Café Goyeneche: un lugar para la memoria y la tertulia en Bogotá
En la década de los años 50 hasta los 70, un hombre con aspiraciones presidenciales ambiciosas y propuestas utópicas, inspiró la creación de un lugar propicio para el debate sano y la perpetuación de la esperanza de un país que pudo ser diferente.
Cerca de Corferias en la calle 25 con carrera 34 en Bogotá, justo en frente de la entrada norte del Centro Nariño, está ubicado uno de esos lugares que rescatan la memoria no solo de la ciudad sino también del país: el Café Goyeneche.
Gabriel Antonio Goyeneche era un pequeño 'hombrecito' nacido en Socha (Boyacá) que inspiraba ternura, respeto y sobre todo admiración por su firme posición y fe en dar soluciones a las diversas problemáticas del país. Iba vestido generalmente de gala, con un traje algo roído y un maletín de cuero. Se le veía rondar por las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia, donde vivió en una de las habitaciones de la Facultad de Veterinaria y en donde era considerado una eminencia, tanto así que nunca debió hacer fila ni pagar por su alimentación. Sobrevivía con la venta de pequeños panfletos en los que estaban plasmadas algunas de las propuestas de su plan de Gobierno.
Según rumores la “locura” de Goyeneche se dio a causa de una epidemia de gripe que tuvo lugar en 1918 de la cual alcanzó a salir vivo “gracias a la aguadepanela con limón”, como él mismo afirmaba, y aparentemente después de esto en su cabeza comenzó a retumbar la idea que a muchos se nos ha pasado alguna vez por la cabeza: ser Presidente. Su sueño no sería vencido tan fácilmente y por eso se postuló como candidato presidencial independiente desde los años 50 hasta la década de los 70. Pero no fue sino hasta 1978 que una difícil situación de salud apagó su fervor.
Algunas de sus propuestas eran: crear una marquesina para proteger a Bogotá de la lluvia, (proyecto que sustituyó por el de mantener a las fuerzas aéreas bombardeando las nubes que se acercaran a la ciudad, para que la lluvia cayera exclusivamente sobre La Sabana); "hacer mierda la caca" (que los inodoros no funcionaran con agua y los excrementos fueran quemados); pavimentar el Río Magdalena, porque la navegación era un caos y ya que el agua estaba dispuesta solo había que agregar arena y cemento; convertir la chicha en champaña y echarle anís a los ríos para que fueran de aguardiente...
Todos sus proyectos presidenciales se gestaron dentro de la Universidad Nacional, su hogar y el lugar donde recibió el respaldo de varios de los estudiantes de la época quienes se unieron a sus disparatadas propuestas creando consignas como “Ríos de leche con Goyeneche”, “¡Viva el doctor Goyeneche! ¡Candidato del pueblo!”, “Colombia está en un hoyo. ¡Hay que votar por Goyo!”, “Si le hace falta pan, por Goyeneche hay que votar” y “Goyeneche: Candidato de la solución nacional” , convirtiéndolo así en el candidato vitalicio de los estudiantes. Dentro de sus competidores políticos estuvieron Carlos Lleras Restrepo, José Jaramillo Giraldo y Guillermo León Valencia. Nunca obtuvo más de 40 votos en las diversas elecciones pero en cada contienda celebraba con emoción el aumento de sus discípulos.
Siempre con seriedad y firmeza proclamaba sus propuestas, claro está, hasta donde su salud se lo permitió. Pero fue en 1977 donde su carisma y transparencia comenzaron a desfallecer. Para este año el doctor Goyeneche fue uno de los más afectados por los diversos paros que atravesó la Universidad Nacional, además del cierre de la cafetería que era el lugar de donde obtenía su alimentación. Todo esto desencadenó un serio problema de desnutrición que junto a la ceguera se lo llevarían de este país sin cumplir su anhelo un 25 de febrero de 1978.
El café Goyeneche
Emilio Sánchez Alsina, propietario del establecimiento, se ha dedicado a construir con pequeños retazos la historia de uno de esos personajes que le dieron un aspecto pintoresco a Bogotá y que además marcó no solo su vida sino también la de los pobladores de la ciudad desde los años 50 hasta los finales de los 70, Goyeneche.
Un lugar acogedor, perfecto para disfrutar de un buen café, conversar y además conocer un poco de la historia de la capital. Dentro del café se pueden observar varias fotografías de Bogotá y otras de Goyeneche así como algunas de sus disparatadas pero creativas propuestas presidenciales. También está pintado el escudo de la República Democrática de Goyeneche, bastante similar al de Colombia con algunas pequeñas diferencias, el cóndor lleva la cara del candidato vitalicio y la consigna en este no es “Libertad y Orden”, sino “Anarquía y Libertad”. En lugar de los cuernos que simbolizan la riqueza y abundancia de frutas y verduras hay unas gafas, una sombrilla y un libro titulado 'El emilio’. Finalmente en la parte inferior se pueden observar las imponentes montañas de Bogotá y algunos de sus edificios.
Vale la pena rescatar el trabajo de Sánchez Alsina con este gran personaje, que vislumbraba una forma diferente del concebir el país en una época donde las armas y la violencia parecían la respuesta. Goyeneche con sus disparatadas y creativas propuestas era un ejemplo de civilidad y de la no violencia.
Los invitamos a pasarse por el Café Goyeneche, a tomarse un tinto con sabor a la Bogotá de antaño, a hablar sobre política y por qué no, a conocer más a fondo la historia del eterno candidato de los estudiantes: 'El doctor Goyeneche'.