'El Planeta de los Simios: El Nuevo Reino' (Reseña sin spoilers)
Corría el año 1968, una época en la que la humanidad encaraba una serie de cambios dictatoriales para su futuro, todo dentro de un orden social, cultural y de pensamiento. Dichos cambios que no llegaron de la noche a la mañana, también vendrían de la mano del arte y por supuesto del cine, una expresión que siempre será el reflejo de lo que está sucediendo en su entorno, ya que el 3 de abril de aquella vuelta al sol se estrenó la primera cinta del Planeta de los Simios.
Una obra que sorprendió a los espectadores con uno de los giros argumentales más famosos de la historia, donde Charlton Heston interpretando al astronauta George Taylor, se lamentaba de rodillas frente de la Estatua de la Libertad al descubrir que la humanidad era el vestigio de un pasado casi extinto.
Desenterrando el pasado para entender el futuro
Lo cierto es que El Planeta De Los Simios no arrancó hace un poco más de 10 años con la cinta protagonizada por James Franco, incluso antes de 1968 esto tuvo otras raíces desde la literatura. Todo comenzó en 1963 con el escritor francés Pierre Boulle, quien presentó una novela llamada La Planète des singes, la cual se convirtió en un fenómeno literario que APJAC Productions decidió adaptar a un ambicioso filme que coescribió el maestro Rod Serling, la mente maestra detrás de Dimensión Desconocida.
De ahí se desprendió una franquicia que derivó en 4 películas posteriores (Bajo el Planeta de los Simios, El Escape del Planeta de los Simios, La Conquista del Planeta de los Simios y La Batalla del Planeta de los Simios) y 2 series televisivas, una personificada y la otra animada (El Planeta De Los Simios: La Serie y El Regreso al Planeta de los Simios).
Luego de eso y con varios intentos fallidamente tormentosos, esta creación de propiedad intelectual buscó la manera de regresar, incluso trayéndola de vuelta desde cero con el criticado remake de Tim Burton en 2001. Sin embargo, 10 años después teniendo como influencia el acontecer contemporáneo sobre biología, ciencias y hasta clonación, se emprendió una nueva saga como una suerte de precuela y reboot, la cual con gran acogida fue protagonizada por Andy Serkis, interpretando al simio César en su búsqueda por la igualdad, los derechos y la justicia para su especie.
Después de casi 300 años, luego de una ardua victoria, los simios dominan el planeta en una nueva historia de evolución similar a la nuestra (pero a la vez diferente), en la que los humanos ya son pocos y también desean sobrevivir.
Nueva entrega, nuevos personajes y una nueva trilogía
Este nuevo episodio nos presenta formalmente a un nuevo protagonista, el joven chimpancé Noa, quien con ciertos temores en su interior está buscando la manera de ganarse un lugar en su tribu de simios. Dicho grupo nómada, que luego de largas travesías por fin está encontrando la paz en un asentamiento fijo, resulta ser asediado por otra tribu de simios liderada por un misterioso tirano llamado Proximus, quien contradictoriamente dice ser el designado para llevar a la especie a una nueva era de progreso, todo en nombre del legendario César, el libertador protagónico de la trilogía anterior.
Toda esta confrontación viene con el trasfondo de Nova, una humana sobreviviente que deambula por estos territorios, quien resguarda secretos potencialmente importantes para la tribu de Proximus, pero que además podrían cambiar el curso de la historia. En ese cruce de caminos, Noa se encontrará con Nova, desarrollando un viaje en el que demostrará su valía y tratará de descifrar las grandes y misteriosas diatribas que trae consigo la racionalidad.
De la dirección, análisis y otros enfoques
De las manos de Matt Reeves, pasamos a la dirección de Wes Ball, quien se recuerda primordialmente por haber dirigido la saga cinematográfica de Maze Runner. Aquí, con mucho respeto, asume un trabajo muy cuidado frente a lo hecho en la trilogía anterior, pero además articula todo con esa misma cautela respecto a la obra original y las primeras cintas.
Así logra poner de manifiesto una serie de pertinentes reflexiones respecto a la complejidad de relaciones, en este caso entre humanos y la nueva razón de los simios. Todo ligado además a las zonas grises que existen entre los individuos de los entornos sociales y el gran cuestionamiento de que si al haber progreso necesariamente debe haber evolución o, por el contrario, donde este puede llegar a ser una máscara que esté manifestando en verdad una involución disfrazada.
Por su parte, el uso de tecnologías para la captura de movimiento se sigue manejando bajo la misma dinámica de las cintas anteriores, incluyendo además lo aprendido en otras películas recientes como Avatar: El Camino del Agua, acá se le siente mucha más alma a los personajes y a las interpretaciones de su reparto.
Vale la pena destacar el papel de Owen Teague, quien como joven promesa estelar interpreta de una manera muy interesante a Noa como un nuevo líder en ascenso, con otro tipo de camino, siendo muy diferente a la valía y el sendero de César. Así mismo, Kevin Durand, quien se ha destacado por ser secundario en muchas producciones, termina encarnando a un Proximus ebrio de poder, inspirado por los grandes imperios de la antigüedad humana. Finalmente, Freya Allan, en su papel de la humana Nova, presenta una particular ambigüedad al buscar respuestas para los seres humanos.
El veredicto
Primitiva y aventurera, el Nuevo Reino resulta ser una película que plantea cómo las estructuras de las sociedades de los simios en la naturaleza comienzan a tomar otras aristas, al ser completamente racionales y con la capacidad de libre albedrío. Si en la trilogía precuela se cuenta el origen de este estado avanzado para la especie, acá se empieza a narrar la evolución primate desde su progreso inicial, con sus primeros inventos y avances, hacia una civilización que deberá ajustarse durante unos cientos de años más.
Ahora bien, vale la pena decir que este es el primer proyecto de la franquicia con 20th Century bajo el manto de Disney. Por ende, es un primer acierto hacia una serie nueva de películas que continúan con lo trabajado previamente, planteando un nuevo escenario para este universo acorde con el cambio de los tiempos y siendo coherente con la obra de Pierre Boulle, sin olvidar las adaptaciones originales.
Así como 20th Century en esta nueva era está sacando unos proyectos fantásticos de la talla de La Primera Profecía y Prey en la licencia de Depredador, su futuro es prometedor con la nueva película de Alien para este 2024 y por supuesto, en tiempo reciente de forma satisfactoria con el Planeta de Los Simios, donde se sigue percibiendo ese enfoque de ciencia ficción seria, madura y consecuente, brindando un mensaje más que necesario para nosotros como sociedad.