Murió Vivienne Westwood, la diseñadora británica que impulsó el punk
Vivienne Westwood tuvo una habilidad con las manos desde niña y eso la llevó a crear más tarde un famoso imperio de moda en el que rompió todas las reglas. En un comunicado en Twitter, su casa de moda afirmó que había fallecido en paz y rodeada de su familia en Clapham, en el sur de Londres.
Su esposo y socio creativo y con quien formó una de las duplas más icónicas de la moda, Andreas Kronthaler, dijo: "Seguiré con Vivienne en mi corazón"."Hemos estado trabajando hasta el final y ella me ha dado muchas cosas para seguir adelante", agregó.
Westwood revolucionó la moda y con ella ayudó a destruir toda convención. Solo por nombrar algunas acciones de su legado: inventó el movimiento New Romantics, hizo desfilar a Naomi Campbell con un cono y apareció sin ropa interior en un encuentro con la reina Isabel II.
Nacida como Vivienne Isabel Swire el 8 de abril de 1941 en el pueblo de Tintwhistle, en Derbyshire ubicado en Inglaterra, como la mayor de tres hermanos, desde niña gracias a sus padres, de clase trabajadora, se adentró en el mundo de las manualidades. "Honestamente, a la edad de 5 años podría haber hecho un par de zapatos", dijo alguna vez.
Su familia se mudó al norte de Londres en 1958. Westwood incursionó en la forja de plata en la escuela de arte local, pero abandonó los estudios después de un solo trimestre.
Más tarde, su hermano Gordon le presentó a un compañero de sus estudios de arte de 19 años en su apartamento en Harrow, en el noroeste de Londres. Su nombre era Malcolm McLaren: genio autoproclamado y padrino del punk.
Ambos se mudaron a un pequeño apartamento en Clapham, tuvieron un hijo y lanzaron una revolución cultural que sacudió al mundo. Creativamente, McLaren fue un despertar para ella y la ayudó a transformarse "de muñequita a una mujer elegante y segura de sí misma".
Más tarde, cuando ambos abrieron una tienda que revolucionó la moda llamada SEX, McLaren se jactaría de ser un "estafador" que tergiversó la cultura popular hasta convertirla en nada más que un truco de marketing, mientras que Westwood lo vio como un movimiento de insurgencia juvenil contra la corrupción y el viejo orden mundial.
El punk, creía, era más que una moda. Era política, revolución y la moda, pensaba, podría catapultar la ira en cambios. Así, sus ideas fueron llegando poco a poco a pasarelas de Londres y París.
Inspirada intelectualmente por el historiador de arte canadiense Gary Ness, investigó la historia de la moda, la reelaboró y desafió al mundo de la alta costura. Y aunque varias personas cuestionaban si era o no punkera por su ropa costosísima de alta costura, en las pasarleas todos la amaban y lo cierto es que permitió llevar mensajes políticos a grandes círrculos y popularizarlos en todo el mundo.
Por ejemplo, en 1989, la influyente publicación Women's Wear Daily la calificó como una de las seis mejores diseñadoras del siglo XX. Era la única mujer, junto a Armani, Lagerfeld y Saint Laurent que había recibido el título.
Westwood también detestaba los políticos británicos y luchó toda la vida para promover la libertad individual, liberar al mundo de las armas nucleares y combatir la amenaza del cambio climático. Apoyó numerosas causas y se convirtió en una visitante habitual del fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
La tienda que abrió todavía funciona y ahora se llama Worlds End y vende diseños que “libran la guerra contra el conformismo”, legado que está presente en cada una de sus creaciones.
Lamentamos su partida.