En Japón están buscando que la gente vuelva a tomar alcohol
Durante la pandemia, el consumo de alcohol en Colombia se incrementó, según el Dane. Los colombianos pasaron de beber 1.760,9 millones de litros de alcohol en 2019, a 1.852 en 2020, es decir un incremento del 5,2%. Y se temía que con el regreso a la fiesta la cosa solo siguiera aumentando.
Incluso, a mediados del año 2021, el proyecto Échele Cabeza cuando se de en la cabeza, que tiene como objetivo generar y difundir información sobre Sustancias Psicoactivas (SPA) para la reducción de riesgos y daños, advirtió que teníamos que estar alertas con el regreso del ocio nocturno.
En un comunicado, establecieron que salir de un largo confinamiento, sumado a otros elementos coyunturales, podía marcar mayores riesgos para la salud y bienestar de las personas. Lo anterior debido a “la ansiedad (ya sea por el regreso a las fiestas o el consumo en general), la euforia, tolerancia, contención, restablecimiento de la sensibilidad y las sustancias que se encuentran actualmente en el mercado no regulado, las cuales presentan cambios en características relevantes para aquellos que toman la decisión de utilizarlas”.
Paradójicamente hay países donde se está viviendo una realidad completamente diferente. En Japón, los jóvenes salieron de la pandemia sin querer tomar alcohol. Y eso ha afectado el recaudo de impuestos que recibía el gobierno por su consumo, aunque ya venía reduciéndose: si en 1980 hasta el 5% total del recaudo venía del alcohol, en 2011 fue del 3% y en 2020 del 1.7%.
Esto también se debe a que actualmente se están presentando más de 200 mil casos de covid al día en Japón. Y, según el New York Times, ha sido el mismo gobierno el que lleva dos años desincentivando la vida social, especialmente las actividades nocturnas, mediante la prohibición de la venta de alcohol en bares y su consumo en las calles.
Ahora, de manera contradictoria, desde la agencia de impuestos de ese país, se está buscando recuperar el recaudo perdido, estimulando a que los jóvenes regresen a los bares. Con la campaña ¡Sake Viva!, están invitando a personas entre 20 y 39 años a enviar ideas que puedan servir para que jóvenes beban más alcohol. Eso sí, advierten, que todo bajo consumos apropiados y utilizando el sentido común para prevenir contagios. La inteligencia artificial y encuentros en el metaverso son algunas de las estrategias que han aparecido.
Sin embargo, al parecer el público objetivo no se muestra interesado. Quizá el mensaje que desincentivaba la vida nocturna caló o simplemente han descubierto que el alcohol no es bueno para ellos. El punto es que los jóvenes ya no quieren beber. En otros países como Corea del Sur y Estados Unidos el consumo de alcohol también ha bajado.