los dos primeros álbumes giran en torno a un rock mucho más sucio y oscuro, mientras que este nuevo trabajo tiene un enfoque donde también le da un espacio a la experimentación con géneros como el dance y disco, los cuales no eran algo característico de sus propuestas antecesoras.
Typhoons es una propuesta un poco más colorida, en donde se presenta un rock bailable y que no está totalmente ligado a esa icónica crudeza sonora que se daba en tracks memorables de la banda como “Out of the Black”, “Lights Out”, “Little Monster”, “I Only Lie When I Love You”, entre otros. El mayor detalle de este nuevo proyecto, es que cada una de las canciones cuajan perfectamente con la pista de baile y la fiesta en general.
El álbum arranca con “Trouble's Coming”, una bailable combinación de batería, bajo y teclado, que dan paso a un riff pegajoso y a una letra que habla sobre el miedo que se siente cuando hay algún tipo de problema al acecho. La canción tiene una esencia de AC/DC en sus percusiones, las cuales dan una estridente introducción a esa fusión de rock, disco y dance. “Oblivion” tiene ciertos detalles que nos recuerdan a Daft Punk, gracias a esa fiel compañía del bajo rasposo y de los mismos teclados. También se debe rescatar los momentos de coro, que llegan a tener una gran presencia en estas líricas dedicadas al trágico final de una noche eufórica.
“Typhoons” es una maravillosa combinación de la batería y el bajo rasposo, la cual da paso a un himno con muchos toques de dance, sin perder ese sonido sucio de rock. Esta es una de las canciones más especiales de la banda, una que habla de ese límite infernal al cual pueden llegar nuestros pensamientos más personales. A la hora de llegar a “Who Needs Friends”, nos encontramos con una de las piezas más tranquilas del álbum, por así decirlo. Aquí la voz de Kerr se combina de muy buena manera con ese suave toque de bajo, así como también con los momentos de coro y batería.
“Million and One” es un gran momento para aprovechar todo el aire recuperado en el track anterior. En esta canción hay una gran presencia del bajo y la batería, los cuales regresan a esos sonidos psicodélicos de discoteca, para de esa forma entregar otra bailable dedicada a los ángeles de la guarda.
Seguimos con “Limbo”, lque tiene una bella introducción psicodélica, además de un cierto aire a la música de la década de los 80. Es una de las canciones más energéticas y fiesteras del Typhoons, llena de detalles muy bien pulidos como el estridente cierre que se presenta con su batería. Es un final hermoso para un himno que habla sobre esos sentimientos de cansancio, aburrimiento, enfermedad y crisis psicológica.
“Either You Want It” es otro momento para agarrar aliento, una pieza que también contiene algunos detalles de la música de la década de los 80, así como también una bella presencia de coro y de una letra que se arraiga al adiós o desamor. Es hora de “Boilermaker”, otra de las canciones más poderosas, energéticas y salvajes de este álbum. Se podría decir que esta es la punta del iceberg de Typhoons, llena de sonidos rasposos y de un toque pegajoso, muy ligado a la música dance y de rock alternativo. Es una canción para arrepentirse de las cosas que dicen los demás.
“Mad Visions” es una canción que baja un poco las revoluciones de su antecesora, pero sigue manteniendo el toque dance, disco y rockero del álbum. Es una pieza que está dedicada al aferramiento de los errores. “Hold On” tiene un bonito puente con el track anterior, además de una fuerte conservación de la música dance, la batería estridente y el bajo rasposo. Es un momento de reflexión sobre lo dura que puede ser la vida, así como también la idea de que nada fácil vale la pena.
Es hora de cerrar este álbum. Para ello, nos topamos con una bella balada titulada “All We Have Is Now”, en donde solo logramos escuchar los versos de Kerr y el sonido de un piano melancólico. Es una bonita pieza dedicable, la cual no está para nada cercana a la rasposidad rockera o esencia dance del resto de Typhoons.
Este álbum se ha convertido en una de las propuestas musicales más emblemáticas del año 2021, sobre todo en diferentes lugares y listados de Europa. Es una faceta refrescante para Royal Blood, ya que les permite ver más allá del sonido oscuro que habían manejado en sus dos trabajos anteriores, sin necesidad de dejar de lado su característico enfoque de rock alternativo.
Le dan un color bailable al género, gracias a una brillante fusión de la música dance y disco. Algo que es totalmente válido, ya que una banda también debe permitirse explorar, sin la necesidad de aferrarse por completo a lo que ya habían hecho en dos trabajos sobresalientes. Typhoons es un buen lugar para este dúo conformado por Mike y Ben, uno que le permitirá ser mucho más libre que en el pasado.